En una nueva columna para MALEVA, la curadora de arte Vic Tolomei revela cómo se le ocurrió la idea (genial y sabrosa) de reunir a pasteleras top (Olivia Saal, Chula Gálvez, Mica Najmanovich) con artistas y proponerles que creen instalaciones comestibles en los museos de la Ciudad de Buenos Aires para el Día de los Museos/La creatividad cuando excede sus límites clásicos y el «fomo» en los visitantes que se devoraron las obras.
Mica Najmanovich de Anafe, el artista Tobías Mao y un equipo de performers en el Museo Larreta
«¿Quién quiere una porción de arte? Mis ideas detrás (y después) de las instalaciones comestibles en los museos de Buenos Aires…» Por Vic Tolomei. Fotos: son todas gentileza para prensa de Museos BA.
La mayoría de mis columnas en este espacio de MALEVA son reflexiones y pensamientos en voz alta acerca de los posibles efectos secundarios de la pandemia en el mundo del arte. Muchas de mis preguntas tienen que ver con esto y en cómo la escena artística y cultural se esta transformando y reconvirtiendo (o no) en algo nuevo.
En línea con esto, el mundo de los museos me resulta muy interesante, y gran parte de mi atención en estos últimos dos años estuvo puesta en entender los nuevos desafíos y
oportunidades que tienen por delante. En nuestro podcast de @viraliza.arte, dedicamos un episodio entero junto al MOMA para reflexionar y preguntarnos acerca de esto, su situación no era muy distinta a la nuestra acá. Y fue muy revelador para mí escuchar y compartir esa charla.
Orfeo por Chula Gálvez y Nahuel Vecino
«Propuse trabajar una propuesta de cruces y colaboraciones entre artistas y pasteleras, no solo por su fuerza simbólica, sino también por su potencial visual. Estamos viviendo una nueva etapa en la gastronomía y en la pastelería, con una generación que reversiona clásicos desde un lugar muy estético y visual. Encontré algo ahí muy interesante para trasladar al ámbito museístico…»
Probablemente a raíz de estos ejercicios de compartir pensamientos y generar propuestas es que empecé a trabajar junto a @museosba para repensar junto a todo su equipo el rol de los museos en la ciudad, con una línea de trabajo muy fuerte que tiene que ver con expandir a los museos hacia el espacio publico, con pensarlos como agitadores culturales, que pueden actuar por fuera de sus espacios y fronteras físicas. Como actorxs sociales que generan encuentros culturales y sociales. De alguna manera es generar una mirada expansiva respecto a los museos, su rol y aporte en una ciudad y en su comunidad.
El ICOM que es el consejo internacional de los museos propone todos los años desde hacer 40 años una fecha para celebrar el “El Día Internacional de los Museos», en el que se trabaja una temática sobre la cual todos los museos del mundo reflexionan, y este año el lema fue “El Poder de los Museos”, proponiendo tres líneas de trabajo: el poder de lograr la sostenibilidad, el poder de la innovación en la digitalización y accesibilidad, y el poder de la comunidad a través de la educación.
Con motivo de esta celebración es que propuse trabajar una propuesta de cruces y
colaboraciones entre artistas y pasteleras, no solo por su fuerza simbólica, sino también por su potencial visual. Estamos viviendo una nueva etapa en la gastronomía y en la pastelería, con una generación que reversiona clásicos desde un lugar muy estético y visual. Encontré algo ahí muy interesante para trasladar al ámbito museístico, y proponer instalaciones comestibles como una manera de repensar las experiencias artísticas, y celebrar en este caso la fecha en cuestión.
Nahuel Vecino y Chula Gálvez en el Museo Sivori
«Todas las instalaciones fueron destruidas, o mejor dicho comidas por quienes pasaron por las inauguraciones, y fueron mutando con él pasar de las horas. ¡Algo que generó un poco de FOMO en las audiencias por qué había que llegar a tiempo!…»
Por qué ya no se trata únicamente de ir a un museo para ver una muestra con obras colgadas o montadas sobre el piso, con guiones curatoriales y textos imposibles, sino que hay una búsqueda de experiencia muy fuerte en el mundo (y en el mundo artístico se replica), de poder ser parte, de poder tocar, de poder romper. Me interesaba precisamente esto, una experiencia que acerque, que convoque y que de alguna manera también incomode.
