CHAPELCO: LAS TRES RAZONES QUE ME HICIERON VOLVER A AMAR LA NIEVE / POR CAMI DE RIENZO

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Años después de elegir la playa como primer destino, la nieve me volvió a enamorar. Y no es tarea difícil si te tomás un avión a San Martín de los Andes y descubrís su espectacular cerro con panorámicas de otro mundo, un hotel cinco estrellas que cubre con lujo tus cinco sentidos, y una de sus fiestas más trendy en el bar más famoso de la ciudad. En solo un día, reconecté con las montañas y esquíes, volví a escuchar el ruido de la nieve al deslizar, a enamorarme de cada árbol con ramas cubiertas de blanco y congelarme la mano por querer capturar, con el celular, cada rincón mágico de Chapelco. Tomar un cappuccino con canela mientras veía la nieve caer por la ventana, zambullirme en una pileta climatizada cuyo ventanal da a la mejor vista del Cordón, y correr las cortinas de mi habitación para descubrir una vista que, como mínimo, enamora. Sí, San Martín de los Andes tiene la fórmula perfecta para hacernos amar el frío, la montaña y la nieve; y olvidarnos de la arena y el mar. A continuación, tres experiencias que lograron conquistarme con mucha facilidad.

1) CERRO CHAPELCO: PAISAJES SUBLIMES TEÑIDOS DE BLANCO, PISTAS PARA TODOS LOS NIVELES Y UNA MAGIA ÚNICA EN EL PAÍS

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Diez años después, me reencontré con la nieve. Una mezcla entre miedo, incertidumbre, y admiración. Aquel manto blanco enceguecedor hipnotiza con su belleza tanto a los que aman deslizarse como a los que simplemente la contemplan con cappuccino en mano. Supe esquiar en su momento, pero diez años es una cantidad considerable de tiempo y ya me imaginaba estampada sobre la nieve a la primera de cambio. “Es como andar en bicicleta, no te olvidás”, me decían todos… y resultó ser tal cual. Alexis, mi profesor, pasó de enseñarme cual niño a ponerme los esquíes, a descubrir que ya bajaba en paralelo. Bueno, tampoco voy a agrandarme porque amagué a caerme más de una vez, pero para mi sorpresa supe disfrutar de la montaña como cuando era niña. Porque realmente, Chapelco se sabe disfrutar.
Lo más lindo que tiene es que es para todos los niveles. Si estás buscando algún lugar para encarar por primera vez las pistas, encontraste tu próximo destino. Entre pinos nevados y recorridos infinitos donde el blanco te envuelve, es muy fácil dejarse llevar. Pistas verdes, azules, rojas y negras; profesores que la tienen más que clara, restaurantes geniales, y grupos de toda índole. Un paraíso para quienes disfrutan tanto de la paz como de la adrenalina. Pero ojo, si sos experto, menos todavía podés perderte de conocer este micro mundo invernal. La temporada recibe a los más cracks si de esquíes – o snowboard – se trata. Una cosa es segura, nadie se va a aburrir.
Desde que llegás, ya suena la electrónica en Torino y te olvidaste de los 2 grados bajo cero. Una birra entre los puestitos cancheros es un must. Subir es descubrir uno de los mejores centros de esquí en el país: casi cuarenta pistas, recorridos off the record entre árboles y capas de nieve (para los más valientes) y un snow park, este año totalmente renovado, entre paisajes sublimes. ¿Ya se tentaron?

2) LOI SUITES: UN HOTEL CINCO ESTRELLAS DONDE EL LUJO, EL RELAX, LAS VISTAS Y LA GASTRONOMÍA CONQUISTAN LOS SENTIDOS
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Las montañas y lagos patagónicos tienen una magia única, y el Loi Suites la supo encuadrar (y potenciar) con honores. En pleno campus de golf – y no cualquiera, sino uno co-diseñado por Jack Nicklaus – y frente al imponente cordón Chapelco teñido de blanco, la panorámica que captura su lobby ya da ganas de quedarse a vivir. Y eso es solo una introducción a lo que este magnífico alojamiento ofrece. Alejado del centro y el cerro (pero muy cerca del aeropuerto), la decisión fue apostar por un universo de lujo para relajar post día de deportes de invierno y conectar con un estado de sofisticación. Habitaciones enormes, bañeras profundas, gimnasio, spa y piletas – interna y externa – dignas de película. Todo, con una de las vistas más privilegiadas de todo San Martín de los Andes.
Acá no vas a hacer más que relajar y vivir el invierno desde sus mejores ángulos. Y esos costados no esquivan un spa que merece un punto y aparte. Con técnicas orientales, aromaterapia, baños de vapor, y más, la mejor recompensa a un día arduo de esquí está acá. Ah, y no pasar por su restaurante es pecado. De verdad. Risottos de ensueño – el de espinaca, calabaza y queso azul es una bomba –, carnes, pescados, ensaladas, sopas (la de calabaza, imperdible) y postres para recargar energías. La carta de vinos acompaña la exclusividad, desde ya, y el desayuno es otra razón para sacar pasaje. Nieve, vinito, gastronomía de primera, montaña, lago, masajes… ¿qué más querés?

3) CHAPELCO LOVE: EL AFTER DE LOS MIÉRCOLES CON MÁS ONDA DE LA TEMPORADA PARA COMER, TOMAR Y BAILAR

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Que, ¿creyeron que en San Martín de los Andes no hay fiesta? Claro que la hay. Con un nombre que le saca sonrisas a más de uno, todo turista está invitado a encontrar el amor los miércoles de la temporada (aunque sea por lo que dura el viaje) en Chapelco Love. Un after en la sede del centro de Torino Restaurante, donde algo es seguro: vas a bailar con trago en mano. Música que va desde reggaetón actual hasta temas más viejos – pasando por Luismi que hoy no falla –, pero que en todo momento va a hacer que te muevas. ¿El DJ? El mismo dueño, Nico Urquiza. La posta está en ir a cenar, pedir algunas de sus pizzas a la parrilla – espectaculares, pero a esquivar el ajo si estás entonado con la parte del “love” – acompañadas de una birra o tu trago preferido. No tarda en subirse el volumen de la música y lo que antes fue una cena se convierte en la fiesta más divertida de Chapelco, donde el frío queda del otro lado de la puerta. ¿Lo mejor? No termina tan tarde, así que despertarse temprano y seguir aprovechando el cerro es opción.
Fotos: propias, Cerro Chapelco y Loi Suites Hoteles.