El divino patio nuevo de Full City, ideal para colgarte con la note (cargada) si el día está lindo
Hay un solcito radiante y quedarte en tu casa parece un pecado. O no, llueve, seguís un poco adormecido en cama, necesitás activar y pensás en ese spot ideal para simular que seguís puerta adentro en tu hogar pero con energías renovadas. Ya sea para organizar un viaje, trabajar el día entero en tu notebook o simplemente hacer ocio con la computadora, estos son siete lugares malevenses que tenés que tener en cuenta mientras te tomás un rico café expreso.
Es un laboratorio de cafés: los hay filtrados, en french press, V60, clever, aeropress y muchas más categorías que el bebedor de café promedio desconoce. Son apasionados de hacer productos de calidad, así que todo lo que ves en el menú es elaborado en casa. Un destacado de la comida son sus arepas colombianas que pueden combinarse con hasta con humus, palta y tomates secos. Los habitués suelen ser jóvenes con sus computadoras y cuadernos que buscan pasar una tarde distendida en el simple pero cálido local. Con sus pequeñas mesas de madera, paredes de ladrillo desnudo, bolsas rústicas de café y un patio interno envidiable, es un lugar ameno para concentrarse. Si te toca un día soleado, no dejes de sentarte en las escalinatas de madera para hacer un coffee break al aire libre.
TIP: ¡Andá en bicicleta! Podés disfrutar de un paseo por Palermo Viejo y estacionar en el local.
A veces, cuando trata de trabajar fuera de casa, nos ponemos quisquillosos: queremos estar cómodos, comer económico, y sano. Para resolver todas estas cuestiones, Fifí Almacén llega al rescate. Es un restaurante de comida saludable y de estación. Promueven una vida “green” con descuentos para bicicletas, sin gaseosas embotelladas y platos a base de ingredientes orgánicos aptos para vegetarianos, veganos y celíacos. Hasta el piso color verde y la mezcla de blanco y madera que se funden en el espacio dan una sensación de estar al aire libre. El foco está puesto en el cliente, la conexión con la comida y de dónde proviene: gran parte de la materia prima está dispersa por el local para dejar en evidencia los ingredientes sin procesar. Recomendable para ir solo o de a pocos a pasar una tarde fresca y acogedora, como en casa.
Es la novedad de Recoleta: el restaurante de cocina de autor abrió hace tres meses un local frente a plaza Barrientos. Con mucha gracia, se adapta al calmo estilo del barrio en colores crema, tonalidades claras, una mezcla de mármol con madera y paredes de cemento. Sin embargo, su encanto está en la iluminación: frente a la caja cuelgan luces de distintos tamaños como burbujas, acompañadas por un jardín flotante de pequeñas macetas. Por poco no sentimos que estamos por salir volando nosotros también.
TIP: Hay una pared entera conformada por un largo y extenso sillón. ¡Pónganse cómodos ahí y a trabajar! O, si vas en grupo, intentá conseguir la mesa redonda recluida en una esquina.
Una excelente opción para pasar el día con la notebook. Ya sea en grupo, solo o de a pocos, este lugar funciona para todas tus necesidades. Relajate en sillones mullidos de cuero al estilo Chesterfield, sentate en la barra central con doble cafetera o admirá desde una mesa la mezcla de ladrillo y hierro en sus paredes que le dan un toque urbano y cool, a pesar de su arquitectura antigua y grandes ventanales. Su especialidad es claramente el café: lo importan y tuestan ellos mismos; hasta tienen un laboratorio de café en un área acondicionada para realizar catas y cursos. ¿Un plus? Está repleto de enchufes, no te preocupes por quedar sin batería y tener que irte antes de tiempo.
Enmarcado en un elegante edificio de piedra antiguo y una arboleda que baila para los transeúntes, sorprendió Birkin, que supo mantener su calidez y brillo en un ambiente espacioso y frío. Es una obligación pasar un domingo a probar sus brunchs que tienen una pinta que derrite, a la altura de la cuadra que se convirtió en polo gastronómico: sus vecinos son La Mar, Aldo’s y Uptown. Lo tiene todo. Para quienes buscan inspiración, hay revistas al día de otros países. Si tu trabajo te obliga tener a mano constantemente el celular, despreocupá, ellos tienen cargadores portátiles para llevar a tu mesa. ¿Te encanta estar sentado afuera pero hace frío? Pedí una manta.
TIP: ¿No sabes cómo esquivar la teína o la cafeína que te despiertan, pero acaban subiendo tu ansiedad? Pedite un Rooibos. Son infusiones exclusivas de Sudáfrica naturalmente suaves, relajantes para el organismo y especialmente beneficiosas para las mujeres.
Ubicado en Belgrano, All Saints es una cafetería que te transporta a Estados Unidos. El concepto de la marca es norteamericano y busca de forma rápida entregar un café de calidad y mismo una experiencia para el cliente. Su compromiso es, dicho por ellos, “que el amante del buen café sienta que All Saints es su lugar”. Hasta podría recordarnos un poco a Starbucks, aunque su look es un poco más rockero: las paredes y el techo son color negro y está repleto de pequeñas luces chatas que nos llevan a un recital o una salida emocionante. Tiene el mismo formato de caja con vidriera donde exponen sus productos y lo más recomendable es ir, pedirse unas tostadas o un croissant con queso crema y sentarse con un Flat White en uno de sus muchos sillones dispersos por el local a trabajar.
Uno de mis preferidos. No hay mejor compañía que los libros. La tarde ideal tiene una taza caliente, una cheescake o antojo que acompañe, y está rodeada de libros, de piso a techo. El bar del pasaje es una joya que se esconde dentro de la librería de Palermo “Libros del pasaje”. Tiene pequeñas mesitas de madera, algunos sillones en una zona más living y un patio interno para los amantes del aire fresco. Pasá tu tarde en este bar haciendo pequeños cortes para recorrer los estantes, hojear por los pasillos con aroma a tinta impresa y papel, y refugiarte ahí como si fueses parte de la colección.
Fotos: gentileza cafés mencionados.
Foto Full City House: gentileza Juan Sebastián Castiblanco. Instagram: @jsccph