Comedor, el canchero primer restaurante de Narda Lepes
NI HACE FALTA CRUZAR LA CALLE: EL BAJO BELGRANO, EL TERRITORIO DE LOS CHEFS MÁS CÉLEBRES / ¿CÓMO ES EL FLAMANTE RESTAURANTE DE NARDA LEPES? / POR OLIVIA TORRES LACROZE.
Si ya era un polo gastronómico gracias a Fernando Trocca, el Zorrito Von Quintiero y Donato De Santis, Narda Lepes terminó de consagrarlo con la llegada de su Comedor. Es que nunca antes tantos chefs célebres habían apostado a un lugar tan preciso. En una misma manzana conviven el Comedor de Narda, Sucre (Trocca), Cucina Paradiso (Donato) y Bruni (Zorrito). Lo mejor de todo: lo hacen en perfecta armonía. ¡Parece que el Bajo Belgrano se puso foodie en serio!
“Comé plantas, comé rico, tomá más agua, probá cosas nuevas”, reza el manifiesto –un tanto mandón- de Narda Comedor. Abrió sus puertas en octubre y sin demasiadas pretensiones, proponiendo una cocina de estación y con los vegetales como protagonistas de todo. “No tiramos comida”, promete otra viñeta de su credencial. Todo se aprovecha al máximo e incluso se revalorizan productos olvidados, los bien llamados “héroes anónimos”. Lo que no es anónimo son sus ingredientes: se sabe exactamente de dónde viene cada gramo de materia prima, siendo así una cocina consciente y responsable. El lugar es todo luz natural, vistas al parque y un ambiente informal donde todos son bienvenidos a toda hora del día, incluso los más chicos. Cada rincón de su cocina está a la vista, acto de franqueza total. Es lo que es. Te guste o no. Aunque seguramente te encante.
Le preguntamos a Narda qué la llevó a elegir esta locación para volver liderar un restaurantr, después de 16 años: “El verde, la plaza, los bosques que hay que atravesar para llegar. Nunca hay tráfico, está cerca de todo pero tiene otro ritmo”, comenta. “Todo mi equipo es fan del Pasticciotto de Donato”, asegura sobre la armoniosa convivencia y el mutuo respeto. “Somos todos amigos y tenemos planes de hacer cosas juntos”, remata. ¡Habrá que permanecer atentos!
Inauguraron el barrio allá por el 2001, cuando solo existían Selquet y La Tranquera y aseguran que la magia de la zona está el combo de sus espacios verdes con el fácil acceso desde el norte y el sur. La mente maestra detrás de este pionero –y ya clásico- del barrio es Fernando Trocca, quien reinterpretó la cocina contemporánea argentina con productos locales de estación y orgánicos. Grill, parrilla y spiedo a la leña de quebracho son los encargados de la sección carnívora. Hay cócteles clásicos y experimentales, hay vinos, cervezas y cidras artesanales. Y por supuesto, una exquisita cocina para cenar y tapear, a cargo del chef de cuisine Matías Ferreyra. El estilo industrial es el punto en que convergen la cocina a la vista, la barra de estaño y la flamante cava de vidrio, que reina sobre el ambiente. El ícono de Sucre alberga más de 200 etiquetas y tiene capacidad para 2000 botellas. “La convivencia es óptima. Siempre puertas abiertas, apoyo y colaboración. Sobre todo con el Zorrito, con quien siempre compartimos momentos”, nos cuentan desde Sucre respecto del vecindario foodie.
El restó del Zorrito Von Quintiero también lleva sus buenos años reinando en el barrio y es un ícono de la célebre esquina. Bruni lleva el rock en los genes, al igual que su creador, y fue la sede del festejo de cumpleaños número 60 de Charly García, nada menos. El adorado Flaco Spinetta era también un amigo de la casa y se suelen ver artistas y futbolistas entre sus comensales frecuentes. Si bien nació como un restaurante italiano y sigue manteniendo la tradición, se incorporó también el sushi a su repertorio gastronómico. Las especialidades mediterráneas y las pastas son un verdadero manjar. Desde su apertura en 2008, Bruni fue testigo de los cambios en la fisionomía de la zona. Aseguran que comparten datos y proveedores con los amigos de Sucre, a quienes Fabián les tiene especial aprecio. Donato pasó por la cocina de Bruni en su momento y hoy es un vecino más: hasta se piden cosas prestadas mutuamente. “La verdad que la convivencia con todos es muy amena. Apostamos a que la llegada de Narda al barrio nos traiga a todos más clientela”, cuentan. A dos cuadras, en la esquina de Sucre y Dragones, el Zorrito también plantó bandera junto a su hermano Cristian Quintiero, desde el restaurante y rotisería top San Gennaro.
El restaurante de Donato De Santis es italiano de cabo a rabo, como no podía ser de otra forma. Se parte de materias primas con certificado de origen, se garantiza el respeto por las tradiciones culinarias y se propone un ambiente informal y honesto, con el chef a total disposición de sus clientes. Amor por las raíces, espíritu hogareño y el toque mágico de Donato hacen de Cucina Paradiso una valiosísima incorporación al polo gastronómico del Bajo Belgrano. Además de hacer gala de varios premios, los dos locales (el de Palermo también) tienen una despensa gourmet italiana con productos locales a importados, a merced de quien quiera tentarse con algo para llevar.
Fotos: gentileza restaurantes mencionados.