En este último reporte al norte de General Paz te mostramos cafecitos donde pasan cosas. Esquinas acogedoras para pasar una tarde de sol o una noche sensorial. De coffee rave a ecstatic dance. Y mini-restaurantes secretos que festejan la comida como un momento de creatividad, disfrute y conciencia.
Siete Mares y una deco que refleja fascinación por el océano.
Martínez sigue a full: sus nuevas propuestas – gastro, arte, bienestar -, se diseminan de punta a punta del barrio más a pleno de zona norte / Siete que se destacan. Por Caro Cerimedo para MALEVA.
En una ubicación que se sale del circuito obvio, en donde había una panadería que funcionó cien años, hoy se sirven los mejores pain au chocolat y se hacen fiestas de ecstatic dance. Las nuevas propuestas de Martínez se diseminan más allá del polo de la estación – que ya se había puesto cool -, y de lo estrictamente gastronómico. Siempre sin cruzar Santa Fe, nos encontramos con otra inauguración y otra casa antigua donde todo es casero, de la leche de almendras del flatwhite a la mantequilla de maní y la mermelada de frutas de estación para las tostadas de masa madre; o los increíbles pickles y encurtidos que trae la trucha gravlax. Hay propuestas muy originales para brunchear hermoso, patio con fogonero y yoga somático en el ático, donde también se arman encuentros sonoros. Vamos a por ello.
“Somos de Martínez, lo caminamos, lo queremos, y sentíamos que había espacio para algo nuevo y lindo por este lado. Sapo nació del encuentro entre amigos franceses y argentinos, con trayectorias diversas pero la misma pasión por la gastronomía y el buen café. Queremos que eso se traduzca en lo que ofrecemos”, lecuentan a MALEVA…»
1) Sapo Caffeine & Cusine: con micro-estudio de yoga en el ático y coffee rave en el fogón, más cata de vino de autoproducción. / Rodríguez Peña 22.
En una casona colonial bellamente restaurada por ellos – que antes era una florería y hoy aún tiene margaritas de colores en las mesas -, unos amigos del barrio se juntaron para poner “un cafecito”, pero la verdad es que, modestia a parte de sus dueños, que así me lo presentaron, todo lo que elaboran acá es inmenso. “Somos de Martínez, lo caminamos, lo queremos, y sentíamos que había espacio para algo nuevo y lindo por este lado. Sapo nació del encuentro entre amigos franceses y argentinos, con trayectorias diversas pero la misma pasión por la gastronomía y el buen café. Queremos que eso se traduzca en lo que ofrecemos”, me cuentan.
Durante las horas AM sirven café (esta semana, un blend premiado de Brasil), desayunos y almuerzos que me volaron la cabeza, por la originalidad, la ejecución casera y las notas europeas que introdujo el chef franco argentino. Hay oeufs a la côque, pan tomate con ajos confitados y la posibilidad de pedir todo sin TACC: con mbeju. El croque madame es de brie y lomito, sale gratinado y calentito. Con lo que amo la papa rosti, no me pude resistir a pedirla, viene con huevo y palta. Una gran opción es la ensalada vegana del día y todas sus texturas. Para picar, carpaccio de tomate y burrata, sandwich vietnamita de pollo, sopa del día o tempura de palta con dip de yogurt y eneldo; para ir por un plato fuerte, bife al café con cuñas de boniato. En las horas PM es el momento del vino bonaerense, que para la cata guiada de esta noche trajo una sommelier amiga de la casa de su propia parcela en Campana.
Algunos sábados cambian el jazz por la electrónica con las coffee rave. O por los cuencos con los encuentros de armonización sonora. Fachada intacta, pisos originales, madera a la vista y patio interno que da a un pino. Allí nace la escalera para subir al espacio de yoga secreto: Tiny Estudio. Un hallazgo yogui para practicar hatha, vinyasa, flow o reservar una clase de yoga somático, que combina la consciencia corporal y movimientos que propician la exploración de sensaciones. Todo en un tamaño petit que garantiza una experiencia personalizada.
Próximos eventos:
Jueves 16 de octubre tenemos un torneo de ajedrez.
Última semana de octubre tenemos un taller de arte.
Para fin de mes, una clase de introducción al café.
El segundo finde de noviembre tenemos una Sapo Session con DJs que vienen a pasar vinilos, comida y arte.
2) Espacio Boa: La antigua panadería devenida cafetería de especialidad holística (que no perdió las tremendas palmeritas y sumó de todo, ¡hasta ecstatic dance!). / Juncal 399.
