Son tendencia: los vinos Semillón (revolución de los blancos) y Sangiovese (tinto ligero en auge) enamoran nuevas copas como nunca

Son dos variedades que se afirman entre los argentinos y se adaptan recontra bien a los platos (y emociones) del momento/La paradoja: son vinos con mucha tradición que hoy son modernos/Opinan expertos y enamorados/Además: ¿cuáles tenés que probar?

El semillón aunque muchos no lo sepan, es un clásico entre los vinos argentinos, y va muy bien con tapeos. 

Son tendencia: los vinos Semillón (revolución de los blancos) y Sangiovese (tinto ligero en auge) enamoran nuevas copas como nunca. Por Paula Bandera para MALEVA.

El concepto de moda no cabe en la copa, es que la vitivinicultura es una industria lenta, requiere tiempo porque late al pulso de la naturaleza; sin embargo, se advierten tendencias que, a paso lento, pero firme, trazan caminos. Y en esas rutas con el pavimento casi fresco, se inscriben las variedades de las que vamos a ocuparnos hoy: el Sangiovese, respondiendo al auge de los tintos ligeros, y el Semillón, formando parte de la revolución que hoy viven los blancos argentinos.

Sangiovese: un vino que canta las canciones que el público quiere escuchar en esta época.

Si el Sangiovese fuese una persona sería ese compañero o compañera del secundario que abulta el montón, alguien que pasa siempre desapercibido, hasta que un verano crece, se corta el pelo y en dos meses saca el pasaje a la popularidad que estrena el marzo. Vale la analogía porque siempre hubo bastante cantidad, aunque no se lo valoraba en su justa medida; la trajeron los inmigrantes italianos, quienes cuidaban a su variedad más querida, el corazón del Chianti, pero cuando el vino argentino se internacionalizó, en los 90, cayó un poco en desagracia, y se arrancaron varias plantaciones.

“En esa época se empezó a valorar mucho el color y el sangiovese no da un gran color en los vinos, entonces quedó relegado”, cuenta Juan Pablo Díaz, de Bodegas López, quien conoce bien a la variedad porque esa bodega la mantuvo en la mesa de los argentinos gracias a Rincón Famoso, la popular etiqueta que – dato poco conocido – se compone de un blend de sangiovese (60%), Malbec y Merlot.

Escorihuela Gascón y Benegas – que conserva un viñedo plantado en 1935 por la familia – son otras dos bodegas que la mantuvieron con vida a la variedad. Pero poco más pasó, hasta que, en 2017, Federico Isgro y Santiago Bernasconi, crearon Bira Wines, un proyecto “con cuore italiano y anima argentina” que nació con el propósito de poner en valor variedades de la península, así convirtieron al sangiovese en la base de todos sus tintos.

Más allá de los nombres propios, el sangiovese canta las canciones que el público quiere escuchar ahora: ofrece vinos de alta frescura, jugosos, con buena carga de fruta, pero también trazos herbales y especiados, color ligero y un perfil super gastronómico, algo así como un piletero serio.

«Si el Sangiovese fuese una persona sería ese compañero o compañera del secundario que abulta el montón, alguien que pasa siempre desapercibido, hasta que un verano crece, se corta el pelo y en dos meses saca el pasaje a la popularidad que estrena el marzo…»

“Un sangiovese puro tiene fruta muy fresca, son vinos que aún con un punto de madurez alto siguen conservando buena acidez; lo llamativo es que lo ves y no tiene tanto color, y de repente te sorprende el agarre que tiene en boca, es complejo por sí solo”, resume Díaz, quien también lo elabora con su marca propia, Universo Paralelo.

El año pasado, Matías Ricitelli sumó a su portfolio un sangiovese elaborado con uvas provenientes de un viñedo plantado en 1930, de la zona de Las Compuertas. Y este 2025, Don Nicanor presentó como novedad también un sangiovese. La idea surgió cuando Santiago Mayorga, enólogo de la bodega, fue a buscar un Semillón a la zona de La Arboleda, Valle de Uco, y enfrente vio unos parrales que le llamaron la atención por su antigüedad, resulta que era un sangiovese de 1963.

Tanto detalle numérico para poner de relieve otra particularidad: en Argentina, la gran mayoría del Sangiovese proviene de viñas viejas, un atributo valorado por los enófilos porque son plantas que, por su menor rendimiento, ofrecen mayor calidad.

Semillón: un vino que marida increíble con sabores de ahora (desde mollejas a la parri hasta quesitos).

Los argentinos – o al menos los +50 – bebieron mucho más Semillón de lo que creen. Es que esta variedad histórica, junto al Chenin Blanc, era la base de muchos vinos blancos en la época en la que el varietal no se informaba. Cuando el país comenzó a exportar, en los 90, siguió el modelo de la nomenclatura varietal y el Semillón perdió fuerza porque en el mundo no se la suele vinificar así; solo es común en Burdeos, donde se blendea con Sauvingon Blanc, y en Sauternes, lo que empantanaba aún más la cosa, ya que este es un vino dulce, por lo que podía confundir a los consumidores internacionales.

Empezaron a levantarse plantaciones, muy poco de lo que quedó se utilizó en varietales o blends, la mayoría se destinó a vinos base para espumantes, sobre todo los de gama media. Hasta que, en 2009, salió al mercado Mendel Semillón, del enólogo Roberto de la Mota. De pronto, en el mundillo del vino todos empezaron a hablar de esa etiqueta, el boca a boca corrió, los sommeliers de bien lo pusieron en las cartas de los restaurantes, desde los que tenían más hype hasta los tradicionales, y así, la variedad volvió a abrirse camino.

