Rincones repletos de creatividad y amor por la lectura/Desde Villa Crespo hasta Villa Urquiza/Desde poesía hasta autores disidentes/¿Por qué las propuestas hacen especial hincapié en conocer al cliente y generar comunidad?/Además: los geniales talleres (hasta de lectura en francés) que ofrecen
Una de las bibliotecas de la librería Céspedes en Colegiales
Universos de felicidad (para lectores): cinco bellas, y muy copadas, librerías escondidas en los barrios de Buenos Aires. Por Luciana Vartabedian.
Buenos Aires es la ciudad con más librerías del mundo. Cuenta con un enorme abanico de tiendas comerciales, pero también con un circuito muy importante – que no decrece – de librerías de barrio o independientes. Son rincones repletos repletos de creatividad, oportunidades, y gente muy copada con una vocación genuina y pasión por la literatura. Especialmente diagramados, son espacios pensados para funcionar con un servicio personalizado y permite encontrar títulos y obras que no siempre son de fácil acceso. Estos espacios, son locales pequeños, cálidos, que se ubican fuera de las grandes avenidas y que tienen un público muy fidelizado. Además, generan ingresos a través de talleres de escritura, lectura y creatividad. A continuación, una selección con impronta MALEVA de las que tienen que conocer.
1) La Ladrona de Libros: una librería alternativa que surge de un deseo personal (también hay talleres de lectura, escritura y hasta astrología) / Uno de sus fuertes: los ejemplares de autores disidentes / Lascano 4300 – Monte Castro
“Librería alternativa donde vivo con un simpático gato llamado benitopepito”, reza la biografía del Instagram de la Ladrona de libros, o @ladridebrolis, que ya tiene más de 24 mil seguidores. Eli es la dueña y siempre vivió en las calles de Monte Castro, barrio en el que finalmente inauguró este espacio en 2016. Para ella, la comunidad de lectores que cotidianamente pasa por el local está sumamente ligada a su forma de ser: los define como una hermandad que surgió del deseo de encontrar algo distinto.
Esto se ve reflejado claramente en la variedad de títulos que se pueden encontrar en la librería. En su catálogo hay ejemplares de Promesa Editorial, Rara Avis, Ediciones Continente, pero también de Sudamericana. Uno de sus fuertes es la variedad de autoras y autores disidentes que habitan sus estantes: Camila Sosa Villada, Virginia Wolf, Gabriela Borrelli, Silvia Plath y Emily Dickinson son tan solo algunas de ellas. “Me gusta encontrar joyas y libros que me motiven. La base de la librería está fuertemente cimentada en la recomendación y por eso busco títulos que me conmuevan y atraviesen”.
Eli da también talleres en su casa -un monoambiente-, de escritura, lectura y hasta astrología. Su idea es continuar con este modelo y convertir todo en una galería de arte literario. Actualmente hace la convocatoria de manera online, y se sustenta mucho con el boca a boca.
2) Lo de Cra: lo independiente y la poesía como eje central / La confianza con los clientes, una de las claves / Darwin 578 Villa Crespo
A diferencia de muchas otras librerías, Lo de Cra lleva una marca muy personal. Adriana es su única dueña y encargada. El proyecto nació del sueño de tener un espacio para dialogar sobre lecturas. Y en este sueño, Darwin Collective, un espacio dedicado al diseño independiente, cumplió un rol importantísimo: le permitió a Adriana unirse a una comunidad con circuitos de consumo ya instalados. Actualmente ella es la parte literaria de la propuesta de Darwin, que cada vez se amplía más. Así también son sus compradores: les interesa mucho lo artesanal, lo independiente, lo autogestivo. “A veces siento que son personas que podrían ser mis amigas, y por eso me gusta trabajar en esta pequeña escala”, explica Adriana.
