Gauchito Club, Usted Señálemelo, El Príncipe Idiota, entre otros/¿Por qué «de repente» Mendoza explotó con un montón de bandas y figuras que la rompen en toda Argentina e incluso afuera del país?/¿Hay algún vínculo creativo – o sensible – con el mundo del vino? Hablamos con músicos y bestias del vino para dar con la respuesta.
Gauchito Club es una de las bandas mendocinas que la viene rompiendo fuerte (foto, gentileza para Prensa, PH Valentín Alsina).
Es tendencia (y no es casualidad): el boom de la escena musical de Mendoza / ¿Tiene algo que ver con el auge del vino en las nuevas generaciones? Por Benjamín García para MALEVA.
Desde hace varios años Mendoza vive una ebullición musical inédita gracias a bandas como Usted Señálemelo, Mi Amigo Invencible, Gauchito Club, Pasado Verde, Luca Bocci, entre otros proyectos de jóvenes (algunos ya no tanto) surgidos en la zona cordillerana. Muchas de ellas consagradas no sólo en Argentina sino también en distintos países de América Latina y España. Este auge coincide también con la gran aceptación que está teniendo el vino en las nuevas generaciones. Según un informe del Observatorio Vitivinícola Argentina, la Generación Z consume más vino tinto y está dispuesta a gastar más dinero en relación a generaciones jóvenes de antes.
Es por eso que en MALEVA nos pareció una gran oportunidad para hablar con algunos de los protagonistas que nos den su punto de vista sobre estas dos actividades culturales fundamentales para el encuentro, el ocio y el disfrute. Del palo del vino hablamos con Alejandro Vigil, enólogo de Catena Zapata, creador de El Enemigo, y actualmente presidente de Wines of Argentina; y Germán Di Césare, enólogo de Terrunyo Malbec y director de Trivento. Por el lado la música, nos dan su punto de vista los chicos de Gauchito Club, uno de los grupos con mayor proyección de la escena actual; Mariano Di Césare (El Príncipe Idiota), líder de la ya mítica banda Mi Amigo Invencible; y Simón Saig, un inquiéto músico, fundador de Perras on the Beach, y actualmente con varios proyectos, Doppel Gangs y Planta.
Foto: gentileza Unsplash (PH Santiago Martínez).
«Gauchito Club: el vino con las bandas que han salido son la muestra de que el mundo no ha frenado un segundo. Las generaciones han puesto en valor el pasado de las viñas y el pasado de las bandas que fundaron el sonido de Mendoza…»
¿Qué relación hay entre el vino y la música?
Alejandro Vigil: Tienen muchos puntos en común, si uno quisiera simplificar todo diría que es matemática. Pero mirándolo desde el punto de vista cultural y emotivo yo creo que siguen un mismo carril. Es parte de lo creado, la artesanía del hombre y del lugar. En mi caso la música es parte de mi día a día, me acompaña en la creación y en el desarrollo. Me influye de forma permanente en todos los aspectos de mi vida. En una época solía ponerle nombres de bandas y músicos a los vinos, de acuerdo a sus características: Ramones, Charly García, Thelonius Monk, etc.
Germán Di Césare: Es sumamente profunda la relación, partiendo desde el punto de vista de la música y del vino hay mucha sensibilidad: los artistas, las personas que gustan de la música, las personas que gustan del vino, quienes hacen el vino y sienten la tierra, las personas que sienten los instrumentos. En conclusión, al estar regidas a la sensibilidad, creo que están íntimamente ligadas la música y el vino. Sobre todo partiendo desde esa génesis donde para poder apreciar todo eso hay que ser muy sensible. Hay muchas cosas que se quieren contar a través de la música y del vino, hay muchas sensaciones que se piensan para que alguien las perciba.
El Príncipe Idiota: Hablando una noche con mi primo (Germán Di Césare) sobre el proceso de elaboración de una cepa, noté ciertas similitudes a la hora de crear un vino o una canción. Encontré lazos con la concreción de los sueños, con la elaboración de propios universos, o bien, el deseo de capturar un momento o de revivir un recuerdo, y capturarlo en una botella o en una melodía.