Tiene que ver con ablandar y redondear un poco los limites de los museos, para acercarlos y hacerlos aun más accesibles. Unir arte y gastronomía para crear arte comestible me parecía una manera interesante de reflexionar acerca del poder de los museos, algo en torno al concepto de nutrición cultural me parecía oportuno en donde el intercambio y la colaboración se hacen presentes y necesarias. Y algo que me pasó mucho durante la pandemia fue que me encontré con que gran parte de los contenidos digitales que consumimos tienen que ver precisamente con la gastronomía y esto me llevo a pensar mucho acerca del vinculo que existe entre el arte y la comida y a convertirlo en una muestra.
Propuse que tres pasteleras trabajen cada una con un artista para re interpretar desde la
gastronomía la obra de cada uno. Chula Gálvez trabajo junto a Nahuel Vecino en un banquete inspirado en la mitología griega, mas precisamente en Orfeo y lo que hizo Chula fue crear tortas de diferentes ingredientes y texturas de las cabezas de Orfeo, ubicadas en una larga mesa con mantel, alfombra, y obvio flores en la decoración. Shirley Podhorzer fue quien estuvo a cargo de la producción de la instalación.
Mica Najmanovich trabajó junto a Tobías Mao recreando una de sus pinturas y convirtiéndola en una performance que giraba en torno a una mesa con tortas y budines que Mica iba porcionando y convidando a quienes pasaban por el museo. Una instalación de un mundo fantástico, con muchos colores y texturas que Mica trabajó en sus tortas usando un pico rizado para decorarlas (así se llamo la instalación) que fue producida por Second y un equipo detrás que logro que todos los detalles estuvieran contemplados.
Y por ultimo Olivia Saal que junto a Cynthia Cohen trabajaron con una instalación multisensorial, inspirada en la cultura pop, el barroco y Tik Tok con el fenómeno #asmr, un tributo a las manifestaciones pop de nuestra era, comer frente a una cámara haciendo mucho ruido, y gestos exagerados. Se llamó Selva Pop y la realización estuvo a cargo de Gustavo Doliner, conocido entre muchos artistas por su excelente trabajo.
Olivia Saal (Chica Pájaro), Cynthia Cohen y su instalación multisensorial en el museo Isaac Fernández Blanco
«Fue interesante ver procesos creativos no asociados necesariamente al territorio artístico (los de la pastelería) pero que a mi modo de ver son definitivamente arte. Hay decisiones de paletas y colores, hay decisiones de texturas y materialidades y hay decisiones que tienen que ver con la experiencia, que mucho tienen que ver con el arte…»
La forma en la que cada una interpretó la obra de sus artistas fue muy interesante por qué de alguna manera fue ver las diferentes posibilidades de la pastelería y la gastronomía puestas al servicio del arte. Y también fue interesante ver procesos creativos no asociados necesariamente al territorio artístico (los de la pastelería) pero que a mi modo de ver son definitivamente arte. Hay decisiones de paletas y colores, hay decisiones de texturas y materialidades y hay decisiones que tienen que ver con la experiencia, que mucho tienen que ver con el arte.
Todas las instalaciones fueron destruidas, o mejor dicho comidas por quienes pasaron por las inauguraciones, y fueron mutando con él pasar de las horas. ¡Algo que generó un poco de FOMO en las audiencias por qué había que llegar a tiempo! Y como para cerrar la celebración, los @museosba abrieron convocatorias abiertas para que artistas puedan exponer en museos, como una manera de reafirmarse pero también de reconfigurarse.
¡Feliz día y feliz nueva era para los museos de la ciudad!