Cerca del hipódromo de San Isidro, en un área de bodegones y diagonales, una ochava armónica emerge, para tratar a las personas en todas sus dimensiones. A esta juntada vienen el bienestar y el disfrute. Las constelaciones familiares y un boticario. Y hasta una librería especializada con títulos como Cosmética emocional, El rinoceronte zen, Elogio de la ociosidad. Luego, una sucesión de livings: “Vos podés elegir el tuyo y sentarte con tu café o tu kombucha. O pasar a la sala de meditación, si venís algo cargado. Todo esto antes o después de tener tu práctica”, propone Nicanor Olivetto.
Estamos en una esquina muy querida en el barrio, donde funcionó una panadería por casi 100 años: “Los vecinos la amaban y cerró. Tuvimos que hacer seis meses de obra, conservamos la estructura, reciclamos lo que hacía falta y dejamos el paso del tiempo como testigo, porque la construcción es muy muy linda y tiene todo ese encanto. Los pisos y las mayólicas. Donde era el mostrador, están las pisadas de todo un siglo, tanto del panadero como de los clientes”, le narra Nicanor a MALEVA, que se asoció con su mejor amigo – astrólogo, sanador energético y gastronómico -, para hacer un café holístico.
¿Por qué en Martinez? “Cuando empezamos a hablar del local teníamos la idea de hacerlo en el partido de San Isidro, los dos somos de zona norte. Martínez nos pareció el punto ideal donde convergen todas las localidades que más se mueven. Además, es una zona que en un futuro va a desarrollarse bastante en el plano gastronómico”, arriesga Nicanor.
La esencia de la antigua panadería del barrio se mantiene en el exhibidor, que tiene de palmeritas a rolls de canela. También podés aprovechar a llevarte el pan entero a casa: yo no lo dudé, con lo que amo el brioche. Además, hay de molde de masa madre y multisemillas. El tostón de palta sale muy rico y se puede pedir con huevos revueltos y cherries. Ni te digo el alfajor vegano, de ganache de chocolate y centro de dulce de leche de coco. La calma está en la buena vibra del lugar, en las tazas verde agua, en el mural de Ganesha y las plantitas que crecen por acá y por allá. En hamacarse hasta volar, en las clases de aerial yoga que da Sole Rivara. Pendular, girar, invertirse, rotar. Y bailar en el aire.
Boa está en una de las primeras construcciones de Martínez: cuando se edificó, desde aquí se veía la estación de tren, que está a más de 10 cuadras. Hoy sigue siendo una zona tranquila, de calles internas: “Si venís en auto, tenés donde dejarlo porque no hay estacionamiento restringido. Al concebir un espacio de bienestar, esto nos pareció genial, para que no tengas que llegar estresadisimo”. En una típica casa chorizo que tiene un siglo, patio interno y mucha onda: además de la tienda, transformaron lo que era la vivienda del panadero y el centro de producción, que actualmente es el salón multiespacio, donde dos hornos increíbles y antiquísimos suman algo único. La sala de silencio ocupa el antiguo depósito de harina.
Abrió hace cuatro meses y también tiene lugar para el arte: con la inauguración, se abrió “Resonancias”, de AnyAlva, que toca la feminidad desde una mirada sensible. Sus retratos de mujeres que trascienden la forma hablan de resiliencia. Ahora están las obras en papel de Delfina Riadigos y las fotos de Candelaria León en la muestra Paisajes del alma argentina, que reflexiona la relación entre el ser humano y el entorno natural.
¿Qué dicen los vecinos?
“Ya tenemos una clientela fiel que nos comenta que el barrio necesitaba algo así. Vienen muchísimo, la gente está buscando experiencias nuevas. Combinar cafetería con una actividad es tendencia, así como lo es asociar el café a un momento de paz, desconexión y refugio”. Atenti que hay tardes de astrología y tarot a la gorra. Y noches de ecstatic dance (se hacen una vez por mes) para bailar sin usar el celu, sin charlar y en la tuya, con Sofi Lofi, que te va llevando. “Es muy fuerte cuando bailás y aparece el wowwww que es estar en este cuerpo”, resume la chamana urbana.
Próximos eventos:
18 de octubre
15 de noviembre
20 de diciembre.
3) Casa Monarcas: café con vivero de plantas nativas y espacio cultural inclusivo, intervenido por 100 artistas. / Ladislao Martinez 99.
Enfilamos hacia la estación para dar con otra esquina disruptiva, que en su fachada viste el mural de Juan Manuel Botte: un entramado de vegetación autóctona y sus mariposas. Estos seres alados son todo para Fernanda Bardon Font y su marido, dos agrónomos fanatizados con la cría de mariposas y corredores biológicos para especies nativas. Abrieron un café con vivero en una casa emblemática de Martínez, después de buscar una propiedad durante mucho tiempo: “Durante los últimos siete años fuimos construyendo cada detalle de lo que es hoy Casa Monarcas. Desde el colorismo de las paredes a ser inclusivos en todos los aspectos. Este proyecto es el proyecto de nuestra familia, que convive y es feliz con una realidad diferente. Surge con un diagnóstico prenatal de síndrome de Down. Como dos apasionados por nuestro laburo nos preguntábamos …¿qué va a hacer nuestra hija cuando sea grande? ¿De qué va a poder trabajar?”, relata Fer.
