Una esquina de focaccias y vermú, un rooftop de cocineros aclamados, un club creativo con recitales: nueve coordenadas del nuevo mapa para ser feliz en Mar del Plata

Focaccias, vermú e impronta italiana: La Mercceria es de los nuevos imperdibles de La Feliz. 

Una esquina de focaccias y vermú, un rooftop de cocineros aclamados, un club creativo con recitales: nueve coordenadas del nuevo mapa para ser feliz en Mar del Plata. Por Camila Barreiro para MALEVA desde Mar del Plata.

Ya lo dijo Bad Bunny: “si hay Sol, hay playa. Si hay playa, hay alcohol”. Nosotros decidimos cambiarle un poco el final al estribillo; no solo sumándole comida rica, sino poniendo el foco en la locación ícono de nuestra playa: Mar del Plata.

No es una novedad que la propuesta gastronómica de La Feliz es uno de sus fuertes y no defrauda, sin embargo, cada año se suman nuevos locales que reinventan, innovan y siguen subiendo la vara. Con MALEVA elegimos 9 spots que tenés que sumar a tu mapa si te das una vuelta por la costa.

1) Furia Puro Fuego: un rooftop, para comer mirando la ciudad. / Rawson 1457.

Qué mejor para apreciar la belleza de la zona de Güemes que un restó ubicado en un piso 9 que mezcla: cocina de fuegos, cocktails, cuatro ambientes diferentes y una vista única. Furia está a cargo de Fernanda Sarasa y Patricio Negro, dos apasionados de elevar a la ciudad con su gastronomía desde hace más de 20 años, cuando crearon Sarasa Negro.

Esta nueva propuesta toma a los cuatro elementos (agua, tierra, aire y fuego) y se ancla en sus diferencias para generar una atmósfera versátil y apta para diferentes públicos y momentos.

La cocina es la Tierra, donde se preparan – sobre todo a las brasas -, platos con pescado y carne. El salón Agua es un espacio elegante con servicio de restaurante (solo para mayores de 13 años). La terraza es, claro, el Aire y tiene ventanales que balconean a la ciudad con una propuesta de tapas y cocktails (solo para mayores de 18 años). El Fuego es el último espacio y como su calidez lo indica, es más íntimo y puede reservarse para una experiencia exclusiva.

2) Mar de Fondo: seguir disfrutando el mar, al salir de la playa (casi todo fue pescado en kayak en el día). /Diag. Estados Unidos Norte 1 y La costa.

Federico Muro fue chef en el histórico Torreón del Monje por más de 10 años y hace algunos días decidió darle una vuelta a su experiencia abriendo Mar de Fondo. Su nuevo restaurante está justo en la salida de las playas del Faro (como Mute o Elena) y busca acompañar con comida fresca pero diferente a los que se la pasaron en el mar durante el día.

Vamos a lo importante ¿cómo es la propuesta del restaurante? Todo lo que se sirve en la mesa, fue pescado esa misma mañana por Federico, que sale con su kayak a ver qué le ofrece el agua. Además (y acá anotá porque es un dato que cambia la experiencia) todo se sirve crudo. Las opciones son: tiraditos, curados, ceviches y demás.

Vermut, pesca fresca y un momento chill para disfrutar mientras baja el Sol.

3) Mara y Chiquita: una casa llena de mitos, un restaurante y un bar: cuando más es más. / Falucho 32.

Villa Aluminé es una de esas majestuosas casas de la aristocracia marplatense que no se pueden dejar de (ad)mirar. La construcción data de 1940 y fue construida por José Arce, un diplomático argentino muy cercano a Perón y Evita (de hecho, hay muchas fotos de ambos en el espacio). Con toda esa mística alrededor surge un proyecto gastronómico que comienza a la tarde con el té y se transforma a la noche con dos novedades: un restaurante (Mara) y un bar (Chiquita).

Si querés tomar el té mirando al mar, podés ir a la tarde a Aluminé. Ahora, cuando cae la noche, seguro estás para algo más (y acá viene por partida doble). Mara es un restaurante más sofisticado con platos de mar y también carnes (las mollejas teriyaki son infalibles). Una vez que termina Mara (acá uno de los mejores secretos de la ciudad), cobra vida Chiquita: un bar para beber, bailar y disfrutar de ciclos de música electrónica.

Todo esto con el plus de estar dentro de una construcción llena de mitos, secretos y detalles increíbles.

4) La Merccería: vermut, focaccias y sentirse en un pueblito de Italia. / San Luis 2998.

Todo comenzó con un objetivo: agasajar a la abuela de uno de los dueños, que tenía una mercería. Pero el storytelling se fue superando minuto a minuto. Primero, el espacio se copó con un mueble de mercería para exhibir panes, máquinas de coser como mesa e hilos. Luego, llegó la propuesta gastronómica, que une focaccias de todo tipo y vermut. Por último, llegó la idea de transportar a los comensales a Italia, así es como transformaron el camino al baño en una callecita de Génova.

Si bien la idea es que quienes vayan a La Merccería prueben sus focaccias (hay sugeridas y personalizadas) con vermut, la carta tiene también picadas y platitos de bodegón, como la clásica milanesa con fideos o el matambre casero. Un punto importante a destacar para los amantes de lo dulce, es que cuentan con seis tipos diferentes de tiramisú.

