Esto sí que es una novedad. No solo porque su apertura es reciente, sino porque el concepto es único en el país: se trata, ni más ni menos, que del primer restaurante automático en Argentina. En un mundo dominado por las pantallas, algunos se les resisten y otros deciden adoptarlas como parte de su identidad. Así nació Foster, un restaurante donde, para pedir, no necesitás más que acercarte a una pantallita, elegir la opción foodie que te conquistó, y pagar con tarjeta ahí mismo. Mano a mano con la era digital, este formato innovador fue la idea de un emprendedor tecnológico, un diseñador y un ingeniero industrial. Combinación eficaz.
El concepto de “Smart Food” – comida inteligente y saludable – se combina con una tecnología atractiva desde su funcionalidad hasta su diseño. Porque la onda net del espacio se asemeja a un local tecno: blanco, espacioso y con las pantallas protagonistas. Con respecto a qué pedir, las opciones son simples para mantener el concepto de velocidad y practicidad. Wraps, ensaladas, sándwiches, sopas, jugos naturales y más recetas en bowls ideales para un take away o un almuerzo entre rutina.
Seamos sinceros, ¿a quién no le divierte el bowling? Para todas las edades y compañías – porque va bien como programa familiar, entre amigos y en una cita divertida – es un programa distinto de fin de semana. Pero, ahora, se volvió todavía más cool. En Pilar abrió hace poquito esta nueva movida donde, además de poder tirar un par de bolos y calzarte con esos zapatos graciosos, vas a poder tomar tragos de autor y comer rico en un ambiente más que canchero. Esa es la propuesta de Brasov, un bar con todos los componentes para el éxito.
Sí, hay una barra espectacular con tragos súper ricos e instagrameables, que van desde el Passion Fizz – con Jameson, maracuyá, azúcar, limón y ginger ale – hasta el Lady Wandeska para amantes del vodka, con lima, campari, frutos rojos y almíbar de hibiscus. Sí, hay una carta de comida bien food porn, con opciones para todos los gustos: rabas, langostinos, causa limeña, ensaladas, platos fuertes como ojo de bife o salmón, y por supuesto, hamburguesas, sándwiches y pizzas. Y sí, hay pista de bowling para desafiar a tus acompañantes y, entre copa y copa, jugar algún torneo y perfeccionar habilidades. No te preocupes, si perdés, tenés una excusa más para volver y pedir la revancha.
Del clásico fernet con coca a un universo temático de esta bebida tan argenta. Así va a ser Nero 53, un micro mundo (de micro no tiene tanto, porque es un bar de tres pisos) de culto a esta bebida. El primero fue en Ituzaingó, y ahora se mudaron a Palermo en una apertura que se estima para el 18 de julio, y promete mucho. En el barrio donde pareciera haber de todo, faltaba una fernetería.
El fernet es tirado en una choppera hecha con piezas de autos y ya se entiende que la originalidad está en cada rincón y en cada propuesta. La bebida es producida en la planta de morón de Nero 53, así que no solo es artesanal, sino que también lo vas a probar en versiones súper innovadoras: tragos como por ejemplo uno con baileys, licor de café, avellanas y, por supuesto, fernet. Otros con whiskey, pomelo rosado, agua tónica y más. Ni los más fanáticos de esta bebida la probaron en tantos formatos, y sin dudas van a encontrar en esta propuesta una alternativa muy tentadora para el sábado por la noche. ¿Para comer? La posta está en los sándwiches, con distintas carnes que maridan a la perfección. Choripán gourmet, sándwich de mollejas o bondiola entre panes. Acá todo clásico tiene una vuelta de tuerca.
Fotos: gentileza lugares mencionados.