Aquí todo está concebido desde la integración: de los proveedores hasta el servicio, la cocina y los talleres de teatro, fotografía, encuadernación y danza consciente como una forma de habitar el presente, de escuchar y liberar al cuerpo de lo que sostiene. Todo esto sin contar los artistas que exponen en esta maravillosa esquina: “Más de 140 personas con discapacidad convergen en nuestro espacio. Gracias a los cuadros que están exhibidos, los artistas tienen una posibilidad más de llegar al público, así como las cerámicas de los artesanos, las plantas, mermeladas y conservas que nos traen los huerteros”, enumera Fer.
En la cafetería también se despachan sopas y almuerzos rápidos, todo casero, rico y saludable. “La casa la alquilamos en febrero y ahí empezamos a refaccionarla, pudimos abrir en junio. Nuestro objetivo es mostrar la parte bella, porque siempre que se habla de discapacidad se piensa en todo lo difícil, todo lo que ese chico no va a poder hacer. Nosotros queremos transmitir todo esto que pueden hacer. Porque las posibilidades son infinitas”, manifiesta Fer. Así, Casa Monarcas brinda una salida laboral y se llama así porque las mariposas, todas, para poder desplegar sus alas, tienen la metamorfosis, un ciclo que depende mucho del medio ambiente que las hospeda. En este caso, esta casona de época de Martinez.
4) Mad Pasta Company: el estreno de las pastas más creativas o la nueva era de las pastelerías, de lo más tradicional a lo más ondero. / Av. Libertador 13.787.
Fresca pero congelada. Artesanal pero innovadora. Al lado de su restaurante (la esquina de Alvear y Libertador que está siempre explotada en Martinez), el universo Mad sigue expandiéndose. Esta vez, con un tremendo take away para preparar en casa todo lo que nos fascina de esta propuesta. “En realidad, arrancamos Mad Pasta con este formato: para comer en casa, durante la pandemia. Yo había dejado mis trabajos, me iba de viaje a Europa a un curso de pastas. Tuve que cancelar todo. Lo primero que hice en el confinamiento fue comprarme una máquina de pastas. A la segunda vez que hago, mi amigo Lucas (Canga) me dice… ‘che, y si nos ponemos a vender pastas’, y empezamos. Eran pastas con su salsa, bastante distintas a las que hacía todo el mundo. Nosotros veníamos de Alo’s y estábamos acostumbrados a trabajar con productos diferentes, con colores”, recuerda Felix Babini. Y eso a través de las redes, re pegó. Cinco años más tarde, y ya con restaurante propio, los chicos de zona norte potencian el origen de Mad con su primera pastería a la calle, contigua al restó.
Es una muy buena tener tu cajita en el freezer y cuando querés comer, tiras las pastas al agua, calentás la salsa y en unos minutos estás comiendo un plato de restaurante. Otro hit es el maridaje de salsas: además de elaborar cada pasta una por una – para que las masas estén bien finas y los rellenos bien sabrosos – lo dan todo hasta dar con la salsa que acompaña. “El diferencial es que llevamos la pasta hacia otro extremo, mezclando, aplicando todas las cocinas que nosotros conocemos, a veces hacemos platos medio asiáticos”, explica Feli.
¿Qué probar? “Lo más vendido es nuestro anolini tricolor, hacemos tres masas: una naranja, una negra y una amarilla, y las vamos entrelazando y te queda la masa rayada. Los rellenamos con provoletas a la plancha y tomates deshidratados. Otro de los que más salen son los cappellacci, con masa de cacao y relleno de hongos salteados y avellanas, que lo recomendamos con nuestra crema ahumada, que hacemos con carbón”, sugiere Felix. También tienen mantecas saborizadas – de limón, de hierbas, de cayena y ajo asado -, distintas boloñesas, ragú de hongos con castaña de cajú. La crema de curry va con los cappellacci de langostinos. Hay especiales por tiempo limitado, como el plato estrella del restaurante: milanesa con linguine cacio pepe.
“Siempre apostamos por Martínez, porque somos de acá, yo soy de San Isidro; Lucas, de Olivos. Arrancamos con el restaurante en la esquina de Alvear porque fue donde hicimos el primer pop up. Cuando se liberó el local lo aprovechamos. Tras dos años y medio con el restaurante a full, se dio lo que siempre nos imaginamos: pasar del taller de producción que teníamos en San Isidro a una pastería abierta al público, en Libertador. Con la producción a la vista”, cierra Felix.