Salir del mar y, a la noche, viajar a Italia, es un lujo que tus vacaciones merecen.

5) Faro Norte: Lo nuevo de Proyecto Pescado sigue revolucionando la Costa Atlántica. / Sánchez de Bustamante 3548.

Si hay un grupo de cocineros que viene revolucionando la forma de concebir la gastronomía en la Costa Atlántica, ese es Proyecto Pescado. Con el producto fresco como bandera y algunas novedades, este equipo (que ya es un must de Chapa), desembarcó en Mar del Plata hace unas semanas bajo el nombre de Faro Norte.

Este restaurante montado dentro de una casa, está basado 100% en pescados de pesca propia (si hay tormenta y no se puede salir al mar, no abre) que no tienen contacto con agua dulce en ninguna parte del proceso.

Si bien no hay menú, los platos van acompañados con vegetales que salen de su propia huerta biodinámica. Y se maridan con una cava subterránea que ofrece etiquetas poco convencionales (tanto locales como internacionales) de productores que consideren respetuosos del terroir. Además de algunas magnum que son joyitas, todo se sirve en cristalería de primera que va cambiando con cada uva.

6) Rosso Ostería: la vida rosa, comer pastas en una mansión de lujo. / Carlos Pellegrini 2699.

Justo detrás de Torres de Manantiales se alza Villa Gainza Paz, una construcción estilo inglés del 1930 que, desde algún tiempo, se transformó en un espacio gastronómico con Casa Mandinga, una parrilla super interesante que pone sobre la mesa otra clave de Mar del Plata: sus campos.

Pero, como la ciudad parece no quedarse quieta, hace dos meses inauguró, en otro sector de la mansión, Rosso Ostería; un restaurante de pastas que honra a las viejas hosterías, donde los viajeros podían hospedarse pero -sobre todo- comer «fatto in casa».

La propuesta es super familiar sin dejar de tener una veta cool y descontracturada, que se corona en las noches con los clásicos aperitivos tanos. ¿El caballito de batalla de la casa? Los ravioles de verdura con mozzarella y ricota, servidos con “tuco de la Nona” (pomodoro de siete horas de cocción con estofado y pesto).

7) Club Tri: ocio, arte, cultura, fiestas y una agenda que no para de innovar. / 20 de septiembre 2650.

A veces no hace falta ser nuevo para ser novedad. Eso pasa con Club TRI, un espacio que se fundó en 2017 en el histórico edificio de la Cooperativa Eléctrica de Mar del Plata y, hoy por hoy, toma la posta de esa “energía” para reinventarse con propuestas que se destacan por su creatividad.

Al entrar al espacio hay un bar con una linda biblioteca, donde se pueden tomar cervezas de productores locales y picotear (la recomendación es su tofu empanado). Sin embargo, al atravesar la puerta, arranca la magia. Un espacio enorme con un escenario por el que pasarán esta temporada artistas como: Mala Fama, Lucas Fridman y Boom Boom Kid.

Ojo, eso no es todo. Este galpón lleno de luces, mesitas para seguir comiendo y tomando, y buena onda, tiene durante todo el año charlas, fiestas, muestras de arte, ferias y cientos de propuestas que anuncian semana a semana en sus redes sociales.

8) Mute: sunsets y música, con un menú ideado por el chef de Lo de Tata. / Ruta 11 – Paraje Alfar.

Si hay un ícono internacional de fiestas junto al mar, definitivamente ese es Mute. Su programación para esta temporada va desde la Bresh, hasta Marco Carola, y de Babasónicos hasta Ricardo Villalobos. Tiene todo lo que hay que tener para disfrutar: cielo abierto, mar de fondo y line ups de lujo.

Desde la temporada anterior, además de sus sunsets, carpas, discoteca de día y demás, tomó las riendas de la cocina Lisandro Ciarlotti, chef de Lo de Tata. A la típica comida de un parador de playa se le sumaron algunas propuestas más jugadas con el pescado, como tiraditos o mejillones. Y un sector de fuegos de Tromen que abre ocasionalmente para levantar la vara y el calor de las noches.

9) Luy´s: ropa canchera, artículos de surf y un cafecito para reunirse con amigos. / Garay 1227.

Reposeras en la puerta para que vayas con amigos o mascotas, cuadros sobre la barra, tablas de surf, trajes de baño, outfits para lookear la temporada y, obvio, un cafecito con propuesta de brunch (con opciones veganas y naturales).

Luys abrió su segundo local en noviembre y su concepto va más allá de la ropa y el café (o los jugos naturales); busca el encuentro de los surfers con sus charlas sobre las olas post sesión de mar, la reunión de los perros de la zona y la oferta de almuerzos para llevar a la playa.

Para seguir ahondando en la inclusión y disfrute de todos, hay un espacio para cambiar bebés y juguetes para que los padres que vayan con niños, también puedan disfrutar y divertirse.

-Por último, como un datito para estar atentos, el restaurante Albufera hace eventualmente un ciclo que se llama «Minga de Verano». Ahí se mezclan platos creados por diferentes chefs, café de especialidad, música en vivo, djs y muestras de arte. Vale la pena para tener un panorama de los sabores marplateses en un entorno más descontracturado.

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Fotos: son todas gentileza de las propuestas y locales mencionados.