Clemente Cancela parece no haber tenido nunca miedo a quedar mal. Después de pasar unos años por la carrera de Letras, estudió periodismo en Tea y al tiempo se convirtió en Clemente, el que hacía las preguntas más filosas a políticos y famosos de todo el mundo en Caiga Quien Caiga. También dijo y preguntó lo que quiso en La Liga, en «Soy Curioso», y hoy expresa esa desfachatez a través de la radio, en Gente Sexy y conduce Desordenados, un programa de preguntas y respuestas en Canal 7. También se lanzó a la actuación desde hace un tiempo, en historias como Todos contra Juan, Mi Primera Boda, 20.000 besos; en todas sus creaciones parece haber algo naturalmente disruptivo y sensible a la vez. Tal vez por esa mezcla de cualidades y el humor que se desprende de casi cada cosa que dice, llegó a ser quien es hoy a sus 39 años. Desde hace seis que vive en Florida con Anita Pauls, su pareja. Un mediodía se sentó a comer con una remera que decía «Antihero» en un bar del barrio y contó a MALEVA un poco de todo lo que vivió en estos vertiginosos años de periodismo y conducción.
¿Recién llegás de la radio?
Sí, recién tomamos una copa de vino. Es un ritual muy nuevo de los viernes, lo que pasa es que yo tomo una copa y ya quedo. No tengo resistencia, no tengo aguante. Cuando cocino me gusta tomar un poco de vino pero, estoy en casa.
Vi que subías fotos de platos súper sanos hechos por vos a Instagram ¿Sos de cocinar mucho?
Yo soy recontra vegetariano, en casa no como nada derivado de animales, entonces es también como un ejercicio que hago, y mi manera de recomendar ese tipo de morfi es subir algún videito a Instagram y nada más. Es el estilo de vida que elegí. No cuenta como cocinar pero estos días estoy comiendo muchos espárragos con limoncito arriba, después de hacerlos a la plancha. Sí hago muchos salteados, cosas muy básicas con arroz o quínoa, brócoli.
«Yo soy recontra vegetariano, en casa no como nada derivado de animales, entonces es también como un ejercicio que hago, y mi manera de recomendar ese tipo de morfi es subir algún videito a Instagram y nada más.»
¿Vivís hace mucho en Florida?
Vivo acá desde que me fui a vivir con Ana, hace seis años. Cuando llegó la pregunta de mi casa o tu casa, en la casa de ella había animales para ir y en la mía no, no había una responsabilidad entonces vinimos acá. El barrio a mí me copó mucho porque yo soy de Caballito, que es un barrio muy ruidoso. Y siempre viví en departamento. Acá como tenemos el río a veinte cuadras, cuando vivía Puré, que era el perro de Ana que nos acompañaba a todos lados íbamos todos los días al río con él. Salimos por el barrio. Vamos mucho a la feria de Florida, Sabe La Tierra, ahí compramos cosas preparadas y para preparar. No salimos mucho a comer afuera.
¿Y cómo fue tu infancia en Caballito?
Tuve una infancia común, con los típicos amigos de la cuadra, los del club. Tal vez con algunas curiosidades que después me llevaron a hacer lo que hago ahora. Pero en líneas generales, iba a jugar a la pelota, miraba He-Man e iba a los fichines. Pero parte de mi formación viene de la tele y del Parque Rivadavia. Ahí me compraba todas las revistas del mundo; mi viejo me regalaba revistas todo el tiempo y eso para mí era re importante; La revista MAD, por ejemplo, es una revista de humor histórica yanqui, que la empecé a comprar en el Parque Rivadavia cuando ya no existía acá, y ahora tengo una colección bastante importante; maneja un estilo de humor que a mí me encanta. Obviamente cuando era chico, Anteojito, yo era mucho más de Anteojito que de Billiken.
Eso divide al mundo.
Sí, obvio, creo que era más cool la Billiken pero Anteojito era más piola formativamente hablando. Me acuerdo que tenía el diccionario de oficios que incluía el esperanto; tenía cosas muy locas. Y la otra revista era El Gráfico. Eso a full. Me gustaba mucho la música también. Tuve una banda de adolescente, empecé a tocar a los 15 el bajo y la primer banda enserio que tuve fue en el ’95, se llamaba «Los Curanderos», era de hip hop. Me gustaba mucho ir a ver recitales de nuevo rock argentino de los ’90: Babasónicos, Los Brujos, Los Kuryaki, Fun People. Después tuve otra banda, «I love you»; tocamos varias veces pero después me retiré porque era malo (RISAS).
