El nuevo Croque Madame en el genial y elegante jardín del Círculo Italiano
Sí, es cierto, es un año difícil. Y de a ratos pareciera que son muchas más las persianas de locales que bajan que las que suben. Pero recorrer las cuadras de Recoleta, uno de los barrios más elegantes de la ciudad, puede cambiar esa sensación. Es que aquí la crisis parece ser oportunidad, porque hay muchas novedades gourmet probando suerte y empezando a sentar tendencia. De bodegones cancheros a pastelerías con recetas internacionales, pasando por growlers y delicatessens con gran curaduría, el barrio está en pleno proceso de redefinir su espíritu foodie. Aquí, algunas de sus apuestas más interesantes.
El menú es tan escueto como sabroso: en Nataría Portuguesa se comen pasteles de nata. Suaves y cremosos, son facturas hechas de una masa de hojaldre crocante y rellenas de una crema similar a la crème brûlée. Son el dulce insignia de Portugal (aunque son tan ricas que ya se han replicado en otros países como España, Francia, Brasil, Dubai y China). Aquí, llegan a nuestras bocas cortesía de Luis Castro Infante DaCamara, un portugués que lleva 20 años viviendo en Argentina, pero al que hace muy poco se le ocurrió recrear estas dulzuras, a causa de una sugerencia de su hija. De hecho, este local es una de las aperturas más nuevas del barrio, abierto recién a medidados de septiembre (tienen otro exclusivo para take away en Retiro desde junio). Tal cual en Portugal, la idea de estos pasteles es degustarlos con un café, un té o alguna bebida mediante, sea como desayuno, postre, o, como hacen en su país de origen, como una pausa en mitad del día. Sin duda un buen ritual para empezar a adoptar.
En el inicio, la idea fue abrir un growler, un espacio en el que comprar cerveza artesanal embotellada en el momento. Así nació en marzo (precisamente el 17, un auspicioso Saint Patrick’s Day) Alla Spina, con 10 canillas provistas por las cervecerías Tacuara y Campos. El espíritu de sus dueños, dos amigos emprendedores que atienden cada tarde/noche el local, cambió sin embargo los planes: la onda del lugar es tal, que la mayoría de la gente opta por quedarse, haciendo a un permanente clima de celebración. Y así, hace poco consiguieron la habilitación y son un bar propiamente dicho, que incluye snacks para acompañar y planea sumar pronto otras variantes de tapeo. Aunque el precepto original se mantiene: “tenemos máquinas para hacer latas, growlers y botellas PET de 1 y 2 litros, y nuestra cámara está a la vista con todas las cervezas”, descibre Luciano Papagni, uno de los creadores. Con variantes rojas, rubias y negras, aseguran que la más elegida para brindar y acompañar la noche recoletiana es la IPA Sanfer.
Desde agosto, esta cantina italiana seduce en la esquina de Juncal y Agüero. Al mando de un emprendedor gastronómico de larga data, Alejandro Pochat (creador por ejemplo de Be Frika y la cadena Cala), debe el nombre a su bisabuelo, Virginio Francisco Grego, quien fuera fundador de la fábrica de cigarrillos Particulares. Y así, bajo esa impronta de homenaje, se desprende un menú que se centra en pizzas y pastas de las mejores materias primas e ingredientes, así como antipasti, ensaladas y postres, todo de corte mediterráneo y bajo el expertise de un equipo con larga trayectoria. Vale la pena probar alguno de sus platos acompañado, por ejemplo, de un gin tonic de frutos rojos, ya que también suma puntos la carta de tragos. En una parte del barrio en la que suelen escasear las propuestas interesantes, La Particular tiene todo el potencial para ser un futuro clásico.
4) CROQUE MADAME DEL CÍRCULO ITALIANO: EN UN BELLO JARDÍN DE UN IMPONENTE PALACIO / LIBERTAD 1264
Es una costumbre a aplaudir: los locales de la cadena Croque Madame suelen estar ubicados en espacios cercanos a museos o a instituciones culturales, siempre en los más bellos edificios porteños. Y así, a la lista que componen las sucursales del Museo Metropolitano, Museo Larreta y la Colección Fortabat, acaba de sumarse la del Círculo Italiano. En el imponente edificio de estilo francés ideado por el arquitecto Alejandro Christophersen hacia 1905 se luce más que nunca la propuesta de la cadena, que abarca desde desayunos y tés hasta comidas completas, con woks, risottos, carnes y pescados (aunque nunca dejan de resaltar los homónimos “croques” en versión madame, monsieur, de pollo, salmón o vegetales asados). Lo mejor, sin embargo, será degustar lo elegido en la imponencia de sus jardines, en la galería y con vista a esculturas y árboles centenarios, como para sentirse parte de la más encumbrada aristocracia porteña que supo vivir allí.
