"SOY MANDADA Y AVENTURERA": CALA ZAVALETA / ENTREVISTA / POR MARÍA PAZ MOLTEDO

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Cala se fue a París a estudiar francés

 

«SOY MANDADA Y AVENTURERA»: CALA ZAVALETA / ENTREVISTA / POR MARÍA PAZ MOLTEDO. FOTOS: JOACO CARBAJALES.

A Cala Zavaleta crear se le da naturalmente. De chiquita en el campo donde vivía, cuando se armaba mundos imaginarios con todo lo que encontraba en el ropero de su mamá; durante su infancia a través de los viajes que hizo por el mundo acompañando a su padre polista; en el colegio cuando se dio cuenta que la actuación era casi una pulsión a la que necesitaba darle respuesta; a los 19 cuando se anotó a estudiar en la UNA; Y hoy, a los 25, que se divierte y se apasiona con todos los personajes a los que da vida en el teatro under, producciones de fotos, cine independiente y en la tele. Cuando habla, se ríe o recuerda vivencias, ese dejo de creatividad parece estar siempre presente e iluminado. Desde París se tomó un rato para hablar con MALEVA y contar un poco más sobre su carrera, sus placeres y su vida.
¿Qué estás haciendo en París ahora? ¿Vacaciones o trabajo?
Me vine a París a estudiar francés; también vamos a hacer un corto con un amigo que vive acá, es fotógrafo y director, Thomas Kelly. Y a reencontrarme con esta ciudad donde tengo muchos recuerdos de mi infancia. Tuve la suerte de venir mucho y no me deja de sorprender, siempre hay algo que te falta conocer, una esquina, un barcito, un museo, es una ciudad con un espíritu único; es una explosión de cultura. Hoy salió el sol así que creo que lo mejor que se puede hacer es ir al Jardín de Luxemburgo y disfrutar la ciudad caminando. Y soy fanática de la comida; justo ayer fui a Chez Omar y comimos un cous cous increíble. También fui a un restorancito súper bueno de comida peruana que se llama Máncora. Ambos en el barrio Le Marais que es lo más.

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Cine y teatro independiente: dos de sus deseos para este año

«Empecé a ser consciente que iba a ser actriz a los 19 años cuando empecé a estudiar en UNA (Universidad Nacional de las Artes). Yo sabía que era muy duro entrar, pero lo intenté y entré, ahí realmente empezó todo.»

 
¿Cuándo te empezó a interesar el mundo de la actuación? 
En realidad siempre lo tuve adentro como una pulsión. Después tenía la mejor materia de la primaria y secundaria que era Drama (Actuación) con Chapa, mi primer maestro de teatro, el que me introdujo al juego fascinante de actuar desde una libertad enorme. Hoy sigue siendo un gran amigo y es un gran guía. A los nueve años tuve mi primer «papel», que me lo inventó él. Hicimos la obra de Halloween inspirada en  «Pesadilla antes de navidad» de Tim Burton. Yo hacía de la amiga loca de Sally, la novia de Jack, un personaje que no existía. Me di cuenta que lo disfrutaba enormemente, pero ni ahí era consciente que iba a ser actriz; eso apareció a los 19 cuando empecé a estudiar en UNA (Universidad Nacional de las Artes). Yo sabía que era muy duro entrar, pero lo intenté y entré, ahí realmente empezó todo. Hay una película que vi de adolescente, La balada de Jack and Rose, muy bella, fuerte, que me sentí identificada por la juventud de la actriz. Y cuando empecé a estudiar actuación siempre pensaba en que me encantaría hacer ese tipo de películas algún día.
Contame algo de tu infancia, algún juego o recuerdo. ¿Dónde creciste?
Crecí en General Rodríguez, a cinco kilómetros del pueblo, teníamos una sola ruta que nos conectaba con lo urbano de tierra. Era una casa muy vieja, restaurada por mis papás cuando se casaron y se fueron a vivir allá. Un lugar hermoso, teníamos gallinas, caballos, varios gatos, perros, tipo de pájaros, muchos árboles, hasta llegué a tener mi propia ovejita, Memo. Fue una infancia maravillosa, de cuento de hadas, muy conectada con la naturaleza, las estaciones, los animales, el arte. Mi mamá era pintora, una artista de alma. Nos educó con muchísima libertad, a través de la creación libre y genuina;  y gracias a mi viejo viajamos mucho en nuestra niñez, íbamos a Francia varios meses por año por su trabajo (jugaba al polo). Ahí mama nos llevaba a los museos, obras de teatro, conciertos. En casa mi mejor plan era meterme en el ropero de mi mamá y ponerme desde sus corpiños hasta sus tacos, le robaba algún labial y me instalaba enfrente de un espejo y no paraba, hacía todo tipo de mímicas, voces, situaciones, personajitos, me daba besos a mí misma sobre el espejo (RISAS) ¡estaba loca!

