Surrealistas y fantásticas: ¿por qué las obras de cada vez más artistas argentinas representan mundos oníricos, extraños y hasta medievales?

¿Tendencia? ¿Inclinación? ¿Dirección? Los rasgos surrealistas y figurativas aparecen en cada vez más creaciones y muestras de artistas mujeres argentinas. ¿Qué hay detrás de este auge de elementos ocultos, mágicos, simbólicos? ¿Representar «una nueva edad media» o lidiar con la «extrañeza del mundo»? Testimonios exclusivos de artistas, curadores y galeristas.

«Uso a mi manera el lenguaje simbólico», explicó Renata Juncadella (foto: gentileza para prensa de Galería Cott y Renata Juncadella). 

Surrealistas y fantásticas: ¿por qué las obras de cada vez más artistas argentinas representan mundos oníricos, extraños y hasta medievales? Por Candelaria Penido para MALEVA.

Soy fiel seguidora del circuito artístico contemporáneo argentino y hace un tiempo que me encuentro con una ¿tendencia? ¿inclinación?, ¿dirección? que no solo me gusta sino que llama mi atención y he visto repetidas veces aparecer: exposiciones de pintura figurativa con rasgos surrealistas. ¿De qué estoy hablando? Me sucede que últimamente me cruzo con cuadros de artistas mujeres que representan escenas que conjugan lo real con lo ficticio. Pinturas dotadas de una cualidad narrativa, en donde eso que se cuenta se sumerge en el extrañamiento.

Lo oculto, la magia, el mundo interior, lo alegórico, el código y el simbolismo son elementos que se encuentran presentes en estos trabajos. ¿Por qué? “Es la manera de lidiar con la extrañeza del mundo” le explicó a MALEVA Ornella Pocetti, una de las artistas que entrevisté en un intento de entender esta forma de crear. “El adentrarse en lo onírico y fantástico, permite imaginar otros mundos y abrirse a nuevas posibilidades”, nos dijo por su parte en una charla Carolina Constantino, directora comercial de la galería Praxis.

Diferentes personalidades, de diferentes contextos, edades y galerías, pintan – cada una a su manera y con sus propios intereses y procesos -, dentro de universos que se rozan o vinculan. Las creaciones de Renata Juncadella, Ornella Pocetti, Majo Caporaletti, Verónica Gómez, Amaya Bouquet y Lola Orge Benech parecerían dialogar con el realismo mágico. Ya que por un lado, despliegan una supuesta realidad y por el otro, elementos que la hacen inverosímil.

“Intento presentar un mundo aparentemente real mediante el uso de la proporción, para que luego se abra a lo extraño y al misterio”, nos contó Majo Caporaletti. “Para mí la obra es exteriorizar un proceso interno y mágico de manera alegórica. En la magia, el ritual es el simulacro en el que se estimulan y se mueven una serie de cosas. Se ubican dispositivos escénicos que trabajan abriendo compuertas reales”, confirmó Renata mientras nos contaba parte de su proceso creativo.

Sin embargo, a la hora de preguntarles a varias de estas artistas si consideraban que su obra estaba ligada al surrealismo, la respuesta fue negativa. “Me gusta pensar que me ocupo de lo real inverosímil” afirmó Verónica Gómez; “yo lo invierto, en vez de pintar el mundo inconsciente, uso a mi manera el lenguaje simbólico para dirigirme a él y transformar así los mecanismos” confesó Juncadella; “entiendo que se pueda ver en mi pintura rasgos surrealistas, pero creo que es por esa profunda carga simbólica que encierran las figuras, y quizás también por esa desobediencia de las formas en lealtad de una sensibilidad conceptual”, expresó Lola Orge Benech. “Mis obras no quieren imitar algo que ya pasó, sino que son piezas de un futuro que se encuentran ancladas a un pasado. De ahí tal vez, la conexión con el surrealismo. Diría que son protofuturistas“, definió Amaya Bouquet.

Foto: gentileza Ornella Pocetti (obra Las Edades). 