5) Siete Mares: De Punta Chica a Bariloche vía Martínez, un sushi secreto para sentirse en el fondo del mar, con tremendos rolls veggie. / Av. Del Libertador 13017.
Primero hay que adivinar dónde está el restaurante, que se esconde tras una puerta que me hizo pensar en un submarino. Más todavía cuando se abre la escotilla y te adentrás en una deco inmersiva que te abraza con tentáculos. Con una iluminación baja y sugestiva, como el misterio del fondo marino. Todo comenzó con la iniciativa de Emiliano Simonini de transformar su fascinación por el océano en una experiencia. Tras viajes (por América, Asia, India) y una formación como profesor de yoga, imaginó un restaurante que no sólo ofreciera buena comida, sino que fuera posta como sumergirse en otro universo.
El primer paso fue el delivery de Punta Chica, que abrió a fines del 2020 y se extendió al año siguiente con otro punto de recogida en Martínez donde, tras la pecera, en diciembre 2022 inauguraron el restaurante: un sushi que fusiona gastronomías y mar. Hace poquito incorporaron noches de masterclass de sushi con degustación guiada por el Itamae. “Las experiencias van más allá de ir, sentarse a comer y levantarse. Buscamos que el momento de la comida se viva como una celebración, como un espacio de placer y conciencia”, cuenta Emiliano.
Desde el inicio se destacó la creatividad en sus piezas y la calidad de las opciones veggie: en este sushi speakeasy están siempre manija con innovar. Con hacer cada plato como una alquimia para estimular sabores, estética, emoción. Los rolls están inspirados en siete mares y siete continentes, como el que combina salmón, gambas y lenguado con salsa acevichada y furikake andino. Esculturas hacen del salón una instalación, que hace match con fans del buceo y todes los que quieran fingir demencia en la ciudad con esta escapada submarina. Hay hasta un tesoro, enterrado en la cava subacuática, una botella única de Wapisa Underwater: un vino que envejeció sumergido en el Atlántico, para una maduración más profunda que la obtenida por el paso en barrica, en cooperación con agencias ambientales y la Universidad del Comahue. Lo último: la apertura de la sede Siete Mares en Bariloche, frente al Nahuel Huapi. Literal.
6) L’atelier: menú aniversario con alto maridaje en un bistró que parece salido de una callecita de Montmartre pero se camufla en plena Avenida Libertador. / Libertador 14.120, Martinez.
Un refugio gastro con magia parisina, donde el flair francés se combina con ingredientes locales de temporada, como cuando llegan las trufas y todo es felicidad en este bistró de barrio y de culto. Ahora llegaron los alcauciles: hay que disfrutarlos now or never, en el confit de pato con papa rosti y palomitas de maíz. Otra bueno es probar el plato de estación (como el confit de pato con alcauciles, papa rosti y palomitas de maíz) menú aniversario con 5 momentazos que son hits de la gastronomía francesa.
Si te subiste a la onda ostrera, podés empezar con ellas. En el menú degustación son el primer paso y vienen con vinagre de frambuesa y una copa de Turbio sauvignon blanc. El segundo es el foie con pan de jengibre y chutney de tomates, acompañado de rosé. Luego, el pinot noir, para una trucha con cabutia y maíz crocante. Y aún falta el magret de pato con duxelle de hongos. Peras al torrontés con helado de sambayón y choco blanco -espumante en mano- coronan la secuencia firmada por la pareja fundadora por el cumple del bistró.
7) Lelé del río: para aprovechar el solcito y las noches de luna. Al atardecer, jarra de sangría o cócteles de autor. / Sebastián Elcano 1718.
El sol sale en todo el año en este parador. En los días lindos y tardes lindas es todo. Da para desayunar o merendar fuerte, almorzar liviano o pedirte un drink al atardecer, con la vista despejada y unas rabas con alioli o unos langos rebozados -que también están en la shrimp caesar salad. Si vas directo a los pokes, lo hacen con salmón, mango y phila cítrico. De hamburguesa veggie al nuevo clásico de mila con fettu al tomillo. Para tomar, de los típicos licuados que hay que beberse en los paradores del río (hay hasta proteicos, con pasta de maní y proteína de vainilla) a una jarra de sangría para compartir y flashear costa. “Tenemos un imán con los lugares cerca del agua. Nos gusta generar espacios que te hagan sentir de vacaciones, aunque estés a 20 minutos de tu casa. Hay algo en la combinación de río, buena comida y música que simplemente funciona. Y cuando el entorno acompaña, todo se disfruta de otra manera”, opina Felipe “Conejo” Bourel, uno de los creadores de este espacio ribereño. Está abierto de corrido con la misma carta para que cada cual pueda armar su plan on demand, sin horarios rígidos.
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Fotos: son todas gentileza de los locales mencionados.