«Me dedico más a la radio y está buenísimo. La exposición de la radio es más tranquila, depende de lo que uno busca. Si vos querés que en el restaurante se den vuelta todos te conviene más la tele. A mí me parece medio incómodo entrar a un restaurante y que la gente me mire.»
O sea que ese fue tu primer momento de exposición, tocando en las bandas. ¿Te gustaba?
Mirá, si la busqué es porque la quería; no sé si a cualquier precio. Lo que sucedió con la exposición es que tuve un tiro, lo pegué y quedé. No es que estuve yendo a 200 castings. Fui a CQC, me probaron y quedé. No sé cómo hubiera sido mi vida si no hubiera pasado eso. No sé si me hubiera vuelto loco como esa gente que está desesperada, calculo que no, porque cuando dejé de salir en la tele estuvo todo bien. Y de hecho me dedico más a la radio y está buenísimo. La exposición de la radio es más tranquila, depende de lo que uno busca. Si vos querés que en el restaurante se den vuelta todos te conviene más la tele. A mí me parece medio incómodo entrar a un restaurante y que la gente me mire.
En tus entrevistas de CQC parecía como que nunca sentías miedo a exponerte ni a preguntarle a alguien súper reconocido cualquier cosa.
No, eso era muy raro, me pasaba con notas muy chiquitas que me podía poner nervioso, y en eventos grandes no. Había como una cosa de inconsciencia; cuando nos mandaban a algún viaje era, «traela o traela». Me acuerdo mi primer viaje de Caiga; nos mandaron a Nueva York, a los premios MTV; yo nunca había viajado a ningún lugar lejos. Estoy ahí parado en la alfombra roja, y la nota vos la ves hoy y manejo un nivel de excitación inentendible. Tipo estaba como ¡Ay! -grita- y los agarraba del brazo, a Puff Daddy, a cualquiera. Estuvo re bueno y en el momento ni me di cuenta. Yo la mayoría de las notas esas no me las acuerdo directamente. Otro viaje que recuerdo mucho es cuando cubrí el triunfo de Obama. Podías ir a la plaza en Chicago a esperar los resultados. Yo estaba ahí y te iban diciendo por pantalla gigante. Me acuerdo cuando pusieron que ganó, en la plaza eran todos negros, y pusieron Stevie Wonder a todo lo que daba y estaban todos felices bailando y llorando. Era muy lindo de ver, en un país que acaba de elegir a Trump ahora.
¿Y tenías tiempo para hacer otras cosas en esos viajes?
No tenía nada de tiempo. Hubo un viaje que fuimos a cubrir los Grammy Latinos en Miami. Llegamos y nos fuimos con el camarógrafo a la playa a meternos al mar mientras el productor buscaba las acreditaciones. De repente lo vemos al productor corriendo feliz y dice, ¡»no nos acreditaron»! Todos felices pensando que íbamos a tener tiempo libre y no, de Cuatro Cabezas nos dicen, «traé algo, una nota de lo que sea». Y nos fuimos a cubrir la noche de Miami y cuando estábamos ahí me puse muy pero muy en pedo, o sea no recuerdo la nota, pero me acuerdo que en el boliche esa noche estaba Edward James Olmos, el Teniente Castillo de División Miami, y le hice una nota que estuvo re buena pero no la recuerdo para nada. Y cuando estaba en Buenos Aires en mi tiempo libre era Axl Rose post Guns N’ Roses, previo a este reencuentro: estaba en mi casa encerrado.
«Recuerdo mucho es cuando cubrí el triunfo de Obama. Podías ir a la plaza en Chicago a esperar los resultados. Me acuerdo cuando pusieron que ganó, en la plaza eran todos negros, y pusieron Stevie Wonder a todo lo que daba. Fue muy lindo en un país que acaba de elegir a Trump.»
¿Estando en tu casa que te gusta hacer?
