La siempre inquieta directora y creadora de MONOBLOCK, nos cuenta de qué le cayó la ficha en estos tiempos de Coronavirus y aislamiento/Desde las facetas que volvió a explorar hasta sus nuevas ideas sobre liderazgo/Además: por qué dice que una hoja en blanco no basta para crear y que la sociedad civil es ahora mucho más «que ese aplauso» con el que la retratan los medios
Para la creadora de Monoblock para crear se necesita mucho más que una hoja en blanco
«Me cayó la ficha de que es el momento de recuperar nuestro poder»: Vik Arrieta
Me cayó la ficha de que es el momento de reclamar nuestra soberanía como sociedad civil global. El cambio más grande que entendí yo estas semanas, y espero que otros puedan ver también, es que no necesitamos que nadie nos venga a investir de poderes especiales para ser catalizadores de transformación social. Hoy hay gente juntando guita y armando movidas sociales desde el living de su casa. Ese gesto de recuperar poder por parte de la sociedad civil me parece un detalle gigante que de momento no sale en los medios.
Nos siguen retratando como un aplauso colectivo, como números en una curva. Pero es lo de menos: lo que importa es que no perdamos el impulso de salir a cambiar lo que está mal, sin esperar que el gobierno o una empresa privada nos habilite para eso.
«El cambio más grande que entendí yo estas semanas, y espero que otros puedan ver también, es que no necesitamos que nadie nos venga a investir de poderes especiales para ser catalizadores de transformación social. Hoy hay gente juntando guita y armando movidas sociales desde el living de su casa. Ese gesto de recuperar poder por parte de la sociedad civil me parece un detalle gigante…»
En lo personal creo que donde más me vi movilizada estos meses es en mi maternidad y en la educación de mi hijo. Y lo que me replanteo es «el plan perfecto» que tenía para él. Quizás lo perfecto es otra cosa y lo más importante es mantenerme flexible. Va de la mano con la idea de no aferrarse tanto a un lugar, que es una idea que todos de alguna forma estamos cuestionando, en relación a dónde vivimos o cómo no aferrarnos a un lugar en nuestra línea de tiempo. En lo profesional lo que cambió bastante fue mi idea de cómo liderar. En este momento veo que lo que yo creí que era un muy saludable espacio para crear y cuestionar es en verdad un espacio vacío, de abandono. Para crear se necesitan otras cosas, no solo la hoja en blanco.
¿Cómo será la normalidad en el futuro? Yo creo que desde ahora ya tenemos que empezar a encararla y lo primero en nuestra agenda debería ser realmente «lo primero en la agenda», que hoy va por el lado de rebelarnos frente a lo que nos está extinguiendo.
Empezando por la agenda del cambio climático global, que en verdad es transversal a un montón de otros temas (soberanía alimentaria, salud, sustentabilidad, economía, etc); y a la par con derechos humanos, principalmente el derecho a la libertad, entendido también como igualdad de oportunidades, porque los sistemas sociales que habitamos son inherentemente opresivos para gran parte de la humanidad.
Estos días empecé a explorar mucho más una faceta vinculada a la comunicadora social y el «broadcasting». Necesito volver a mi rol más periodista, siento que es un lugar que el momento me «demanda». Aunque siempre desde mi particularidad de artista, porque creo que todos hoy estamos llamados a ir al frente sin soltar lo que somos. Lo que somos es lo que hará la diferencia.
«Estos días empecé a explorar mucho más una faceta vinculada a la comunicadora social y el «broadcasting». Necesito volver a mi rol más periodista, siento que es un lugar que el momento me «demanda». Aunque siempre desde mi particularidad de artista, porque creo que todos hoy estamos llamados a ir al frente sin soltar lo que somos. Lo que somos es lo que hará la diferencia….»
Deberíamos salir de esta mejores comunicadores, más eficientes. Porque al carecer de muchos de los apoyos paralingüisticos, estamos obligados a ser más precisos con las palabras. Y también más atentos a la economía del discurso: cuesta mucho escribir palabras vacías cuando te pasaste el día escribiendo en la pantalla para interactuar con otros. Cuesta mucho hacer una llamada, video o no, que no tenga una intención potente detrás. La charla vacía a la hora del almuerzo se reemplazó por intercambios mucho más densos.