En Lo de Cra es muy importante la curaduría de los textos. Para Adriana es fundamental construir una relación de confianza con sus clientes, conocer sus intereses y así lograr cumplir con las expectativas de los pedidos y recomendaciones. Destaca que en su caso particular crecieron mucho las ventas de títulos de autoras mujeres, ya sea de novelas o autobiografías. También en el último tiempo aumentaron las compras de libros de poesías. Esto tiene una coincidencia con los intereses de Adriana: “algo que intento hacer es que las personas a las que le gusta leer se animen a la poesía. A veces parece algo oscuro, difícil, pero no. Es una lectura diferente, pero tan al alcance como cualquier otra”, explica con tono apasionado. Con la pandemia, creó su tienda online y amplió tanto su catálogo como su cantidad de compradores.
3) Mandrágora: un oasis para lectores en una casa llena de plantas / Además: se lucen con sus talleres (inclusive de lectura en inglés o francés) / Vera 1096 – Villa Crespo
Mandrágora es un espacio de lectura en Villa Crespo. La librería funciona sobre la calle Vera y está ubicada en una antigua casa donde hay una enorme variedad de plantas y vegetación. De este paisaje surgió el nombre. La propuesta de Mandrágora es especializada, conocen los materiales con los que trabajan e intentar mantener una relación cercana con sus clientes. Durante la pandemia, por ejemplo, mantuvieron todo un sistema de venta y recomendación a través de WhatsApp. Para el equipo de la librería, la pandemia les permitió extender todos estos servicios y hacerse más conocidos también en barrios aledaños a Villa Crespo.
Mandrágora apuesta muy fuerte a los talleres. Antes de la pandemia eran presenciales, pero por ahora, los mantienen virtuales. Las opciones son varias: talleres de lectura en inglés y francés, de escritura, de análisis sobre la narrativa de autores puntuales como Alejandra Pizarnik o Clarice Lispector, e incluso tienen un ciclo llamado “Geología: lectura y escritura creativa”.
4) Céspedes, una nueva sucursal más grande sin dejar el barrio / Su visión: la literatura eterna / Av. Álvarez Thomas 853 – Colegiales
Céspedes está en un momento especial: está en plena mudanza mientras los entrevistamos desde MALEVA. No quieren dejar el barrio: se trasladan a algunas cuadras de distancia de su lugar original que contaba tan solo con 26 metros cuadrados. Ahora escalan a uno más grande, ya que la demanda empezó a aumentar mucho cuando desde la librería colaboraron con una columna de recomendaciones en el programa de Radio Vorterix, Últimos Cartuchos.
En Céspedes se vende principalmente literatura nacional y regional, pero además destacan una gran variedad de títulos infantiles. “Para nosotros esos pequeños lectores son muy importantes porque con el tiempo los vemos crecer, vemos como se desarrollan y van variando sus preferencias, se van enriqueciendo”, nos cuentan. “Intentamos no estar tan atados a la novedad, sino en ofrecer aquello que nosotros consideramos literatura eterna. Nunca va a pasar de moda Las aventuras de la China Iron”, concluyen.
5) Gauderio: si acá piden «Disney», les van a ofrecer María Elena Walsh / Una librería con foco en la narrativa nacional y el vínculo con los vecinos / Miller 2283
Gauderio es un pequeño local ubicado en Villa Urquiza, a pocos metros de la estación del tren Mitre. Valeria, fundadora y librera de Gauderio, nos contó que su vieja fantasía era tener una librería que fuera una especie de prolongación de su biblioteca para compartir con los demás sus lecturas. Y así nació este espacio, que no duda en poner en valor la narrativa nacional: “si me piden Disney, ofrezco Maria Elena Walsh”, afirma.
Desde el principio, Gauderio se pensó como una especie de nexo entre los libros y los vecinos. El espacio físico de la tienda no es casual: “Uno se mira a los ojos con quien se acerca a la librería aunque más no sea un paseante que nunca más vuelva. También conozco el nombre de muchos clientes de Gauderio y no es un recurso de venta, simplemente se establecen vínculos reales con personas. Eso no ocurre en las grandes cadenas. Se agradece mucho la recomendación, la escucha, el tiempo otorgado, el crédito”.
Fotos: son todas gentileza de las librerías mencionadas.