Cocinar, leer, mirar documentales. Ahora estoy leyendo un libro de Matthieu Ricard, ese francés que se hizo monje tibetano, conocido como el hombre más feliz del mundo. Se llama A Plea for animals, un libro dedicado a los animales. Y también estoy leyendo la autobiografía de Steven Adler, primer batero de Guns N’ Roses. Leo muchas autobiografías. Cuando son de rockeros, suelen ser vidas que son interesantes y se viven a mil en muy poco tiempo. Me gustan también las anécdotas de toda gente que admiro de diferentes ámbitos a los que nunca accedí, cruzándose; no sé, como la biografía de Anthony Kiedis, de los Red Hot, o la de Andre Agassi, Open. Me gusta ver la mirada de un tipo que era un póster cuando yo era chico; ver qué le pasaba en ese momento, es muy loco porque el tipo cuenta que su existencia era absolutamente miserable por el don que tenía.
Vi varias fotos de viajes que hacen con Anita.
Sí. El año pasado fuimos a la Patagonia que nunca había ido, paramos en Villa Lago Rivadavia. Fui manejando, estuvo muy bueno. El otro verano habíamos hecho el viaje a la Costa Oeste de Estados Unidos. Estuvimos una noche en Los Ángeles porque fuimos a ver a Louis CK que a mí me gusta mucho. Y después fuimos a recorrer el Parque Nacional Yosemite, es una ciudad, hay de todo. Anita quería ver las secuoias, unos árboles gigantescos; después San Francisco, todo en auto. Hace poco fui a Berlín por la radio al Lollapalooza. Me caminé todo, al otro día tenía ampollas en todo el pie. Me gustó mucho por ejemplo el monumento a los rusos que pelearon contra los Nazis en la Segunda Guerra; Tempelhof, que es un aeropuerto que lo cerraron, y está en desuso. Ahora donde estaban las pistas y el césped la gente va y está todo el día tomando cerveza, hay puestitos de comida, gente que va y se hace su propia huerta. No escuché una bocina en Berlín, todo el mundo andaba en bici por todos lados; no vi un solo afiche relacionado con el fútbol y ellos son campeones del mundo. Me dio la sensación de que tienen las pasiones muy bien ubicadas.
El humor parece ser algo que te sale natural. ¿Siempre fue así?
A mí me parece que me ayuda mucho la cara para eso, mi contextura, todo eso. Ves, te reíste y no hice un chiste (RISAS). A mí es lo que más me gusta y yo valoro mucho cuando alguien me hace reír, porque es una demostración de inteligencia muy concreta. Y me deprime mucho cuando alguien intenta hacer reír y cree que es gracioso. Yo cuando era chico era más demente, estaba todo el tiempo haciendo chistes, ahora me relajé un poco porque ya me puse más grande. Pero mis mayores ídolos están en el humor. Me gusta mucho Louis CK, Larry David me hace reír muchísimo, Seinfeld me parece la serie definitiva; me gusta un pendejo que se llama Bo Burnham. Me gusta cuando el humor es corrosivo y no tiene miedo a quedar mal. Me parece que ahora hay una ola de corrección política que no podés decir nada, que es global igual. En CQC me gustaba mucho más la parte de la construcción del humor en una nota que la parte periodística.
«Pero mis mayores ídolos están en el humor. Me gusta mucho Louis CK, Larry David me hace reír muchísimo, Seinfeld me parece la serie definitiva; me gusta un pendejo que se llama Bo Burnham.»
También veo que subís muchas fotos de cosas retro. Te imagino coleccionando cosas.
Sí, soy muy fan de una época en la que era muy chico, y cuando fui creciendo y empecé a tener mis primeros sueldos que me permitían comprar cosas que no me compraba de chico, no por pobre sino porque no estaban acá, me las compré. Y sí, tengo varias cajas de nostalgia. En el living de casa tengo una colección muy grande de los primeros muñecos que salieron de la década del ’70 de Star Wars, jueguitos de mano Nintendo y Casio, Transformers, He-man. Me quedó una mini fijación con todo ese mundo, con esa época.
Vi una vez que pusieron una consigna en la radio que era #unaremeraquediga. Si tuvieras que elegir una para dejártela por mucho tiempo, ¿qué diría?
Qué buena pregunta. Es una gran pregunta. Eh… «Mantiene tu espíritu con humor». Es un tema de Fun People.