«Un Semillón joven y fresco va increíble con tapeos y quesos suaves y cremosos; si es con crianza en madera o ya con algunos años en botella, puede ir perfecto con mollejas a la parrilla, pescados grasos o pastas con salsas intensas…»

Otro de los responsables de este revival es Sebastián Zuccardi, quien siempre señala que el carácter histórico del Semillón hace que esta variedad blanca sea, junto al Chardonnay y al Torrontés, de las que más le interesan. “El Semillón habla de nuestro país, de nuestra historia, de una variedad con la que se elaboraba el vino tradicional del Valle de Uco”, cuenta.

De hecho, el vino más viejo del continente es un Semillón argentino, se trata de Lagarde Semillón Cosecha 1942; la familia Pescarmona, actual propietaria de la bodega, lo encontró en un tonel de 1.800 litros y lo embotelló en 1990; hoy solo quedan algunas botellas en su cava histórica.

Y, como si esto fuera poco, el Semillón se queda con otro hito: el primer blanco argentino en obtener 100 puntos pertenece a esta variedad. Esto sucedió en 2023, cuando James Suckling le dio el máximo puntaje posible a Norton Semillón 1959, algo que ningún blanco nacional había logrado antes.

Envejece bien, dicen los expertos, es que los años en botella transforman al Semillón en una especie de MILF, adquiere profundidad y emergen notas a frutos secos, a miel. “Es ideal para momentos de relax, platos sutiles, días grises y almas inquietas”, señala el sommelier Nico Fittipaldi, dejando la poesía de lado y yendo a lo concreto, agrega que “un Semillón joven y fresco va increíble con tapeos y quesos suaves y cremosos; si es con crianza en madera o ya con algunos años en botella, puede ir perfecto con mollejas a la parrilla, pescados grasos o pastas con salsas intensas”.

Y una buena noticia para el final: lo que antes se percibía como flaqueza, pasó a ser virtud; al haber poco Semillón embotellado como vino seco varietal en el mundo – salvo en Hunter Valley, Australia; o en algunos pequeños châteaux de Burdeos -, Argentina encuentra una oportunidad internacional única con esta cepa.

Un broche de oro para tener la excusa perfecta e ir a brindar, con Sangiovese y Semillón, lógico; ¡salud!

Vinos Sangiovese recomendados:

1) Macollo Sangiovese – Bodega Macollo – Enólogo: Santiago Vignoni – Rivadavia, Mendoza.

«Un vino con buena acidez y fresco en boca, tan versátil que puede funcionar desde aperitivo hasta acompañante de una gran variedad de comidas. Tiene bajo alcohol, solo 12,2%…»

2) Don Nicanor Sangiovese – Bodega Nieto Senetiner – La Arboleda, Valle de Uco, Mendoza.

«En nariz destacan las notas a fruta roja fresca, pero también presenta trazos herbales y terrosos. Un vino super jugoso y muy gastronómico…»

3) Escorihuela Gascón Sangiovese – Escorihuela Gascón – Matías Ciciani Soler – Agrelo, Luján de Cuyo, Mendoza.

«En nariz presenta aromas balsámicos, también notas a frutos rojos y del bosque. En boca se destaca por su dejo ahumado y especiado…»

4) Brunetto – Bira wines – Federico Isgro y Santiago Bernardini – Sangiovese de La Arboleda, Valle de Uco, Mendoza – Blend 80% Sangiovese – 10% Merlot – 10% Syrah.

«Un vino complejo y elegante, con notas a frutas rojas y toque especiados. En boca presenta taninos pulidos y un final largo…»

5) Universo Paralelo Sangiovese 2021 – Universo Paralelo – Juan Pablo Díaz – Lunlunta, Maipú, Mendoza.

«De buena complejidad aromática, se percibe fresco y con taninos que muestran su gran potencial de guarda…»

6) Cara Sucia Sangiovese – Durigutti Family Winemakers – Héctor y Pablo Durigutti – Rivadavia, Mendoza.

«Una boca bien refrescante, con taninos que llevan a un final redondo, en nariz, mucha fruta roja, como guinda y cereza, y un toque floral.»

Vinos Semillón recomendados:

1) Descendientes Semillón – Descendiente de Viticultores de Montaña – Paula Michelini y Franco Galigniana – El Peral, Valle de Uco, Mendoza.

«En nariz expresa su parte más austera, con notas a flores blancas, miel y algunas cítricas y a hierbas. En la boca, presenta untuosidad y un final fresco y mineral para un equilibrio perfecto.»

2)  Mendel Semillón – Mendel Wines – Roberto de la Mota. – Paraje Altamira, Valle de Uco, Mendoza – Semillón.

«Presenta notas a flores blancas, herbáceas y también a miel, pura complejidad en nariz. En boca exhibe un gran volumen y suavidad, un vino elegante y fácil de beber.»

3) Altura Semillón – Bodega Norton – David Bonomi – Valle de Uco, Mendoza.

«Con notas a fruta blanca y un toque herbal fresco. En boca es crujiente y balanceado, ofrece buena complejidad…»

4) Polígonos Tupungato Semillón – Zuccardi Valle de Uco – Sebatián Zuccardi – El Peral, Valle de Uco, Mendoza.

«Un vino de acidez vibrante, que muestra pureza, nitidez y complejidad de aromas…»

5) Trapiche Lateral – Bodega Trapiche – San Carlos, Valle de Uco, Mendoza – Sergio Casé y Germán Buk.

«El vino pasa 9 meses en ánfora en contacto con sus pieles, lo que aporta un buen volumen en boca. Un ejemplar elegante y super gastronómico, ideal para acompañar variedad de comidas…»

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Fotos: son gentileza de Unsplash (PH Ambitious Studio, Rick Barret – PH Corina Rainer).

Foto destacada: gentileza para Prensa de Trapiche.