Es viajar sin valijas. Entrar a Editor Market (Avenida Corrientes y San Martín) es, en unos pocos segundos, evadirse del caos de Microcentro y sentirse en cualquiera de las grandes capitales del mundo. Es que podría ser Harrods, podría ser Bloomingdale’s, podría ser Galeries Lafayette: el primer departament store de Buenos Aires tiene aires cosmopolitas y un gran ojo estético. Eso sí, su curaduría apela a lo mejor del diseño local. Con una inversión de $40 millones, las mentes creativas detrás del proyecto fueron Gabriel Brenner y María Cherñajovsky, marido y mujer y dueños también de María Cher y Ay Not Dead, quienes además planean una pronta segunda apertura, aunque más pequeña, en Palermo. En plan de “poder exponer un colectivo de diseño de talento argentino”, convocaron a distintos expertos para curar cada categoría. Entre ellos, Matías Carbone, Silvana Grosso y Coty Larguía.
Así, en un antiguo edificio de viviendas que fue completamente remodelado por las arquitectas Irene Joselevich y Ana Rascovsky, nueve pisos ofrecen lo mejor de la cosmética, la indumentaria para mujeres, hombres y niños y los muebles y objetos para la casa, además de un pequeño pero muy efectivo café. A continuación, un recorrido virtual por cada una de esas propuestas.
La recorrida bien puede empezar o terminar aquí. En un espacio con preponderancia del blanco y los juegos tipográficos, además de algunos acentos cobre, se ofrecen mesas para sentarse a degustar un café hecho por baristas (y con posibilidad de latte art), además de sándwiches, ensaladas e ítems de pastelería más que tentadores. Apto también para hacer un take away canchero, con bolsas de papel madera e inscripciones divertidas.
Desde los primeros escalones de acceso, este piso recibe con un perfume seductor. Es que en la primera sección se encuentra el área de belleza y cosmética a cargo de Cortassa Perfumerías, donde no solo hay cordiales vendedores (con impecables delantales negros y remeras a rayas) sino también un sistema más que atractivo para aquellos a los que les gusta la compra independiente: los productos se despliegan en grandes pantallas táctiles en las que es posible consultar características, modelos, disponibilidad y precios. Un poco más allá, percheros, estantes y vitrinas hacen el primer despliegue de prendas y accesorios, con marcas como Cabinet, Riviera y Album.
En el segundo piso continúa el frenesí de las mujeres. Marcas como Ay Not Dead, Benito Fernández, Kostume, Naima, Them, Rapsodia, Estudio Cher, Nous y Vevû, entre muchas otras, se mezclan con Abril Pereyra Lucena, Dr Martens, De María y Vincent como representantes de zapatos (por sólo nombrar algunos). Con un bello bow window que permite un despliegue especial de estos accesorios, la experiencia de compra se anticipa relajada y más que disfrutable. En la otra punta del espacio, en tanto, una pared completa de jeans permite revivir el deseo eterno de encontrar aquel que nos quede perfecto.
El siguiente piso continúa despertando suspiros de mujeres, porque si de algo nunca hay suficiente, es de moda femenina. Sin embargo, este quizás sea el espacio más lucido arquitectónicamente. Con estructuras blancas que actúan a la vez como laberinto y marco para las prendas, cada ítem colgado o desplegado cobra nueva vida, presentándose casi como una joya. Al fondo, un mural de Eloísa Ballivian espía e interpela con talento al comprador. Entre otros diseñadores seleccionados, en este piso pueden encontrarse Anushka Elliot, Dubié, Garza Lobos, Juan Hernández Daels, Marcelo Giacobbe, Ménage à Trois y Roma Renom.
Aunque sin tanta expansión, los hombres también tienen su espacio destacado en Editor Market. Lo hacen en un piso que ya recibe con otro clima: música fuerte, paredes de colores estridentes, algunas luces de neón. Es evidente que el que compra aquí tiene un estilo definido y sabe lo que quiere y ha venido a buscar. Para ellos, marcas y diseñadores como El Burgués, Felix, Garçon García, Key Biscayne, Hermanos Estebecorena, Guido, Rochas y Terrible Enfant, entre otros, despliegan sus creaciones con gran creatividad.
Después de probarse maravillas del diseño de autor, es tiempo de empezar a vestir la casa. Y en este piso, desde el living al dormitorio, pasando por el baño, el comedor y la cocina, pueden decorarse con gracia. Mientras los menos tentados pueden llevarse platos, individuales, tazas (esta cronista se enamoró de unas con compartimento para dejar la galletita que se está mojando en el café) y otros objetos más pequeños, los que piensen en grande pueden dejarse seducir por camas, mesas, sillas y sillones. Algunas marcas representativas son Avalon, Patricia Lascano, Picnic, Sud, Net y Tatu Abad.
Una vez que se ha comprado la base en el quinto piso, el siguiente propone terminar la construir la casa ideal. Lo hace a partir de detalles infalibles como la iluminación, los empapelados y la calidez de todo lo textil, con almohadones y alfombras para vestir el hogar. Están presentes marcas como A3, La Feliz, Duveen, Marini, Amparo Be, Good Luck Casa y Solsken. Y para completar la escena, un gran puesto de Fueguia perfuma y da personalidad al ambiente, permitiendo llevarse el clima entero de Editor a casa.
El séptimo piso, también dedicado a la decoración de la casa, hace una última apuesta fuerte de la mano de muebles aún más grandes (mesas ratonas de mármol, sillones y pufs de varios cuerpos, escritorios) y materiales nobles. Aquí encarnan el diseño Estudio Cher, Federico Churba, Good Luck Casa, Net, Solsken y Uva, sumando además algunos complementos de ropa de cama, almohadones, mantas y fotografías.
Una jirafa de más de dos metros aguarda en el último piso, perfecta anfitriona del sector dedicado a los más chicos y a “hobbies & sundays”, según dicta el mismo Editor. Ella convive con un flamenco y con una amplísima selección de objetos, muebles, juguetes y prendas para niños, con marcas como Stu, The Little Market, Monochrome, Tres Pajaritos y Krethaus. En un extremo, además, se destaca un sector de libros pequeño pero con gran ojo de selección, donde cada uno ha sido claramente pensado y elegido con amor (al arte, el diseño y los viajes) y criterio. Junto a él, una mesa repleta de cuadernos invita a llevarse alguno y así plasmar la ebullición de ideas con las que la visita a este universo creativo seguramente nos deje.