"MI DANZA ES MI FORMA DE TRANSMITIR MIS PUNTOS DE VISTA": PALOMA HERRERA / ENTREVISTA / POR VICKY GUAZZONE DI PASSALACQUA

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Paloma Herrera: 20 años primera bailarina del American Ballet Theatre

 
 

«MI DANZA ES MI FORMA DE TRANSMITIR MIS PUNTOS DE VISTA»: ENTREVISTA A PALOMA HERRERA/POR VICKY GUAZZONE DI PASSALACQUA/FOTOS: MILAGROS DE LA TORRE.

Sostiene que lo suyo no son las palabras, y que “por algo es bailarina”. Sin embargo, en los cuarenta minutos que duró la conferencia de prensa organizada por Banco Galicia en el marco del magnífico Salón Dorado del Teatro Colón, esa idea no tuvo cupo.
Sí, Paloma Herrera es una de las leyendas contemporáneas de la danza clásica, estrella absoluta del American Ballet Theatre durante 24 años (20 como primera bailarina) y su mejor mensaje queda dado en el escenario, pero es evidente que una carrera rutilante también le ha enseñado a manejarse con la prensa.
Y así, aún en el momento más emotivo de su carrera, a pocas semanas de su retiro, fue tan cálida y honesta como siempre, charlando de sus proyectos (“voy a vivir en Buenos Aires pero a seguir viajando, y estoy organizando mi propia marca de ropa”), de la instancia de la decisión de dar por finalizada su carrera (“como justamente es una carrera súper dedicada, pienso que hay un tiempo, porque nunca quise bajar el nivel”), de la actualidad del ballet (“me parece que el mundo de la danza tiene que ser magia, y con las redes sociales ahora hay demasiada información”) y hasta de la polémica generada alrededor de su despedida en Nueva York (“no es cierto que me haya ido amargada porque fue una función matineé, yo quise cambiar de ballet porque sentía que ‘La Bella Durmiente’ no me representaba, y ‘Giselle’ sí; al final de esa función no me entraba la felicidad en el corazón”).
Todo, mientras presentaba la que será su última performance, encarnando a la mítica Julieta en “Romeo y Julieta”, en una versión dirigida y coreografiada por otro grande, Maximiliano Guerra, primero en el Colón (el 11, 13, 15 y 17 de octubre) y más tarde de gira por el interior del país. Tras la conferencia -y porque nunca es suficiente cuando se trata de los grandes-, MALEVA tuvo la oportunidad de hablar con Paloma en privado.
Ya pasó un año del anuncio de tu retiro y estás a pocos meses de que suceda. ¿Cómo fue este tiempo?
La verdad es que fue mucho más light que el año pasado. Me parece que en el momento en que di la noticia fue “el” momento. Fue muy intenso y cada vez que bailaba era muy fuerte. Pero una vez que tomé la decisión, sólo me dediqué a disfrutar. Y estuve cada vez más segura de mi decisión. Además, creo que lo fuimos digiriendo tanto yo como el público.

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Empezó a bailar a los 7 años y en este año 2015 será su retiro

 
¿Para qué soñaste siempre tener tiempo?
Si bien siempre traté de balancear mis tiempos, porque mi familia y amigos han sido muy importantes en mi vida y gracias a ellos tengo los valores bien puestos, voy a poder estar con ellos sin que se tengan que adaptar a mí. Poder verlos relajada… También me gustaría poder dormir más y viajar de vuelta a todos esos lugares a los que fui a las corridas, y siempre me prometí volver para conocer en serio.
¿Para qué otras cosas sos buena?

Mmm, qué difícil… (piensa). Nunca pude hacer mucho otros deportes, porque siempre tuve miedo de lesionarme. ¡Son libertades que voy a poder tener ahora!
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La marca de ropa que lanzará estará inspirada – en gran parte – en las bailarinas

