Hay dos tipos de regalos que se hacen en vacaciones: los que se traen de afuera (para los amigos o para uno mismo) y los que se llevan de aquí a otros lares (para gente querida que no vive en Buenos Aires). Este tipo de obsequios tiene un desafío agregado: se trata de encontrar algo que para el destinatario sea difícil de conseguir en su lugar de residencia. Y eso lo hace único. Está buenísimo comprar cinco botellas de Jack Daniel’s en promoción, pero también vale la pena aprovechar el viaje para traerse algo inconseguible. Cuando se trata de llevarles algo a los amigos que viven en el exterior puede ser aún más difícil: ¿qué comprarle a alguien que vive en New York, Londres o París, que parece tener todo al alcance del mano? Por todo esto, en una época del año de andar visitándose por el mundo, en MALEVA armamos esta nota: tres botellas para traerse y otras tres para llevar un pedacito de Buenos Aires a quien la extrañe.
WHISKY JAPONÉS: THE YAMAZAKI 12 YEAR OLD SINGLE MALT
Los bebedores de ley hace años que comentan este secreto a voces: los japoneses están haciendo muy buen single malt. Yamazaki es la destilería más antigua de Japón, abierta en 1923, y hoy la más conocida internacionalmente. El de 12 años es una buena muestra y es muy complejo para su edad: se añeja en una combinación única de barricas japonesas, americanas y españolas, lo que incide en su sabor, calidez y profundidad. Además de Japón, claro, podés conseguirlo en Europa y en USA. Una curiosidad ideal para sorprender invitados en casa o traerle a un amigo bien whiskero. Ronda los 50 US$.
«Hay dos tipos de regalos que se hacen en vacaciones: los que se traen de afuera (para los amigos o para uno mismo) y los que se llevan de aquí a otros lares (para gente querida que no vive en Buenos Aires). Este tipo de obsequios tiene un desafío agregado: se trata de encontrar algo que para el destinatario sea difícil de conseguir en su lugar de residencia, en este caso, unas botellas increíbles.»
MÁS YANKEE QUE MCDONALD’S: GEORGE DICKEL RYE WHISKEY
En el siglo XVII, el rye whiskey (whiskey hecho al menos en un 51% a partir de centeno) era tanto o más común en Estados Unidos que en el Bourbon, particularmente en los Estados del norte. Desapareció casi completamente con la Ley Seca, pero desde que se puso de moda la coctelería vintage volvió con todo. Al igual que el Bourbon, es una bebida para mezcla, ideal para hacer unos Manhattans bien americanos. Si el Bourbon te resulta muy dulce el Rye puede ser la opción para vos. Esta botella de George Dickel, 95% centeno y filtrada con turba (algunos dicen que el Rye Whiskey es la versión americana del whisky de Islay, la isla escocesa famosa por su scotch de característico sabor ahumado), es una de las más populares en USA y maneja una excelente relación precio-calidad, a unos 24 US$.
«Los bebedores de ley hace años que comentan este secreto a voces: los japoneses están haciendo muy buen single malt. Yamazaki es la destilería más antigua de Japón, abierta en 1923, y hoy la más conocida internacionalmente. El de 12 años es una buena muestra y es muy complejo para su edad. Una curiosidad ideal para sorprender invitados en casa o traerle a un amigo bien whiskero»
UN VERMUCITO: DUBONNET ROUGE
Una botella de Asia, una de América, una de Francia. Este es un excelente detalle para traerle a tu bartender favorito: no es una botella cara, es un vermú, pero hace años que no se consigue en la Argentina ni por casualidad y es un favorito de muchos cantineros. Queda super rico en Negroni o sencillamente con Gin y un twist de limón (The Dubonnet Cocktail, receta clásica y favorita de la difunta Reina Madre de Inglaterra). Incluye entre sus ingredientes a la quinina (la base de la tónica), lo que le da una notita de amargor bastante especial. Cuesta sólo 9 dólares pero es bastante más difícil de encontrar que las otras dos: en Francia no deberías tener problema, en Inglaterra tampoco, y en USA se puede comprar por internet.
UN VINAZO: BENEGAS LYNCH MERITAGE
Visites a un extranjero o a un argentino con nostalgia, la botella de vino es obligatoria. Benegas es una bodega joven pero con historia: Tiburcio Benegas, bisabuelo del fundador Federico Benegas Lynch, creó en 1883 la conocida bodega «El Trapiche”, vendida en la década del ‘70. En 1999, Benegas Lynch compra la finca Libertad, un antiguo viñedo de su bisabuelo, y retoma la tradición familiar. La línea más lujosa, Benegas Lynch, se compone de tres vinos elaborados con uvas de parcelas seleccionadas que pasaron 18 meses en barricas de roble francés. Elegimos el Meritage, complejo y persistente blend de Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Merlot y Petit Verdot muy bien recibido por la crítica: los blends están de moda, y así sorprendés un poco más que si llevaras un clásico Malbec. Es edición limitada (3000 botellas) y sale $450.
EL GIN CON GUSTITO A PATRIO: PRÍNCIPE DE LOS APÓSTOLES
Si no viviste este año en un frasquito de Angostura tenés que haber probado en alguna barra el Príncipe de los Apóstoles, también conocido como “el gin de Tato”. Tato Giovannoni, conocido por éxitos como 878 y Florería Atlántico, dio este año el salto más atrevido de un bartender en Argentina hasta ahora: no contento con tener su propio bar, se convirtió en productor y tiene ahora su propio gin (y su propia agua tónica, Pulpo Blanco). El Príncipe de los Apóstoles es destilado a partir de enebro, eucalipto, peperina, piel de pomelo rosado y yerba mate. El eucalipto es el perfume que más se siente, pero las notas de mate también se encuentran: un regalo ideal para el expatriado al que ya te aburriste de llevarle yerba. A $198 en bares (Florería, Bernata, 878, Duarte) y distribuidoras.
«Para un verdadero bebedor, que todo lo posee y lo conoce, el Christallino es una rareza y el regalo perfecto: este destilado de pera, conocido en Francia y en Suiza como Poire William es una exquisitez francesa elaborada en Alsacia, Suiza…y Argentina. La Pequeña Destilería Argentina, ubicada en Río Negro, lo produce desde hace más de 20 años para exportación y desde 2010 para el mercado local. Es una bebida muy alcohólica»
UN DELICIOSO DIVAGUE: CHRISTALLINO, PEQUEÑA DESTILERÍA ARGENTINA
Para un verdadero bebedor, que todo lo posee y lo conoce, esta rareza es el regalo perfecto: este destilado de pera, conocido en Francia y en Suiza como Poire William (por la pera Williams, la única variedad que puede utilizarse), es una exquisitez francesa elaborada en Alsacia, Suiza…y Argentina. La Pequeña Destilería Argentina, ubicada en Río Negro, lo produce desde hace más de 20 años para exportación y desde 2010 para el mercado local. Es una bebida muy alcohólica pero de sabor frutado, muy aromática, ideal para probar en cócteles o solito en shot, después de comer. Para conseguirlo lo mejor es ir a Doppelgänger (Juan de Garay 500) y charlar con Guillermo Blumenkamp, el dueño y bartender, que lo utiliza como base en uno de los tragos favoritos de la casa, el Ostende.
Fotos: Facebook Suntory.com; Príncipe de los Apostoles, Dickel, www.bodegabenegas.com