Nada es como Nara. Aunque es una pequeña ciudad, aloja una tranquilidad y una historia en sus calles muy atrapante. Es de aquellos destinos que te permiten relajarte, caminar y simplemente apreciar la belleza que te rodea. A esta pequeña pero gran ciudad, podés ir a pasar el día o quedarte una noche. A 45 minutos desde Kioto en el servicio de tren rápido (incluido en el JR Pass) es una excursión maravillosa para hacer en un día de buen clima porque es una ciudad que la podés hacer toda caminando. Llena de paz, naturaleza, y particularidades, tomá nota de sus hot spots (o hacete un “copy paste”).
Punto de referencia del budismo a nivel mundial, este templo es el gran atractivo de Nara y el camino desde la estación de tren te lleva a topártelo. Meca del turismo religioso de Japón, es doblemente atractivo por su construcción toda de madera y por la gran estatua de Buda de 16 metros de alto. Creer o no creer, pero detrás del Buda hay una columna con agujeros del tamaño de los orificios nasales y se dice que si pasás por ahí sos bendecido, por lo que verás una larga cola de turistas de todas las edades reptando a través de una columnas.
Siempre hay cola, pero en 10 minutos te toca. Nakatido (29 Hashimotocho, Nara 630-8217,, a metros de la estación de tren) es un restaurante famoso por su mochi, un pastel de arroz típico japonés que te podés comprar para llevártelo como snack o comer de parado. Tienen gran variedad de gustos y lo mejor es comprar de a uno y no en paquete, ya que los individuales son hechos en el día.
En los espacios verdes de la ciudad, vas a ver ciervos sika los cuales acampan libremente dado que son considerados mensajeros de los dioses según el sintoísmo. En varias plazas y parques les podés dar de comer unas galletitas muy baratas que venden en tiendas y puestitos ambulantes. A los ciervos les cortan los cuernos por lo que son inofensivos aunque hay algunos más amigables que otros y tienen el olfato muy desarrollado y te persiguen si llevás comida, aún cuando la tenés bien guardada.
Es uno de los santuarios sintoístas más importantes de Japón pero lo más vistoso es que contiene dos mil de farolitos de piedra llamados tōrō que lo adornan en todo el camino y dentro del recinto mil lámparas de bronce. En febrero y en agosto están las ceremonias de su prendido por lo que si vas en esa fecha, agendate el día de la ceremonia para ir a Nara (el festival de Setsubun Mantoro es del 2 al 4 de febrero y el festival de Obon Mantoro el 14 y 15 de agosto).
Quizás el parque más lindo de Japón. En primavera es un parque para quedarte por largas horas y hacer un pic nic, pasear entre sus árboles o ver a los miles de dibujantes que están horas retratando la naturaleza. Podés dar un paseo y ver los jardines Isui-en y el santuario Wakamiya. Además es uno de los lugares elegidos por las novias (muchas con vestidos rosados) para ir a hacerse el book de fotos. Lo más divertido es ver a fotógrafos y productoras de moda luchando con los ciervos que estorban en las producciones.