Bebida alegre, con vida propia y espíritu de festejo. Es tiempo de burbujas y qué mejor que recordar la frase “Estoy bebiendo estrellas”. Palabras que inmortalizó el monje benedictino Dom Pierre Perignon al descubrir éste elixir, y es justamente una metáfora perfecta de lo que nos produce un buen espumante o Champagne al deslizarse por la boca. Sin embargo, aunque todos brindemos con burbujas, y ni hablar en esta época de fiestas, hay muchos aspectos que muchos ignoran de esta bebida y que está bueno saber para poder disfrutarla al máximo. ¿Cómo hacer para que no me caiga mal o no me duela la cabeza? ¿Con qué maridar los distintos tipos de champagne? ¿Cuándo es el mejor momento para tomarlo? ¿Vale tomarlo con hielo? ¿Cuáles son los espumantes argentinos que hay que probar? ¿Qué significa qué un espumante sea Charmat o Champegnoise? Y etc, etc. Muchas dudas que intentaré responder en esta nota.
El espumante es considerado un vino celoso, por lo que te recomiendo que no lo mezcles con otras bebidas porque pasa factura al día siguiente. Se complica sobre todo si lo combinás con algunos destilados, como whisky, vodka o tequila. Por lo que te debería quedar claro que las burbujas, como las estrellas, requieren que toda su atención esté puesta en ellas. Su indispensable compañera, además, debe ser el agua. Por cada copa de espumante, siempre debemos beber una copa de agua para que la asimilación del alcohol sea más lenta y vayas hidratando el cuerpo en forma paralela. Último tip: bebelo en forma lenta, al igual que cualquier otra bebida alcohólica y no te dejes confundir por su frescura. ¡Agua más consumo responsable es el secreto!
Hay dos métodos de elaboración de los espumantes: el Charmat y el Champenoise. Con el primero el espumante no fermenta directamente en la botella sino en tanques de acero, y se lo embotella después de fermentado. En cambio, con el método Champenoise, la segunda fermentación se da directamente en la botella. Es el método auténtico de la región de Champagne, en Francia. Ahora bien: los Charmat son los más casuales y fáciles de beber por lo cual son ideales para tomar de día, acompañando un almuerzo y también son perfectos para los cada vez más frecuentes «by the pool», o sea, al lado de la pile. También se los recomiendo para inmortalizar un atardecer en la playa. Los Champenoise merecen más respeto por sus notas elegantes y textura tipo de mousse en la boca. Y también exigen ser acompañados por platos más copiosos. A mí me tentaría acompañarlos por una parrillada de langostinos o una jugosa paella de frutos de mar.
A los espumantes se los clasifica según la cantidad de azúcar. Así, de menor a mayor por su contenido los hay Nature, Extra Brut, Brut, Sec, Demi-Sec y Doux, éste último debe tener más de 50grs de azúcar por litro, mientras que el Nature, menos de 6grs. Lo divertido es cada uno cuenta con su propio estilo y cada bodega o Maison también imprime su sello propio.
NATURE: es la elegancia por excelencia, menos de 6grs de azúcar, lo que lo convierte en el más seco ideal para acompañar pescados, frutos de mar y platos que contengan frutos secos.
EXTRA BRUT Y BRUT: son los más consumidos, su contenido de azúcar que ronda los 12 a 20grs lo convierte en un vino más amigable, es raro que se sienta dulce porque está muy bien compensado con una alta acidez. Compañero indiscutible de finger food por su adaptabilidad a diferentes propuestas, adoro combinarlos con pan de nuez, queso de cabra y rúcula.
DESDE SEC HACIA ARRIBA: sólo deberían acompañar postres, vamos a ir de 17 a 50grs de azúcar por lo que la paleta es completa. Esta bueno siempre estar atento a compensar, por ejemplo si marido una tarta de manzanas y almendras debo optar por un sec o demisec, ahora si mi menú incluye una torta húmeda de chocolate con helado de café me debo inclinar por los más dulces como un Doux que tiene más de 50grs.
Si sos observador, te habrás dado cuenta que rara vez aparece la añada en la etiqueta, esto significa que no es vintage y esta permitido mezclar vinos de diferentes años.
Si le ponés unos cubitos, lo que vas a lograr es diluir un poco de agua y bajarle aún más la temperatura. ¡Si te gusta, hacelo! Pero optá por los espumantes jóvenes: ¡cuidado de no arruinar una cuveé especial!
¡Van tres de los mejores que probé este año!
1) CRUZAT CUVEÉ NATURE:
Cúmulo de burbujas que nos regala Pedro Rosell, enólogo experto en espumantes. El master de las burbujas argentinas.
2) MANOS NEGRAS BRUT NATURE:
Espumante que sale de las manos del gran enólogo Alejandro Sejanovich.
3) BUDEGUER EXTRA BRUT:
Burbujas proyectadas desde Tucumán pero realizado en Mendoza.