Infinidad de casonas antiguas para instagramear
¿Qué la hace tan especial? Vamos por partes:
Los más de 200 años de historia a orillas del río Negro se dejan recorrer con facilidad: el casco histórico hace que valga la pena viajar 900 km desde Capital para verlo, o hacer un stop cuando se dirijan a algún centro turístico clásico de la Patagonia. Los edificios conservados desde antaño, como la clásica esquina Bar del Puerto, merecen una foto. Una vez que te sumergiste en el relato, en cómo los criollos vencieron un 7 de marzo de 1827 a la imponente flota brasilera, podés ir hasta la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, donde se atesora la bandera verde y amarilla. En frecuencia con este triunfo, podés subir hasta el Cerro de la Caballada y contemplar desde las alturas lo que Patagones es y fue. Otras visitas obligadas: la Torre del Fuerte del Carmen y el Pasaje San José de Mayo. El casco histórico está muy bien conservado, con farolitos coloniales en todas las cuadras e incluso cartelería indicativa para que sepas qué es cada edificio.
Se llama “Negro”, pero en realidad sus aguas son súper azuladas, casi cristalinas. Kilómetros de playas desoladas y rústicas bordean el río más importante de la Patagonia (de aquí nomás es Lisandro Aristimuño quien compuso a la vera de este río sus primeras canciones) , convirtiendo este territorio en uno apto para la pesca y otras actividades acuáticas. Genial para tomarse un matecito o salir a trotar por el circuito de la costanera.
¿Quién dijo que lo cool sucede en Palermo? Porque si de cerveza, de música y de bandas hablamos, Pata Negra (Biedma 12) tiene todo lo que te gusta (unos sandwichazos sublimes dicho sea de paso), con un condimento más: el río como testigo. No te vas a quedar con sed ni con hambre porque “La Tasca de Danilo (Biedma 34)” te va a tentar con sus riquísimas pizzas caseras mientras que “Verona Cocina & Café (Baraja 328)”, una antigua casa restaurada, seguro encuentre una respuesta a tu inquietud. Pero, si lo que buscás es algo más tranquilo y cosy, está “Taberna Viejo Los Vientos (Comodoro Rivadavia 358)”, un bodegón tenue con un irresistible olor a chimenea y cerveza artesanal. Varios de estos locales además están en casonas históricas donde se siente la magia de Patagones.
«Casa Crespo Hotel Boutique” recicló una vieja y elegante casona conservando el frente original –increíble- y combinó las comodidades de los servicios hoteleros modernos con el encanto que tienen los objetos y las estructuras antiguas; pisos, puertas, espejos. Una joyita del Casco Histórico que tampoco te podés perder y que tiene una terraza con vista divina al río. La atención es lo único que deberían mejorar porque es bastante colgada en general.
Fotos: Maleva y gentileza Turismo de Patagones. FlickR