Sylvia Battistini: una mirada francesa de la moda, con un toque de rebeldía
Entre cervezas, bagels, y cómo no, vino tinto, la mente detrás de este concept store, Sylvia Battistini (30), comparte con diseñadores, clientes, amigos y vecinos varios hitos: el re-lanzamiento de Le Local (Serrano 725, Villa Crespo), el hecho de que la tienda esté en marcha desde hace un año y que la comunidad que la rodea sea cada vez más grande. En este ambiente jovial y distendido, Sylvia, oriunda de Marsella en la Costa Azul y fanática de la moda desde siempre, relata su historia y nos cuenta cómo es su vida en Argentina, qué es lo que la impulsó a emprender en el fashion business, qué viene a aportarle al estilo de esta ciudad con su mirada francesa y cómo logró crear Le Local; un pop-up store donde el diseño y el buen gusto son los protagonistas.
¿Hace cuánto tiempo vivís en Buenos Aires?
Vine por primera vez a Buenos Aires cuando tenía veintitrés años, a hacer un intercambio cuando cursaba el Posgrado de International Business. El tiempo pasó muy rápido y seis meses en Buenos Aires no me parecieron suficientes. Entonces empecé a buscar trabajo para poder quedarme más tiempo y finalmente trabajé en una empresa automotriz y después en otra compañía, lo que me permitió quedarme por 5 años más. Después, por cuestiones personales, tuve que volver a Marseille, mi ciudad natal. Pero yo sabía que este regreso a mi ciudad natal era temporal y que volvería.
Nos comentaste que trabajaste en varias empresas. ¿Cómo diste ese giro del mundo corporativo a ser emprendedora y poder abrir tu propia tienda?
Siempre quise crear un proyecto propio. En un momento quise ser diseñadora, pero no tenía los skills necesarios. Este impulso de emprender en el fashion business se terminó de gestar en mi estadía en Marseille, al regreso de Buenos Aires, dónde estuve a cargo de un concept store. Me encantó trabajar ahí, contarle a los clientes qué eran los productos, de dónde vienen y cómo están hechos. Ahorré plata y me puse en contacto con Judith Huillet, una amiga de Buenos Aires, con el fin de abrir acá un concept store. Y me saqué el pasaje, ¡y acá estoy! (risas).
¿Cuál fue la idea detrás de Le Local?
Le Local surge como la necesidad de achicar una brecha muy grande en la oferta de ropa de Buenos Aires: entre las marcas de shopping y los showrooms de diseñadores independientes. Los pocos concept store multimarca que hay, o son carísimos, o te hacen ropa muy conceptual. Lo que propongo a través de Le Local es una oferta de diseño pret- à-porter, a través de un pop-up store. Digo pop-up store porque cambiamos constantemente: rotamos de atmósfera, de temática de decoración, pero sobre todo de diseñadores. Yo creo que en Le Local no solo comprás la ropa, sino que también una historia; la historia de un diseñador que se está esforzando para construir su propia marca, su universo. En un futuro, me encantaría que Le Local sea el lugar dónde crecen los futuros talentos. Por otro lado, Le Local se orienta en el cliente y en poder satisfacer su necesidad. Trato de tener una atención muy personalizada y creo que funciona. Cada persona se va contenta y con ganas de volver, lo que para mí es fundamental.
¿Cómo definirías el estilo de las prendas y accesorios que se consiguen en Le Local?
Creo que en pocas palabras definiría el estilo de Le Local como un prêt a porter casual chic. Proponemos prendas clásicas, reinventadas por la imaginación de cada diseñador. Muchas veces tenemos piezas únicas o « colecciones cápsulas » por la exclusividad de los géneros o del diseño. Lo que me interesa es la comodidad a través de la tendencia. La idea es resolver el guarda ropa del día a día. Vestirse linda y cómoda para ir a trabajar y después salir de « after office » con estas mismas prendas.
¿Cómo pensás que se viste en general la mujer argentina y qué viene a aportar Le Local? ¿Un toque más francés?
¡No me gusta generalizar! De lo que sí estoy segura es que es una mujer a la que le gusta verse linda y eso a mí me encanta. Sin embargo noto cierto desequilibrio entre la libertad de expresión, el nivel de creatividad en Buenos Aires y por otro lado, la uniformización de los outfits. Entiendo que tienen una tendencia a sentirse cómoda con la marca, pero ahora van valorando también la originalidad. Igual todo va cambiando y ahí es donde Le Local aporta : una propuesta de piezas únicas que podés combinar en diferentes ocasiones sin ser demasiado conceptuales. La impronta de Le Local tiene bastante de identidad francesa, con un toque de rebeldía. De hecho muchas veces acá te sentís como estar en Francia. Por ahí porque trabajamos con muchos diseñadores franceses y siempre se escucha mucho el idioma francés. ¡Es algo que está en el aire!
¿Cuál es la moda que a vos te gusta y cuál la que no te gusta?
Adoro la moda en general y de todas las épocas, con una preferencia por esa cosa descontracturada de los años setenta. Adoro los desfiles de Balenciaga y de Chanel, siempre miro los lookbooks de « maisons » influencers internacionales. Estoy atenta a la tendencia y me encanta combinar prendas o reciclar mi placard (risas). Sin embargo, cada vez me gusta menos consumir en las grandes cadenas de « fast shopping » por una cuestion ética y porque tampoco me gusta cuando todo el mundo se viste igual. Me parece mil veces más interesante consumir una moda más ingenua, más soñadora. Creo que una se expresa a través de como se viste. Y me encanta cuando nuestros clientes se identifican con el universo de nuestros diseñadores.
¿Qué conexión seguís teniendo con Marsella?
Mi ciudad es el punto de inicio de la Costa Azul. Es la segunda ciudad de Francia, muy cosmopolita y está llena de buenos secretos. Adoro a mi ciudad y me siento muy orgullosa de ser de ahí. Pero creo que transformé todo lo que la extraño en este proyecto de Le Local.
El logo de la marca contiene formas geométricas, ¿qué representa?
El logo es un hexágono, que simboliza a Francia y que contiene adentro un triángulo que para mí representa a la Argentina. Este mix plasma la identidad de Le Local.
Se dice que la etapa inicial de un emprendimiento es la más complicada. ¿Cómo la viviste vos?
Es verdad. Cuando vimos por primera vez el espacio dónde hoy es Le Local, nos sorprendimos. No sabés lo que era. Durante cincuenta años, el «tano Octavio» había estado arreglando calzados en este lugar. Estaba todo negro y todo podrido, pero el lugar tenía un alma y mucho encanto. Empezamos a tirar todo abajo, a pintar la pared, cambiar el piso y hacer remodelaciones, y ahí empezó a tomar un poco de onda. Mientras, empecé a armar brochures para contactarme con los diseñadores que me gustaban para ver si estaban interesados en estar en Le Local. Una vez armado, empecé a buscar más diseñadores, y como buena millenial, los busqué a través de las redes sociales.
¿Qué resaltarías de tu experiencia como emprendedora en la escena de la moda?
Hay dos cosas que me llamaron mucho la atención en el armado de mi emprendimiento. Una es que con poca inversión, pero con mucha dedicación, se pueden lograr cosas inesperadas. Y la otra, es que tuve la suerte de haberme topado con gente increíble: amigos, diseñadores, clientes. De a poco, logramos construir una pequeña comunidad. Y cada dos meses, tratamos de organizar eventos para reunirnos y materializar esta buena vibra y pasión que sentimos por la moda y el diseño.