Gauchito Club: Creemos que el vino, su variedad y el maridaje son las cosas que más se relacionan. También por su componente narcótico, que con algunas copas de más produce algo similar a algún disco inmersivo.
Simón Saieg: Se remonta a Dionisio, que es el Dios del vino y la diversión. Personalmente, hoy mi relación alcohol/arte no está tan vinculada. Siento que el vino va en contra de la esencia real de cada uno. Juntarse a tomar vino y a tocar la guitarra, lo veo más relacionado a generaciones anteriores. Obviamente que alguna que otra vez me tomé un vino, más al ser de Mendoza. Pero mí relación hoy es nula, creo que a la hora de crear hay otras herramientas que están mucho mejores, que no te aíslan de tu verdadero ser, te acercan incluso.
Foto: gentileza Alejandro Vigil.
«Alejandro Vigil: en mi caso la música es parte de mi día a día, me acompaña en la creación y en el desarrollo. Me influye de forma permanente en todos los aspectos de mi vida. En una época solía ponerle nombres de bandas y músicos a los vinos, de acuerdo a sus características: Ramones, Charly García, Thelonius Monk, etc…»
Esta pregunta puede sonar media esotérica, pero ¿Tiene alguna relación el momento actual de la música mendocina y el auge del vino en los jóvenes?
Alejandro Vigil: Creo que Mendoza tiene un movimiento paralelo a lo que pasa en Buenos Aires con la música, hoy está el indie pero acordémonos a principios de los 90 que teníamos el rock muy fuerte que empezó en los 80 con Los Enanitos Verdes o con Alcohol Etílico y después continuaron bandas como Karamelo Santo. Todo eso está vinculado con nuestra cultura.
Germán Di Césare: Pienso que sí, y creo también que es atemporal, porque cuando uno escucha folklore, sobre todo el cuyano, el vino está presente de una forma muy poderosa relacionada a la viña, al trabajo en la tierra. El vino llegó a ser un elemento tan importante que la gente acá en Mendoza lo considera un Dios, una deidad. Se le canta al vino, siempre está presente en las reuniones, se le pedía a Baco que bendiga las cosechas. Creo que no es fortuito que el éxito del vino que sale de acá de Mendoza hoy esté de la mano con muchas de las bandas de la actualidad. Personalmente yo no concibo la música o el vino sin la sensibilidad.
El Príncipe Idiota: no sé si le encuentro alguna relación puntual ahora. Lo que sí creo es que actualmente se bebe más vino que antes. Artísticamente el vino está presente en muchas canciones que hicimos con Mi Amigo Invencible como “Algo ha cambiado”, “Mansa curda” o “Jardín Secreto”.
Foto: gentileza El Príncipe Idiota.
«El Príncipe Idiota: hablando una noche con mi primo (Germán Di Césare) sobre el proceso de elaboración de una cepa, noté ciertas similitudes a la hora de crear un vino o una canción. Encontré lazos con la concreción de los sueños, con la elaboración de propios universos, o bien, el deseo de capturar un momento o de revivir un recuerdo, y capturarlo en una botella o en una melodía…»
Gauchito Club: El vino con las bandas que han salido son la muestra de que el mundo no ha frenado un segundo. Las generaciones han puesto en valor el pasado de las viñas y el pasado de las bandas que fundaron el sonido de Mendoza. La frescura de lo nuevo va de la mano también al avance de la tecnología, el cuidado del medio ambiente y también la defensa a ciertas oscuridades que ataquen a lo más valioso que tenemos: la cultura.
Hace poco hicimos una canción con “Soy Rada” para la marca “El vino nos une”. Para el próximo disco hay un tema que sí o sí van a sentir como huele a vino y a ranchada con amigos.
Simón Saieg: Como decía anteriormente, creo que las nuevas generaciones de músicos tienen otra mirada y más conciencia con respecto al alcohol. Creo que están más cerca de la pureza.