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«No soy modelo, soy una actriz que modela»

«Me encanta Buenos Aires, vivo en Palermo, súper barrio para andar en bici, y tomar desayunos en buenos lugares. Suelo ir a comer a Proper y a veces cuando tengo tiempo me gusta desayunar en Le Pain Quotidien. Y mis almuerzos favoritos son en Krishna desde que soy muy chiquita porque mi mamá tenía un local de ropa enfrente.»
 

Leí que hiciste un seminario de Máscara neutra. ¿De qué se trata eso? ¿Qué aprendiste?
Sí, fue un súper entrenamiento físico, la máscara te hace desaparecer de algún modo, y queda un cuerpo neutralizado para después poder accionar y crear. Es una máscara neutra, no llora ni sonríe. Te permite un estado de disponibilidad absoluta y a la vez te despoja de lo que uno es.
¿Tu carrera como modelo se dio paralelamente a la actuación? ¿Qué mundo te divierte más?  
No me considero una modelo, soy una actriz que modela (RISAS). No, la verdad que lo empecé a hacer como salida laboral. Pero soy actriz. Igual haciendo fotos aprendí mucho, y sirve obvio. Pero no se compara, el mundo de la actuación tiene un movimiento que el modelaje no. Hice la campaña para una muy amiga, que tiene una marca de zapatos increíble, Pier by Cata Pieres. También para Paula Cahen D´anvers, para Ayres, y mucho con Roma Renom, gran diseñadora.
Tu familia está relacionada al mundo del polo. ¿Qué relación tenés vos?
No soy de ver muchos partidos, solo lo voy a ver a mi hermano, me gusta verlo jugar a él, me pongo la camiseta y me re compenetro. Este año juega por primera vez la Triple Corona con su equipo La Irenita, en el Abierto Argentino de Polo. Así que ahí no me pierdo un partido (RISAS). Es un deporte muy salvaje, me crié viendo a mi papá jugarlo y después a mi hermano, me parece súper riesgoso, difícil, atractivo, adrenalínico. Son caballos y hombres pegándole a una pelotita muy chiquita. Es una locura la velocidad a la que pueden llegar a ir.
También leí que hiciste danza clásica. ¿Qué te apasiona de la danza?
Sí, es una danza muy bella, me fascina la música, la elegancia, es un poco como viajar en el tiempo bailar ballet. Me encanta bailar, me hace muy bien, me hace sentir viva y no pensar en nada. Bailo donde puedo, donde haya música, sola también, soy de ponerme música a todo volumen y bailar haciendo cualquier cosa. En un carnaval en La pedrera me quedé sola bailando hasta que cortaron la música. 

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Hoy tiene un papel en Después de Amar, de Telefé

«No soy modelo, soy una actriz que modela. El mundo de la actuación tiene un movimiento que el modelaje no. Hice la campaña para una muy amiga, que tiene una marca de zapatos increíble, Pier by Cata Pieres. También para Paula Cahen D´anvers, para Ayres, y mucho con Roma Renom, gran diseñadora.»

Empezaste actuando en teatro, cortos y hoy sos Cynthia Levin en Amar después de Amar en Telefe. ¿Cómo vivís ese salto a un lenguaje tan diferente como el de la tele?
Lo vivo con mucho agradecimiento por la oportunidad que me dieron. Todo cambia, el espacio, el rango de movimientos, los tiempos no son los mismos. Al principio sentí una limitación espacial grande, pero entrenando fui entendiendo por dónde iba. Y cuando empecé a grabar la tira fue el gran desafío, poner en práctica todo lo estudiado, y creo que pude hacer un buen trabajo.
¿Tu personalidad tiene algo que ver con el personaje? una chica súper libre, aventurera, en busca de placeres ¿O nada que ver?
(RISAS) Sí, hay algo de Cynthia adentro mío, por supuesto. Eso es lo interesante, jugarlo desde uno y a la vez ser otro. Me identifico en el ser mandada y aventurera.
Este verano también presentaste Experiencia Alicia en La Pedrera. ¿Te gusta Uruguay, la playa, sos de ir seguido?
Sí, amo la playa, y Uruguay es un lugar muy especial, ahí se frena el tiempo para mí. Desaparezco. Fuimos en el auto de mi hermano que me lo prestó. Íbamos con todo el baúl lleno de vinos y comida para todo el elenco. No sabíamos cuánto iríamos a recaudar, nos importaba nada, queríamos llevar esa obra hermosa al mar ¡Y fue un éxito total!
Si pudieras elegir uno de los lugares o situaciones que vive Alicia para vivirla vos en carne propia ¿cuál elegirías?
Creo que él te de locos o la conversación con la oruga.