“Es la manera de lidiar con la extrañeza del mundo” le explicó a MALEVA Ornella Pocetti, una de las artistas que entrevisté en un intento de entender esta forma de crear. “El adentrarse en lo onírico y fantástico, permite imaginar otros mundos y abrirse a nuevas posibilidades”, nos dijo por su parte en una charla Carolina Constantino, directora comercial de la galería Praxis…»

Es por eso tal vez, que al preguntarle, Carolina Constantino definió esta tendencia como neo-surrealismo. “El surrealismo se está reinventando en nuevas imágenes simbólicas. De hecho, la curadora Agustina Rinaldi, nos comentaba acerca de una “revitalización del mismo con tintes locales – para ella -, estas pintoras impulsaron un resurgir de la pintura figurativa signada por el esoterismo, la magia y, sin dudas, la rebeldía de resignificar la oscuridad.”

Por su parte, hablar de tendencia también fue un punto controversial. Gabriel Cott, director de Galería cott, nos contó que hace años, durante sus viajes a ferias en el exterior – Arco y Basel -, se encontró con la vuelta de lo figurativo: “hace 4 años que veo el crecimiento en popularidad de esta tendencia.” De hecho, entre otras cosas fue a partir de esta observación que se decidió a incluir esta rama en el catálogo de su galería, ya que hasta ese momento tenía el foco en el arte conceptual y abstracto. Hoy Cott representa entre otras figuras a Renata Juncadella y Verónica Gómez. “Cada una representa corrientes diferentes, con muchos puntos de unión aunque no necesariamente iguales” explicó el galerista.

“Me encanta que muchas mujeres estemos en la misma búsqueda y se genere alguna especie de escuela o vanguardia de pintura”, aludió Ornella. La clave entonces puede que esté en cambiar el concepto categórico, dejar de lado la tendencia y hablar de estilo.  Rinaldi confía en que “las búsquedas de estas pintoras no solo no son pasajeras, sino que tampoco alientan un hype que, tras ganar enorme popularidad, se agota y muere.”

La incógnita por ende reinará hasta que el tiempo defina si estamos frente a un estilo o una tendencia. Lo que si queda claro, en palabras de la curadora es que “lograron revitalizar el surrealismo que ya conocíamos mediante una expresión local, introduciendo elementos que identificamos como propios en escenarios fuera de serie, la complejidad de sus hilos narrativos nos permite sumergirnos en múltiples historias a la vez, por capas. Lo que más me atrae de sus obras es que proponen una zona gris en donde lo familiar y lo fantástico se hacen uno.

Majo Caporaletti en su taller (foto: gentileza para prensa de la artista). 

«Más allá de la noción que se utilice para vincularlas, sus creaciones gozan de puntos en común: las referencias al cine y la literatura, siendo el género terror un preferido. Los nombres: Remedios Varo, Mildred Burton y Paula Rego se repiten como influencia. La alusión a la pintura religiosa, así como la aparición de elementos propios del medioevo son otros rasgos que las conectan…»

Más allá de la noción que se utilice para vincularlas, sus creaciones gozan de puntos en común: las referencias al cine y la literatura, siendo el género terror un preferido. Los nombres: Remedios Varo, Mildred Burton y Paula Rego se repiten como influencia. La alusión a la pintura religiosa, así como la aparición de elementos propios del medioevo son otros rasgos que las conectan. Tanto con una mirada dirigida hacia el pasado, como en las piezas de Juncadella u Orge Benech o desde una perspectiva que propone diferentes capas y profundidades como en los cuadros de Gómez, donde nos confió “miro lo medieval del Siglo XXI.”

En ellos se evidencia lo anacrónico de algunas facetas de nuestro cotidiano. “Ahora mismo, bajo el gobierno de Milei, estamos viviendo en algunos aspectos en el medioevo. Y eso apareció en mis trabajos más recientes.”  No es menor que estos tratamientos e intereses se encuentren bajo el pincel de mujeres. “La pintura siempre fue muy apropiada por el arquetipo de varón dandy, así que me encanta que esté cada vez más visible la cantidad de pintoras mujeres que hay y que producen desde su propio estilo y sensibilidad” defendió Lola Orge Benech. Concepto reforzado por Rinaldi “sus piezas dejan en evidencia sus narrativas que están atravesadas por la coyuntura, especialmente, en términos de género, poniendo en jaque la rigidez identitaria y las estructuras heredadas para proponer escenarios que alientan la hibridez, la fluidez y la especulación colectiva.”