"¿POR QUÉ ME MIRAN MAL CUANDO DIGO QUE ESTOY DE NOVIA HACE SEIS AÑOS?" / POR CAMILA DE RIENZO

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«¿POR QUÉ ME MIRAN MAL CUANDO DIGO QUE ESTOY DE NOVIA HACE SEIS AÑOS?» / POR CAMILA DE RIENZO

– “Y vos, ¿estás de novia?”
– “Sí”
– “¿Hace cuánto?”
– Seis años
El resto es historia. Caras de asombro (pero no del bueno), con expresiones de desaprobación que no se intenta ocultar. “Me estás jodiendo”, “¿Cómo hacés?”, “¿Pero nunca se separaron en el medio?”, y mi preferida: “vas a cortar en menos de un año, olvidate”. Es inconcebible que dos personas en sus veintitantos puedan (y quieran), hoy en día, estar en una relación por tanto tiempo. Comprometerse por tanto tiempo.
Pero no se equivoquen, esta no va a ser una nota en la cual revele las claves para una relación duradera, un decálogo de secretos, porque no los tengo, y no creo que nadie los tenga. Cada uno es un mundo y así también cada vínculo. Tampoco es una crítica a la soltería, porque no estoy en contra ni mucho menos. Es más bien una reflexión acerca de por resulta tan inverosímil un noviazgo duradero hoy en día. Por qué es algo en extinción.
Creo que lo que más sorprende es cómo pude lograrlo. No cómo se quiere, porque querer una relación linda con alguien que vale la pena, en el fondo y si es para bien, lo queremos la mayoría (por no decir todos). Sí, aguante estar soltero y bancársela, aguante no depender de otro para sentirte completo, aguante la independencia y conocer gente sin ataduras. Pero también aguante compartir la vida con alguien que te hace feliz y mejor persona. Son dos formas de auto conocimiento, y dos formas de crecer igualmente válidas.

El resto es historia. Caras de asombro (pero no del bueno), evidencian una expresión de desaprobación que no se intenta ocultar. “Me estás jodiendo”, “¿Cómo hacés?”, “¿Pero nunca se separaron en el medio?”, y mi preferida: “Vas a cortar en menos de un año, olvidate”. Es inconcebible que dos personas en sus veintitantos puedan (y quieran), hoy en día, estar en una relación por tanto tiempo.

Pero sí, el poder es otro tema. ¿Cómo pueden dos personas, en el siglo XXI, en la era de la rapidez y lo efímero, conseguir estabilidad y duración en una relación amorosa? En la época del no compromiso, del touch and go, de la oda al presente, del hoy y ahora y nada más. El que me miren mal implica, en algún punto, que poder me hace rara. Me miran mal porque no me terminan de creer, porque me tratan de «pobre, se piensa que va a ser para siempre, se piensa que va a durar más». Y me miran mal porque hoy en día, es cool ser cínico en el amor, es canchero no creer en las relaciones, y yo no soy cool.
Pienso que la creencia social de que las relaciones a largo plazo están destinadas a fracasar ayudan a que, efectivamente, fracasen. Pensar que es imposible estar tanto tiempo con alguien activa el auto boicot. Pero creo que también tiene que ver con el miedo. El no comprometerse demasiado ni por tanto tiempo es una especie de barrera, de mecanismo de defensa. Y no es solo en el amor: es también en el trabajo, en cualquier cosa que implique responsabilidad y entrega. Te lastimo para que vos no me lastimes primero, te dejo para que vos no lo hagas antes. Creer en que algo puede ser para siempre – o vivirlo sin pensar en una fecha de expiración – es ser vulnerable, confiar en el otro y no tener las cosas bajo control. Puede que hayamos dejado de apostar al futuro, porque no lo podemos controlar, y eso asusta. Entonces sí, si tenés algo que superó la fecha de vencimiento estándar, la gente te va a mirar raro. Porque estás apostando al largo plazo, porque estás confiando en otro y estás perdiendo el control.
Fotos: @agathesorlet