 
¿Y cómo es esto de que se viene una Paloma empresaria?
El desarrollo de la marca está todavía muy en veremos, pero es algo que me entusiasma. Lo que pasa es que, desde que anuncié mi retiro, viví meses muy intensos. Hubo mucho evento, muchas giras, y no tuve tiempo ni para respirar. Pero mi marca está en proceso y ya tengo el estilo definido. Porque más allá de una marca de ropa, quiero enviar un mensaje. Que sea un poco como lo que ha sido mi carrera, que no se trató de moda sino de lo opuesto. Además de hacer ropa de calle, es ropa inspirada en la bailarina, con un estilo etéreo, y que acompañe a yoga, a caminar, al gimnasio. Va a tener un estilo, un uso de telas y una calidad de las prendas que se usan siempre y nunca pasan de moda.
¿Y cuánto te vas a involucrar? ¿Vas a diseñar?
Sí, quiero estar en el diseño, porque quiero enviar mi mensaje. Es algo que me tiene muy contenta, porque me gusta poder llevar mi carrera más allá. Mi danza ha sido mi forma de transmitir mis puntos de vista, y esto es otra forma de contarlos.  
¿Cómo es tu proceso de toma de decisiones? Sobre el escenario no hay lugar para el error…
Pienso que uno es un ser humano, y no todas las funciones son iguales. He bailado “El Quijote”, “El lago de los Cisnes” y “Romeo y Julieta”, por ejemplo, miles de veces. Pero cada función fue única. Porque puede haber algo que uno no siguió o el partenaire no estaba o el público no estaba atento… Y eso también es la belleza. Tengo un refrán pegado en mi heladera que dice “la vida no tiene que ser perfecta para ser maravillosa”. Y es así. Lo que no te mata te hace más fuerte, hay altos y bajos y esa es la felicidad y es la vida. No podés saber qué es maravilloso si no hubo momentos que no fueron tan buenos.
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«La vida no tiene que ser perfecta para ser maravillosa»

 
 
¿Nunca te exigiste perfección?
Siempre, desde los 7 años. Jamás faltaba a clase y si estaba enferma me escapaba igual. Y eso va a seguir así hasta el día que me retire. Por eso lo hago desde tan joven, porque me gustó vivir mi carrera así de intensamente.
Si te dijeran que sólo por hoy podés revivir una función de tu carrera, ¿cuál sería?
Son demasiadas las que han sido únicas y maravillosas por diferentes razones. ¡No podría elegir!
Cuando das clases, ¿cómo apelás a sacar lo mejor de tus alumnos?

Es muy gratificante e interesante dar clases, porque cuando uno estuvo del otro lado, sabe qué cosas pueden sacar lo mejor de otro y qué cosas lo pueden cerrar. Es aplicar la experiencia vivida. Hay que ser sensible y estar en el momento, involucrarse y saber que cada chico es totalmente diferente; una misma solución no sirve para todos. Me gusta mucho enseñar, porque más allá de impartir los pasos, es una forma de hacer life coaching. Para los bailarines lo más importante, mucho más allá de la técnica, es lo mental que se esconde detrás.
¿Si tuvieras una hija te gustaría que fuera bailarina o te parece un mundo demasiado duro?
Siempre que veo chiquitas con rodete y tutú, pienso “pobrecitas”. Pero si supiera que van a tener mi vida, les diría que vayan para adelante sin problema. Pero sé que mi carrera fue única, y por eso digo que soy una agradecida: ya no tengo deseos que pedir, ¡tengo mi cuota más que cumplida! Hay miles de chicas estudiando, e incluso con talento, ¿cuántas llegan? Hay muchas cosas en el camino que pueden pasar. Es la cabeza, el talento, la disciplina, el entorno, los momento. Hay muchísimo que rodea ese mundo y esa posibilidad, y no, no es un camino fácil.
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Paloma Herrera asegura que no podría elegir una función preferida en su carrera porque todas fueron increíbles

 
 
¿Tuviste siempre eso en cuenta para motivarte? ¿El saber que eras ese caso en miles?
No fui pensando las cosas; jamás se me cruzó por la cabeza no seguir. Ni siquiera fue una duda, y así avancé. En otras cosas hay recetas, pero el mundo de la danza es impredecible. Es difícil dar recomendaciones para alguien que recién comienza… Hay que dejar que el chico siga, siempre y cuando lo haga feliz. En el momento en que sufra, deberá replanteárselo.
¿Cuánto influye tu individualidad arriba del escenario?
El de la danza es un mundo muy individual, pero al mismo tiempo requiere mucho del equipo. La energía del partenaire, de la orquesta, del director, de los ensayos y los maestros, que sacan lo mejor y lo peor. Aunque sí, como cabeza del equipo estás mucho más en solitario y yo siempre fui de por sí muy solitaria. Si bien soy súper sociable y me llevo bien con todos, al mismo tiempo me manejo muy bien en soledad. Me fui a vivir Nueva York sola y no lo sufrí nunca, por ejemplo.
¿Hiciste terapia para manejar esos momentos?

Hice mucho tiempo, porque siempre me pareció bueno tener una contención. Pero graciosamente, en este último tiempo no (lo piensa y ríe). Será que todo estaba ya muy procesado.