¿Por qué es diferente tomarse un café en Sidney? ¿Por qué en los últimos años abrieron tantos locales con estilo y productos excelentes que están posicionado a la ciudad australiana como una meca para los amantes de la infusión más popular del mundo? Para empezar porque se llenó de especialistas en café, o sea: de baristas. Podríamos decir que esta obsesión por el café es casi un esnobismo: si querés trabajar haciendo café, más vale que hayas hecho el curso de “barista” y demuestres que tus habilidades están a la altura del selecto gusto de los “sydneysiders”. Y un buen barista debe estar en todos los detalles, desde la elección de los granos (preferiblemente orgánicos) hasta la consistencia de la leche que debe ser sedosa y cremoso. El boom cafetero de Sidney también está íntimamente relacionado con el crecimiento de la cultura hipster: hablamos justamente de personas que prefieren lo artesanal, lo orgánico y huyen del consumo masivo. En Sidney no abundan las cadenas de cafeterías y cada local desarrolló una impronta propia y distintas formas de consumir café. MALEVA estuvo en Australia y acá les dejamos una lista de los cafés más cool.
Como dice el nombre, este pequeñísimo café está ubicado en la arbolada calle Bourke Street en el seno de Surry Hills, uno de los barrios más cancheros de Sydney. Entre los locales, lo que más sale es el “flat white”, un hermano del café con leche ideado en Australia, es más suave, tiene menos espuma y, por lo tanto, más leche. Eso sí, ¡vas a tener que hacer cola para recibirlo!
Acá se viene a tomar café, sin chistes, el servicio es rápido y el menú tiene café para todos los gustos. Este angosto barcito en el barrio más hipster de Sydney, recibe a los bebedores de café más obsesionados. Lo mejor es el affogatto con helado de chocolate blanco belga, ¡no hace falta explicar por qué!
Este patisserie tiene más de 20 mil seguidores en Instragram y por las imágenes tentadoras de tortas y cafetería que comparten, no nos sorprende. Aunque más bien conocido por su repostería, se podría venir sólo por el café. Muchos piden un “long black”, un shot doble de espresso sobre agua caliente, ideal para disfrutar junto a su famosa dona de brioche con coco.
Una pequeña librería y café en el centro de Bondi Beach, el barrio de la vida playera por antonomasia. Acá vamos a hacer una excepción porque es increíble su chai latte, con la opción de pedirlo con leche de soja (muchos locales son veganos.) Disfrutá de una tetera entera de chai con un libro o simplemente observá a los surfistas en las aguas cristalinas de Bondi.
En el corazón del CBD (el distrito comercial) se encuentra el Strand Arcade, una galería comercial victoriana y, hoy día, emblema de la manufactura australiana. En la planta baja se encuentra este pequeño café, conformado por sólo dos “baristas”. Lo mejor es el “piccolo” y podés disfrutarlo mientras te envuelve la atmósfera de uno de los últimos reductos victorianos de este país.
Annandale es un barrio que todavía se mantiene en secreto, es el hogar de muchos artistas jóvenes, acá no hay lujo. Sin embargo, en este café, el lujo es encontrar “baristas” que se encargan de tostar su propio café. El cappuccino de este lugar es especialmente deleitable y cremoso (sin ser pesado) y hace juego con la decoración acogedora del lugar.
En uno de los barrios más bohemios es donde encontramos este café tan amigable que participa activamente en su comunidad. Su café es sobresaliente: sus ingredientes son producidos localmente y los vecinos del barrio no podrían aceptarlo de otra manera. La leche viene de vacas que viven felizmente en granjas cercanas, así que lo mejor es pedir un clásico café latte.
Este lugar es para fanáticos, personas con el paladar desarrollado que puedan valorar el extenso proceso de selección por el cual pasó su café. La materia prima viene de todo el mundo, pero es minuciosamente seleccionada por su dueña que creció en una plantación de café en las Filipinas. Probá un espresso de cualquiera de los “blends” creados por ellos, no te puede ir mal.