Valenti: clásico quesero en el renovado mercado de Belgrano
Son gourmet pero en sus pasillos amplios conservan una larga historia. Algunos son parada exclusiva para miles de turistas que visitan Buenos Aires, y otros están ocultos. La Capital Federal conserva al menos cinco grandes mercados donde es posible tomar el café más rico del mundo, comprar un kilo de merluza fresca, conseguir un condimento típico del altiplano, comprar ropa usada o chucherías viejas. Descubrí en esta nota de MALEVA cuáles son y por qué merecen ser visitados.
Pocos lugares reúnen características tan exóticas como el viejo Mercado de San Telmo, que en los últimos años fue escenario de múltiples transformaciones. Pasó de ser un centro de abastecimiento con verdulerías, carnicerías, pescaderías y viejos puestos de artesanías, a un punto clave para disfrutar buenas comidas y bebidas entre anticuarios, ferias americanas, disquerías, queserías y un local que vende más de 20 dulces de leche distintos.
Si de comida se trata tiene tres ofertas que no fallan: Saigón, un moderno restaurante de comida vietnamita con precios accesibles y buena cerveza ubicado sobre Bolívar; The Market Burguer, dentro del Mercado; y la infaltable Mercí, una panadería que se volvió un verdadero clásico donde abundan las delicias francesas. Una parada fundamental es Coffe Town, que tiene más de veinte variedades distintas de café.
En la recorrida, el Mercado del Progreso es clave ya que es uno de los más antiguos de la Capital Federal, inaugurado en noviembre de 1889. Desde sus inicios tuvo una historia atada a la inmigración europea que comenzaba a poblar el país. Al igual que el de San Telmo, en un principio los puestos eran carnicerías, pescaderías y grandes verdulerías.
En los últimos años también sufrió una gran renovación y sin perder su mística sumó puestos gourmet dedicados a la venta de especias, legumbres, vinos, fiambres, quesos y comidas elaboradas. Todavía conserva cuatro grandes verdulerías, ocho carnicerías, cuatro granjas de pollo fresco y huevos de campo y dos pescaderías. Hoy es una experiencia que combina pasado con actualidad, donde una pastelería gourmet se encuentra a pocos metros de un clásico afilador o del puesto de compostura de calzado.
Para entrar al Galpón de la Mutual Sentimiento hay que bordear una calle prácticamente desconocida, pegado al edificio de la estación de ferrocarriles de Chacarita. Se trata de una experiencia natural: todos los productos son libres de químicos y en su gran mayoría son ofrecidos por los propios productores.
Se pueden encontrar desde frutas y verduras hasta lácteos, comidas listas para llevar y una amplia gama de especias, aunque también artesanías. El Galpón abre solo dos veces por semana: los miércoles y sábados de 9 a 18. Eso sí: hay que recordar ir con bolsas para llevarse las compras.
El Mercado Andino de Liniers es interminable: ocupa varias cuadras y está en plena vereda, aunque también hay locales a la calle. Se trata de una de las ferias más importantes a cielo abierto en territorio porteño; y aunque hace años ofrece decenas de condimentos y una amplia variedad de legumbres, cereales, semillas, frutas y verduras casi imposibles de hallar en otro lugar, desde hace por lo menos cinco años se volvió un lugar ideal de abastecimiento para restaurantes peruanos y bolivianos que coparon la escena gastronómica de Buenos Aires.
Dos claves: ir con tiempo y mucha paciencia. El mercado funciona todos los días y aunque no tiene horario, los primeros puesteros y locales abren a las 9 y suelen quedarse hasta las 19. En general los precios son accesibles, pero hay productos que pueden ser muy costosos.
Si de ofertas gourmet se trata, el Mercado de Belgrano no defrauda. Tiene más de 30 puestos y varios restaurantes en su interior, tanto de comida al paso como para sentarse a almorzar, como la parrilla Punto y Coma, El gourmet de Medio Oriente, de comida árabe e Il Mercado Paradiso, del chef Donato Di Santi. Lejos de las artesanías, tiene locales de ropa exclusiva para la cocina, casas de pastas, cafeterías, varias carnicerías y verdulerías y un exquisito puesto de productos ahumados que debiera ser una parada obligatoria para todo aquel que lo visita.
Fotos: gentileza lugares mencionados.