El salón de Inmigrante, en Palermo Viejo
La entrada, como su nombre lo indica, es el plato que antecede al segundo plato o principal. Por lo general, son platos de elaboración simple y porciones pequeñas que preparan al comensal para consumir el plato principal. No obstante, ¿Quién no se ha visto tentado por una entrada más que por un plato principal? muchas veces nos encontramos en la carta con entradas igual o más elaboradas que un principal o, incluso, con porciones abundantes. Aquí un recorrido malevense de platos que si no te lo dicen, podrían pasar por principales tranquilamente.
Un plató típico de la gastronomía peruana. Propuesto como entrada, este ceviche lleva dados de salmón marinados en jugo de lima, crema de ají amarillo, chips y maíz frito. Por sus dimensiones es un plato que, si bien se sirve como entrada, podría perfectamente pasar por un principal. ($295).
Una receta que data de la época de la gran inmigración europea a la Argentina y que constituye un clásico de nuestra gastronomía. En Inmigrante, Leandro Di Mare le dio una vuelta de rosca, servido por separado, la idea es que el comensal lo mezcle a gusto. Lleva Jamón marinado y glaseado a la parrilla, huevo a baja temperatura con polvo de aceitunas negras, salteado de arvejas, cebolla encurtida y papas fritas a la provenzal. (Precio: $195)
Una de las entradas de la carta de mediodía que tranquilamente podría ser un plato principal, tanto por su elaboración como por su contundencia (obvio no pidiendo alguna, sino varias). La masa es casera y el relleno se prepara con carne de ciervo que fue braseado por muchas horas. Se sirve con una fresca ensalada de rabanitos y verdes, más una salsa de tomates con limón que potencia todos los sabores. Para los amantes del picante, puede acompañarse también con un picante de Cachi.
Un plato típico de la cocina callejera napolitana, que aquí proponen como entrada en porciones individuales. La pizza frita Margherita sale con mozzarella, tomate y albahaca fresca y es una gran opción para probar una versión distinta de un plato clásico (145$). También es contundente como entrada los Arancini con salsa Amatriciana ($140); los llaman “Polpette di Riso” y constituyen un plato tradicional siciliano que por lo general se sirve como un aperitivo, previo a la comida, pero es realmente contundente. Se trata de unas albóndigas de arroz bien condimentadas que se sirven con una clásica salsa Amatriciana a base de tomates, guanciale (una especie de panceta italiana) y cebolla.
Una tentadora preparación a 280 $, inspirada en la clásica obra Adán Buenosayres de Leopoldo Marechal. Fusiona sabores autóctonos y texturas disímiles. Se compone por tuétano (caracú) en 3 cocciones, mandioca en 2 cocciones y un mix de hierbas frescas como hojas de perejil y apio, aliñadas con una vinagreta de sal, pimienta y tokarashi. Otra entrada power son los fideos de trigo sarraceno, shiso, y panceta ($280). La chef es la cada vez mejor conceptuada Julieta Caruso.
La Tortilla de papa «bien babé» se transformó en una clásico entre sus clientes habituales y se puede pedir con chorizo colorado ($180).
Crocantes capas de Nachos al horno, con salsa de especial de tomates, queso fundido, cheddar y verdeo. Acompañados con guacamole, crema ácida, frijol refrito y salsa hot. Una bomba divina. ($290).
Tartar de pescados, mariscos, masago, palta y salsa acevichada. Preparada por el chef Eddie Castro, un hit de este restaurante ícono de la cocina Nikkei en la ciudad.