Si pasás por Palermo en busca de algún bar, este sin duda va a llamar tu atención. Una esquina que, definitivamente, no pasa desapercibida: desde afuera, la fachada está toda iluminada y nos ofrece una especie de jardín vertical futurista. Como si estuviese hecho únicamente de vidrio, luces y plantas, Esmeralda llegó a lo grande. Abrió sus puertas a fines de mayo, y en muy poquito tiempo ya está dando que hablar en el público tanto local como turista. “La idea es romper con el esquema de birrería artesanal (de clores cálidos y madera) y reversionarlo a uno más moderno, con el concepto de jardín vertical. Combinamos platos urbanos, cerveza artesanal y coctelería de autor”, nos cuenta Balta Bosch, uno de los creadores.
Y como siempre andamos en busca de un bar con una carta de platos que no se agote únicamente en un par de opciones para comer, acá la carta es extensa y tentadora. Obvio, los clásicos no faltan, pero las alternativas son varias y con un touch de creatividad. La hamburguesa Esmeralda, por ejemplo, es una de las seis opciones de este plato infaltable: carne de res rellena de champignones con queso azul, cebolla caramelizada y rúcula. Una bomba. Otra gran opción es pedir entradas para compartir y picar – porque un buen tapeo nunca falla – y probar desde rabas o chipirones al fierrito, hasta papas fritas o chips de estación. ¿Un trago? El Candy Varsovia, con vodka, almíbar de frutos rojos al Malbec, y jugo de limón.
Los mismos colores, la misma energía, la misma estética cuidada y, por supuesto, los mismos platos deliciosos. Pero, en esta ocasión, a todo esto, se le suma la mística del río. La creación de Jessica Lekerman ya se volvió un hit porteño por el diseño de los locales y los platos, que son tan ricos como lindos. En el ya famoso complejo Al Río de Vicente López, sobre la Avenida Libertador, Mooi no se quiso quedar afuera y abrió sus puertas hace menos de una semana. Y sí, ya saben que las novedades se las contamos nosotros.
Con el plus de contar con estacionamiento, las mesas reciben a quien quiera desayunar bien tempranito – a las 8h – con algún tazón de café con leche, tostadas, yogurt con granola, o alguna de las delicias de pastelería. A la hora del almuerzo, hay varias joyitas. Las ensaladas, en platos súper instagrameables y con ingredientes coloridos ofrecen una opción saludable y tentadora (algo que suele escasear). Y si estás para algo más calentito, las tartas o los platos de pastas son lo más. Tomar el té también es una opción, y si tu plan es salir a cenar, también podés encarar para este lado: la carta nocturna la ofrecen de 20 a 23h.
Nació en La Lucila y siguió apostando por Zona Norte. Con un espacio moderno y canchero – luces colgando, plantas que caen, mesas de madera y un look muy industrial –, una carta bien americana y un poquito de esencia de barrio, este restaurante abrió un nuevo spot sobre Libertador, en San Isidro, hace no más de dos meses.
Forest Dan es uno de los preferidos para las reuniones semanales entre amigos. ¿Por qué? Por el ambiente urbano con buena música – incluídos DJs en vivo –, por la carta simple, pero con opciones para todos, y por la amplia variedad de cervezas y tragos (ideal para quienes no sean tan fanáticos de la birra). “Meeting Point”, es su segundo nombre, y con razón. Un dato: los martes hay 20% de descuento para los grupos de chicas que vayan después de las 20:30h.
Fotos: gentileza lugares mencionados.