No toda merienda es harinas y café. A veces queremos, o necesitamos, sentir un poco de alcohol abrazando nuestras papilas gustativas y bajando de nuestra garganta a la calma. Sobre todo en primavera, tenemos que empezar a relajarnos, respirar profundo, y reconocer que cada tanto queremos tomar un buen trago después del trabajo y no solo una “buena merienda sana y nutritiva”. O sea, lo que quiero decir es que hay días en que es mejor para la salud hacer lo que queremos que los que pensamos que nos gustaría querer. Quiero decir: qué lindo es tomar alcohol con el sol en su apogeo naranja y que el alcohol nos abra el apetito y afloje las mandíbulas. Como quien se esconde de la luz del sol, los bebedores vespertinos le rehuimos a hablar de nuestros hábitos. El autor, en lo personal, sabe que es mejor una merienda mareada que un ciudadano tenso. Bueno, no tanto. Se entiende. Mientras más gente feliz, mejor. Por eso, acá, un listado malevense con 5 puntos en Buenos Aires para tomar a la tarde y disfrutar tranquilos de nuestros lindos hábitos.
Un bodegón en el cual siempre una sonrisa bienviene a los que necesitan asilo y descanso del exterior. Un espacio amplio, de concreto y detalles de madera, que oficia de embajada gastronómica vasca en Buenos Aires. El patio, amplio, es un espacio silencioso con orquídeas, un limonero y un mural acorde a la cultura que representa el restaurante. La generosidad y los sabores de este espacio se mezclan con un clima cálido y relajado. Moderno pintado con aires clásicos, acá nadie opina pero todos recomiendan. La barra, que cuenta con cerveza artesanal tirada y tragos “apto tarde” (como el Vermouth), es acompañada con una cocina deliciosa que ofrece pintxos (como las tapas pero vascas) para no tomar con la panza vacía. Un lujo tranquilo en Chacarita, abierto de 11 de la mañana a pasadas la 1 de la de la madrugada.
2) CAMPING: CERVEZAS, MESAS COMUNALES Y MUCHA ONDA PARA VER LA PUESTA DEL SOL EN LA TERRAZA DEL BS AS DESIGN / AV.PUEYRREDÓN 2501 – RECOLETA
Cerca está el murmullo de las avenidas Pueyrredón y Libertador, pero nosotros podemos sentarnos a cortar el día de paseo o de trabajo. Bueno, adelante, tranquilos todos: sol y calma. Eso, en medio del barrio de Recoleta, hay un lugar para tomar una cerveza y comer snacks salados de media tarde. La ambientación acompaña al aire libre y el nombre lo indica todo: Camping. Mesas de madera, plantas y guirnaldas de colores. Una escena que nos transporta lejos, a donde las vacaciones nos relajan de verdad y podemos tomar sin preocuparnos. ¿Qué mejor que seguir el día con la sensación de que en alguna parte de la ciudad siempre es verano?
3) EL OAK BAR DEL PALACIO DUHAU – PARK HYATT: UNA SELECCIÓN DE LUJO DE BEBIDAS ESPIRITUOSAS Y VISTA A UNO DE LOS JARDINES MÁS BELLOS DE LA CIUDAD / AV.ALVEAR 1661 – RECOLETA
En el Palacio Duhau Park Hyatt saben. “¿Qué saben?” te preguntarás. “Generar experiencias” diré yo. Para comprobarlo, solo hay que ingresar en el Oak Bar y dejarse seducir por un ambiente como ningún otro en Buenos Aires. Con paneles de roble tallado de más de trescientos años, el Oak Bar tiene una barra distinguida por la calidad de sus bebidas (por ejemplo una maravillosa selección de whiskies). Este es un lugar en el que el tiempo se va y todo lo que sucede es entre humo de habanos y bebidas espirituosas. Vista increíble y un servicio destacado como pocos. Las tardes siempre son mejores en medio de maderas nobles importadas de Normandía y aromas de otros tiempos en la zona más elegante de Buenos Aires.
4) SELQUET: TRAGOS CLÁSICOS EN UN ÍCONO SETENTOSO
En los límites de la ciudad hay un restaurante que más que restaurante es un templo. Renovado en los últimos años pero con un espíritu entre setentoso – ochentoso que le brota por todas partes, Selquet recibe a todos sus clientes con distinción. Una esquina vidriada y un punto de encuentro típico para los dandys porteños. Tragos clásicos, un menú sólido y el clima perfecto. Un restaurante que está atento a los detalles, con una tropa de mozos a la antigua, que conocen sus tareas y saben lo que hacen a la perfección. Qué bella sensación entrar a Selquet con el sol escondiéndose, viendo los aviones de Aeroparque despegar, el verde de los árboles y la sensación de que, esa tarde, el mundo está en orden.
Después de las 17, el café se viste de noche. En “Lab, tostadores de café”, los tragos a la tarde son únicos. Este bar especializado redefine la escena cafetera de Buenos Aires con un laboratorio propio y baristas de alto nivel. Pero, si me permiten estas palabras, lo que los caracteriza es la curiosidad. Tan presente ella, que los llevó a crear deliciosos tragos alcohólicos a base de café, como el “Cold Brew Negroni”. En este bar siempre se puede merendar con cafés clásicos, actuales o con bebidas alcohólicas, pero nunca te vas a ir con sueño.
Fotos: gentileza lugares mencionados.