Con dos proyectos diferentes la reconocida fotógrafa refleja su capacidad innata para captar fragmentos de Buenos Aires a través de su gente / ¨Transitorio¨, imágenes de la comunidad LGTBQ, y ¨Sueños Vivos y Vidas Muertas¨, fotografías que documentan los estilos de vida de aquel entonces / Una perfecta combinación entre el arte y lo documental
Hasta el 23 de junio, la muestra de la reconocida fotógrafa llena las paredes de FOLA con fotografías tan estéticas como significativas
Retratos de una ciudad en partes: Así es la significativa muestra fotográfica de Leonor Caraballo en FOLA
La perfecta fusión entre las dos aristas de la fotografía, el arte y lo documental, sin la ambición de una búsqueda estética pero indiscutiblemente atractivo. La realidad desnuda y expuesta pero resignificada desde un lente sin filtros, con el simbolismo propio del simple hecho de seleccionar al sujeto frente a la cámara y hacer foco en una parte de la vida. Es precisamente esto lo que hoy y hasta el 23 de junio viste las paredes de FOLA (Godoy Cruz 2626, Palermo). Fracciones de la realidad, piezas de una ciudad que la reconocida fotógrafa Leonor Caraballo escogió para retratar y visibilizar.
¨La perfecta fusión entre las dos aristas de la fotografía, el arte y lo documental, sin la ambición de una búsqueda estética pero indiscutiblemente atractivo. La realidad desnuda y expuesta pero resignificada desde un lente sin filtros, con el simbolismo propio del simple hecho de seleccionar al sujeto frente a la cámara y hacer foco en una parte de la vida. Es precisamente esto lo que hoy y hasta el 23 de junio viste las paredes de FOLA…¨
“Retratos de una ciudad en partes” es una muestra acotada pero contundente que reúne fotografías de dos destacados proyectos de esta artista cuyo nombre, aún tras su fallecimiento en 2015, sigue resonando en algunos de los museos y medios más importantes del mundo. Dos series con miradas muy distintas sobre la misma ciudad, dos perspectivas diferentes que capturan dos mundos dentro de uno: la incansable Buenos Aires.
“La mirada se detiene en el momento en el que el ojo indica haber encontrado el sustantivo adecuado a la intención de la mente. La gramática visual de Leonor es una oración del espíritu”, afirma el curador y crítico Renato Rita…¨
En Transitorio, realizado entre 1998 y 2000, Leonor atraviesa barreras –hoy mucho más débiles que en aquella época- para celebrar y sumergirse en un universo malentendido y marginado. Se trata de una colección de imágenes que homenajea la diversidad de la comunidad LGTBQ de Buenos Aires, nacida de los vínculos que Caraballo desarrolló con sus integrantes. “Jugándola de local”, sería el lunfardo para explicar la forma en la que inmortalizó a estos personajes: no se trata de un espectador que fotografía, pero de una amiga con acceso a bambalinas. “Ariel y Brenda”, “Glenda en baño” y “Mirella entre puertas”, son solo algunos de los títulos de sus obras, nombres propios que explicitan la conexión entre retratado y retratista. En su afán por capturar lo transitorio, efímero e inconstante de la identidad social, Leonor Caraballo creó obras únicas y dio voz a quienes no la tenían.
¨En Transitorio, realizado entre 1998 y 2000, Leonor atraviesa barreras –hoy mucho más débiles que en aquella época- para celebrar y sumergirse en un universo malentendido y marginado. Se trata de una colección de imágenes que homenajea la diversidad de la comunidad LGTBQ de Buenos Aires, nacida de los vínculos que Caraballo desarrolló con sus integrantes…¨
Del otro lado del salón, Sueños Vivos y Vidas Muertas (2002-2008), por otro lado, marca un cambio en la perspectiva. Tras irse a vivir a Nueva York, Leonor revisitó Buenos Aires “con un deseo constante de experimentar una ciudad cuyas pretensiones se estaban descascarando material y psicológicamente”. Ahora ya como extranjera, exploró esta capital para descubrir –o redescubrir- sus estilos de vida y documentarlos, por supuesto.
¨Del otro lado del salón, Sueños Vivos y Vidas Muertas (2002-2008), por otro lado, marca un cambio en la perspectiva. Tras irse a vivir a Nueva York, Leonor revisitó Buenos Aires “con un deseo constante de experimentar una ciudad cuyas pretensiones se estaban descascarando material y psicológicamente”. Ahora ya como extranjera, exploró esta capital para descubrir –o redescubrir- sus estilos de vida y documentarlos, por supuesto…¨
Maniquíes desgastados o sin cabeza, la imponente puerta cerrada del Teatro Cervantes y el indiferente rostro de un cocinero de la Confitería Ideal son evidencia de la yuxtaposición de lo que podría ser y lo que es, del sueño y la vida, de cómo la vida de una persona se reorganiza por medio de las cosas.
“La mirada se detiene en el momento en el que el ojo indica haber encontrado el sustantivo adecuado a la intención de la mente. La gramática visual de Leonor es una oración del espíritu”, afirma el curador y crítico Renato Rita. Es decir, la elección del protagonista de la imagen – a quién alumbrar con el flash de su cámara – no nace de la persecución de un fin estético para Leonor Caraballo: no es el ojo quien decide, es la intención, el propósito, el espíritu. Aunque consecuentemente también bello, sus imágenes son tan atractivas como significativas y documentan, con un foco muy preciso y específico, partes de la ciudad, congelándolas en el tiempo, inmortales retratos que ya viven más allá de la artista.
Fotos: propias y gentileza FOLA