Hay quienes comparan el ingresar a este local con llegar al Paraíso. Y podría decirse que no es tanta la herejía. Es que en estas, la segunda y tercera sucursal de Almacén 1249 (la primera está en Retiro), abundan hallazgos gourmet de todo el mundo, con una fascinante generosidad de marcas y variedades. “Nuestra empresa madre es una importadora, y traemos quesos de Francia, Bélgica, Suiza, Inglaterra e Italia, cervezas de todo el mundo, mermeladas de Francia y Escocia, aceitunas y jamón de bellota de España, picantes de México, snacks de Estados Unidos y chocolates de Francia, entre otros productos”, enumera Martín Salazar, dueño. También, claro, hacen una interesante selección local, y suman ofertas frescas de sándwiches, ensaladas, tartas y un plato caliente por día, en una carta que se cambia con cada estación. “Toda nuestra comida tiene sabor a casa”, afirma Salazar. ¡Y ojalá en todas las casas se comiera tan bien como en esta!
Deben ser muchos los distraídos que aún no lo notaron, pero desde septiembre, The Brick Hotel pasó a ser la nueva sede del Sofitel en la ciudad de Buenos Aires. Como parte de este rebranding se le están realizando numerosas obras, tanto en la fachada como en el interior, a fin de seguir manteniendo una impronta contemporánea que aúne lo mejor de la herencia europea con las raíces argentinas. Bajo esa impronta destacan Midi Express, una propuesta gourmet pensada para los mediodías porteños, en la que el chef Javier Marrone presenta un menú con productos de estación, simpleza de preparaciones y sabores logrados. En su carta se aprecian, por caso, una ensalada de hojas verdes, tomates cherry, corazones de alcauciles, queso azul y peras asadas; una pesca del día con ensalada tabule de lentejas turcas, cítricos y yogurt natural; una pechuga de ave con papines y zanahorias o unos penne rigate con salteado mediterráneo y rúcula selvática. Todo dado para un mediodía ágil y fresco.
Entre todas las novedades del barrio, no podía faltar una que homenajeara la movida saludable y fit. Y así llegó Kanawa, un emprendimiento de jugos naturales prensados en frío y sin conservantes ni colorantes, pensados para realizar un detox. “Este proceso sirve para alcalinizar, regenerar tejidos y órganos, desintoxicar y reiniciar todo el organismo con fórmulas que garantizan el máximo contenido de nutrientes”, explican desde el local, donde ofrecen tres niveles de “compromiso”. La propuesta implica entre 1 y 10 días de programa desintoxicante, bebiendo unos seis jugos por jornada y siempre con orientación nutricional. Su abanico de sabores incluye cinco variantes que a su vez se diversifican, y así el jugo verde, por ejemplo, tiene cuatro versiones posibles, en tanto el frutal tiene cinco y el de leche de almendras, tres. E incluso para los no tan comprometidos, es posible consumir estos jugos por puro gusto y placer. En ese caso, recomiendan hacerlo alejados por lo menos una hora del desayuno, almuerzo o cena, de forma de aprovechar al máximo sus nutrientes.
Sus dueños mismos lo admiten, birrerías hay muchas. Pero al segundo redoblan la apuesta: “aunque especiales, poquitas”. Quizás por esas ganas de diferenciarse es que ya van por su segundo local (el primero está en Villa Crespo), o que cuentan con una original historia detrás del nombre: que el Willie homenajeado se dio un golpe en la cabeza en su taller, y desde entonces las palabras le salen al revés, especialmente su favorita, “beer”. Partiendo de esa idea de locura, entonces, Willie Reeb es un taller cervecero con 14 canillas artesanales que además propone hamburguesas caseras (conviene acompañarlas con sus papas ahumadas) y pizzas de autor. En busca de clientes fieles, que son los que en definitiva crean el clima que hace a las cervecerías más exitosas, también crearon un club de beneficios y promociones. Aunque si es la primera vez que pasás, agendate el dato de su happy hour todos los días a partir de las 18 hs y empezá la amistad con el pie derecho.
Fotos: gentileza bares y restaurantes mencionados.