“Estas son las que hice para la muestra” , comenta Pabli Stein, y señala una pila infinita de colosales pinturas, plagadas de colores intensos, rostros inciertos y figuras femeninas. Intrigada me acerco y recorro cada rincón de su taller, preguntándome cuantas horas pasará aquí. Me confiesa que entre ocho y diez por lo menos. Eso requiere mucha dedicación. A pesar de su corta edad, Pabli Stein (29) está en camino a consolidarse como uno de los grandes pintores de su generación. Un tanto tímido y muy atento, se sienta en un banquito, dudando si dejarse lo antojos puestos o sacárselo, mientras continúo apreciando las obras que a partir de hoy formarán parte de su segunda muestra individual en la galería Enso. La primera fue hace exactamente un año, y recuerdo que cada vez que pasaba por la vidriera pensaba lo mismo que en su taller, que solo una imagen poderosa y misteriosa al mismo tiempo puede transmitir tanta energía.
¿Cómo es tu proceso de trabajo?
Parto de lugares que señalan la belleza, como por ejemplo editoriales de moda y diseño, hago recortes y destruyo imágenes que re-significo. Luego clasifico todo el material, buscando recursos pictóricos y aquello que pueda traducir en pintura. Con todo este registro, voy componiendo imágenes que eventualmente pasan a la tela. Sin embargo en esta segunda instancia del proceso trabajo con absoluta libertad ya que no me guío por el boceto, sino que intento que la pintura hable por sí misma.
¿Qué es lo que más te atrae del formato grande?
Siempre sentí que la pintura debe ser grande, y por eso me cuesta concebirla de otra manera. En el caso de estos trabajos, mi primera aproximación al formato de 200 x 130cm en el 2012 llegó como adaptación de la tapa de la revista «V Mag». Con el tiempo me di cuenta que trabajar con telas de mi altura generaba una presencia humana en la obra.
«Parto de lugares que señalan la belleza, como por ejemplo editoriales de moda y diseño, hago recortes y destruyo imágenes que re-significo. Luego clasifico todo el material, buscando recursos pictóricos y aquello que pueda traducir en pintura.»
¿Qué desafíos encontrás en el uso del color?
Soy muy meticuloso y preparo todos los colores que utilizo, eso es muy importante en mi proceso de creación. Por otro lado siempre me fascinaron los colores de las mismas editoriales, el brillo del papel y la saturación que tienen, por eso intento generar una limpieza visual en mi trabajo y así crear una visión atractiva en la obra.
¿Quiénes son estas mujeres que representás?
La verdad es que no lo sé, como pintor, si bien deposito un concepto detrás de mi trabajo, no es la prioridad, sino que todo lo que genero hoy es una excusa para pintar. No busco hacer referencia a una mujer en sí, ellas son representaciones generales.
«No me molesta para nada desprenderme de mi obra. A medida que comencé a trabajar con galerías me fui acostumbrando a esa parte del proceso. Dado que no solo muestro mis trabajos en Buenos Aires, sino también en Estados Unidos y Uruguay, por el momento desprenderme de la obra me resulta necesario y positivo.»
Entonces, ¿Ninguna de ellas forma parte de tu universo real?
En algunos casos sí me inspiré en mujeres que conozco, pero en la mayoría no, y aun así todas se separan mucho de las imágenes a las que recurrí en primera instancia, por lo que terminan siendo representaciones, como recién explicaba.
Percibo mucho misterio en tu obra y observo que siempre ocultas algún aspecto de ella, ya sea tapando un rostro o negando el paisaje del fondo. ¿Cómo se te da eso y porque lo haces?
Busco la manera de que la pintura hable, ya sea por medio de veladuras, texturas o empastes. A veces tapo de forma sutil, otras soy más explícito, sin embargo los rostros siempre están pintados previamente, es decir que elijo completar el retrato y luego jugar con él.
«Mi sueño como artista es seguir trabajando y no perder el entusiasmo, por eso vengo todos los días al taller y me propongo estar en contacto con mi obra aunque no haga una pincelada en todo el día.»
¿Sos un pintor por sobre todas las cosas?
Sí, incluso cuando trabajo con otro material, como por ejemplo el papel, lo siento; suelo mirar las cosas pensando de qué manera puedo traducirlas en pintura.
¿Te cuesta mostrar tu obra y desprenderte de ella?
Para nada, a medida que comencé a trabajar con galerías me fui acostumbrando a esa parte del proceso. Dado que no solo muestro mis trabajos en Buenos Aires, sino también en Estados Unidos y Uruguay, por el momento desprenderme de la obra me resulta necesario y positivo.
¿Cuáles son tus sueños como artista?
Por sobre todo seguir trabajando y no perder el entusiasmo, por eso vengo todos los días al taller y me propongo estar en contacto con mi obra aunque no haga una pincelada en todo el día. Comparto el espacio con un amigo que es director de cine e invito a gente todo el tiempo, así que estoy muchas horas.
» Trabajo mucho la atmósfera alrededor de la figura y siempre busco el riesgo para que la pintura sea potente.»
¿Cómo describirías tu obra a alguien que no puede verla?
En términos muy generales es una obra figurativa que por momentos se extiende a la abstracción, una pintura muy expresiva a pesar de ser formal. Trabajo mucho la atmósfera alrededor de la figura y siempre busco el riesgo para que la pintura sea potente.
Terminamos con la entrevista malevense y me despido de Pabli ansiosa por ver las obras colgadas en Enso, donde voy a poder apreciar a cada una por separado. Esa energía que mencionaba antes queda latente en mí, y hay algo que me sigue atrayendo a estas mujeres super poderosas, que imagino congregadas por las noches, planeando como conquistar el mundo.