Pionero en lo que a sushi libre respecta, el local de Futu Sushi en Villa Crespo tiene mucha onda, mucho sushi y mucha birra
Sushi libre, la propuesta se vende sola. El sushi llegó hace ya varios años y se instaló sin escalas como ese lujo gastronómico que te das una vez cada tanto. Tan rico como caro, los restaurantes que lo ofrecen son cada vez más y con una infinita variedad de opciones y recetas. Pero ¿qué si les decimos que hay lugares donde, por un precio más que razonable, vas a poder probar no una, no quince, no treinta, sino la cantidad de piezas que vos quieras (y puedas)? No, no son solo bandejas de los clásicos, sino todo lo contrario: con salmón, con kanikama, calentitos, rebozados, tempura, y la lista sigue, el universo del sushi llega a tu mesa .
En espacios súper cálidos y con pocas mesas, la invitación es pasar un buen momento – con cerveza o vinito de por medio – bien acompañado y con la panza más que llena. Les revelamos tres tesoros escondidos donde comer sushi hasta explotar es el plan de la semana.
Fueron pioneros de esta movida que conquista desde el vamos. Por $400 vas a poder degustar todas las piezas que quepan en tu estómago, en un ambiente más que relajado y con mucha vibra joven. Distinto a los clásicos “tenedores libres” donde uno se imagina ese típico comedor de oficina, acá la onda es otra: un espacio chiquito y cálido donde la birra artesanal está tan presente como el buen sushi.
Futu es una gran opción para las parejas que ya probaron todo en la escena gastronómica y quieren innovar. Las mesas en la vereda son las elegidas en los días de calorcito, cuando es más que ideal maridar estas delicias de pescado con una cerveza helada. Sacando un poco al sushi de ese lugar exclusivo en el que se instaló desde un principio, acerca la posibilidad de probarlo en todos su formatos, a un precio más que razonable. Y decimos todos sus formatos porque acá hay con salmón, kanikama, langostinos, atún, y más. ¡Pero eso no es todo! Si te aburriste de los rolls, también podés pedir ensalada de sushi – uno de los hits del sushi hoy en día – o apostar por sus nuevas opciones de invierno en las que la pasta es protagonista.
Si bien nacieron hace cuatro años con un formato exclusivo de delivery, hace solo un año abrieron las puertas de su primer local. No tardó en correrse la voz, y eso tiene una razón: su opción de sushi libre. Con un costo de $390 por persona, la premisa está clara: hay que ir de a varios y con hambre. Mucha. Todos son bienvenidos: los que los prefieren rebozados, los que aman los calentitos, los que, por el contrario, no salen de los clásicos, los vegetarianos (porque también llevan opciones veggies si avisás que sos vegetariano con anticipación) aquellos que no se niegan a nada, y la lista sigue. Pero, para no desperdiciar comida ni abusar del “libre”, la dinámica es la siguiente: para que te traigan otra bandeja, tenés que terminar la anterior.
Para empezar, las opciones varían entre ceviches, temakis, y alguna que otra alternativa. Sigue la tabla caliente de rolls y langostinos rebozados con guacamole, junto a empanaditas de salmón. El espectáculo continúa con las piezas frías, súper variadas y con diferentes salsas para salir de lo tradicional. Con respecto a las opciones a la carta, son igual de deliciosas: ocho combos, entre los que hay opciones más premium (con pulpo, por ejemplo). Eso sí, hay lugar para 30 personas, y esa exclusividad implica ir, sí o sí, con reserva previa.
En San Telmo también hay un rincón donde comer sushi hasta explotar es plan. Acá, los martes, miércoles y jueves, de 21 a 23h, vas a ver pasar bandejas de sushi como si fuese agua. Dos horas donde vas a poder probar arrolladitos, piezas tempura, rolls con langostinos, kanikama, salmón – mucho salmón –, niguiris de palta, de pesca blanca, y más. Básicamente, vas a poder degustar todo lo que está en la carta (menos los sashimis), por $400.
Bandejas y los clásicos (y muy instagrameables) barquitos de sushi con piezas de todos los colores van a llenar tu mesa. El espacio es chiquito – de nuevo, reservar es obligatorio – pero con una onda muy agradable: frases y dibujos en negro sobre la pared blanca y, un detalle no menor, su jardincito al aire libre para un encuentro un poco más romántico. Para tomar, el vino es la opción destacada.
Fotos: gentileza restaurantes mencionados.