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Fan de Shakespeare, de la danza clásica y de Uruguay

«Me encantaría hacer cine este año, y pasar por esa experiencia. También hacer alguna obra de teatro independiente, es cuestión de uno auto gestionarse de algún modo. No quedarse esperando que alguien te llame.»

También actuaste en una reinterpretación de Sueño de una noche de verano. ¿Sos amante de Shakespeare?
Sí, Shakespeare es el uno, es contemporáneo en su antigüedad, siempre se puede reactualizar, sus obras son pasiones que describen al ser humano como nadie lo ha hecho. Después de 400 años seguimos realizando sus obras. Fue mágico, desgarrador, intenso. Aprendí que Shakespeare se actúa desde cada extremidad del cuerpo, con todo, no hay grises. Sí, soy amante de William (RISAS).
Vi por tu Instagram que leíste Mujeres que corren con los lobos. ¿Qué te enseñó?
¡Mucho! Me confirmó lo que es ser mujer en el mundo de hoy, a entenderme, a elegir, respetarme, quererme, valerme, a creer en lo sagrado de la intuición, que lamentablemente está extinguiéndose. La autora habla de la mujer salvaje, yo tuve la suerte de tener varias en mi familia que fueron ejemplos esenciales para mí.
También veo que viajás mucho. ¿Un viaje que recuerdes con mucha alegría?
El año pasado fui a visitar a mi prima que vive en Costa Rica, fue alucinante, es un paraíso, salvaje, divertido, tropical ¡No quería volver! Me encanta viajar, me hace bien, me da vitalidad. Es algo que está muy integrado a mí, siempre fuimos gitanos, por el laburo de mi papá y porque somos una familia inquieta. Viajar es una forma de encontrarse con uno, no sé, a mí me pasa eso.
También hay muchas fotos de paisajes y de arte. ¿Un paisaje que te de paz? ¿Y una muestra que te haya generado algo?
Las rocas de la rambla de La Pedrera me dan mucha paz. En 2014 vi en el TATE de Londres la obra de los últimos años de Matisse, pintor que siempre admiré y tuve muy presente en mi niñez porque me encantaba hacer recortes como los de Matisse.
Y acá en Buenos Aires, ¿qué te gusta hacer? ¿Algún lugar o rutina fetiche que tengas?
Sí, me encanta Buenos Aires, vivo en Palermo, súper barrio para andar en bici, y tomar desayunos en buenos lugares. Suelo ir a comer a Proper y a veces cuando tengo tiempo me gusta desayunar en Le Pain Quotidien. Y mis almuerzos favoritos son en Krishna desde que soy muy chiquita porque mi mamá tenía un local de ropa enfrente. Viví en el campo pero siempre curtí Palermo antes de que esté tan de moda, era re barrio, tenía su belleza especial.
Hace poco se estrenó Fatal, un corto en el que actuás ¿Qué otros proyectos estás encarando para los próximos tiempos? 
Sí, esa fue una súper experiencia. Son cuatro amigos, dos parejitas que no se separan, y se generan unos cruces de amor. Está muy bien captado el espíritu de juventud, que no te importa nada más que estar con tus amigos y con el pibe que te gusta y tu mejor amiga. Además la estética es alucinante. Recorrimos toda la ciudad, la pasé muy bien, volví a ser adolescente durante el rodaje. Me encantaría hacer cine este año, y pasar por esa experiencia. También hacer alguna obra de teatro independiente, es cuestión de uno auto gestionarse de algún modo. No quedarse esperando que alguien te llame, después si aparecen propuestas está buenísimo, pero como artista hay que seguir creando. Eso te mantiene vivo, en acción. 
Fotos: gentileza Cala Zavaleta – Joaco Carbajales