Desde el auto ya lo debés haber fichado, porque su fachada no es algo que pase desapercibido. De hecho, se aleja de las clásicas heladerías: un techo de chapa con forma de piedra que llega hasta el piso y una arquitectura súper moderna ya dan la pauta de que es un lugar cool. Y ni hablar de que abrió hace menos de un mes y ya hay gente en la vereda. Así es Goodstën Creamery, la nueva heladería que se define como “la primera cremería de Buenos Aires”, y llegó para tentarnos a todos y revolucionar la industria heladera.
Por dentro, el olorcito ya cautiva y reafirma que allí, todos los productos son caseros. Si te quedan dudas, las ventanas dentro dejan al descubierto la sala de producción y dejan ver a todo el equipo en acción. Pero ¿cuál es el verdadero distintivo de estos helados? La respuesta está en su forma de producción “cold rock: vos elegís un sabor y tres toppings, y todo se mezcla sobre una piedra fría a -20 grados que logra mantener las cualidades y sabores de cada producto. ¿El resultado? Un helado dentro de una capelina (también casera) riquísimo y muy instagrameable.
Sorprende que esta sea la primera versión de esta marca. Sus gustos como “Black Forest” – una galleta helada de crema rellena con frutos rojos – o la paleta de “Berry cheese”, presentan a esta heladería como innovadora y creativa. Y si la querés probar, pero en tu casa, cuchareando del pote, (y, por qué no, viendo tu serie preferida en Netflix) podés pedir una “pinta de bitës”, ideal para compartir.
Su hamburguesa Dylan lo llevó al estrellato cuando fue distinguida como la mejor hamburguesa de Buenos Aires y, hoy, Williamsburg no necesita demasiada introducción. Con una onda muy New York y hamburguesas de otro mundo, ahora vas a poder probar sus creaciones entre panes también en Av. Del Libertador 3883, ex Paseo de la Infanta. Semejante fama amerita una segunda sucursal.
En este espacio vas a poder encontrar, no uno, sino dos sectores al aire libre envueltos por vegetación con guirnaldas de luces y toldos rojos, junto a una ambientación muy típica de un diner americano. La cocina está descubierta en el centro, ideal para los curiosos que quieran ver cómo se cocinan estas burguers caseras mientras, de fondo, suena un poco de rock. Además de la Dylan (con cebollas caramelizadas, queso azul fundido, y rúcula fresca), también podés probar la tremenda Polanski (de pollo con mozzarella, palta, mayonesa chipotle y espinaca). Para acompañar, nada mejor que las papas al horno con manteca de limón y romero.
Esta ya reconocida cervecería artesanal de Olivos convirtió, el 12 de enero, a una casona muy pintoresca de una esquina de Florida, en un spot cervecero para conocer con amigos. Con un lindísimo patio al aire libre que da a la calle, y la muy rica cerveza de siempre, inauguraron este nuevo espacio que desde el día uno estalló y le puso más onda a este barrio.
Con la fábrica – bar, que abrieron hace un año en Olivos, Bucaré es un nombre que muchos en Zona Norte conocen. En esta nueva sucursal, vas a poder encontrar sus sabores de siempre – Tarumá, Timbó, Mistol, Luma, Alnus y Ambay – y los botellones para llevarlos a tu casa (hasta hay uno muy canchero de cerámica). La protagonista sigue siendo la calidad de la cerveza. Para comer, el menú incluye los típicos platos de cervecería (infaltables las hamburguesas), pero también otros más innovadores como panes caseros con salmón.
Fotos: gentileza lugares mencionados