María Eugenia Godoy cuenta que fueron una serie de casualidades las que la llevaron a convertirse en emprendedora. Estaba cansada del trabajo rutinario y estructurado. Buscaba nuevos desafíos y se encontró con las personas indicadas. Publicista y directora de arte, el primer proyecto de María Eugenia fue Oferta Simple, un sitio de compra colectiva que más tarde le vendió a Pez Urbano, una gigantesca compañía brasileña con la que trabajó un año y medio para el mercado latinoamericano.
En 2012 lanzó Formafina, la primera tienda online de productos de diseño y decoración, que luego de transiciones y de expandirse a Chile, Brasil y Colombia mutó en Desli, una exclusiva tienda online que promueve nuevas marcas y diseñadores. “Desli es una comunidad de diseño, un sitio en donde se puede acceder a muebles, artículos de bazar, iluminación y alfombras desde cualquier punto del país. Nuestros clientes aprecian la estética y la calidad. No buscan simplemente un objeto que cubra una necesidad básica, sino uno con valor agregado. Y nosotros ofrecemos la posibilidad de descubrir nuevos diseñadores y marcas. La idea es aportar una cuota de diseño a la vida de las personas”, dice María Eugenia, que recibió a Maleva en el showrom de Desli, instalado en un loft de un edificio industrial, una antigua fábrica que fue remodelada en 1989, cuando fue sede de Casa Foa.
«Cuando comenzamos vendíamos objetos más chicos, como almohadones. No existía ningún e-commerce específico de este segmento, y entendíamos ese miedo de comprar un sillón de tres cuerpos y que llegue a Tierra del Fuego. Pero habíamos subestimado a los clientes argentinos.»
¿Cuál es la experiencia que ofrece Desli?
A veces los usuarios llegan con una necesidad específica, otras porque simplemente les gusta el diseño. Desli es una vidriera muy agradable, fácil de usar y con productos bien exhibidos. Tenemos un live chat para que el usuario nos consulte mientras compra. También brindamos asesoramiento para la decoración de interiores y damos soluciones de mobiliario integral para proyectos. La experiencia es todo el proceso, desde que comprás hasta que recibís el producto. Buscamos la satisfacción completa.
¿Por qué decidieron abrir un showroom?
Fue una respuesta al pedido de la gente. Nuestro target es muy amplio, de los 25 a los 65 años, personas que aprecian mucho el diseño, pero que quizás no están tan empapadas de cómo se compra online. Un porcentaje de la gente quiere ver esas cosas. Pero además genera una cercanía con el cliente. Buscamos mudarnos a una oficina donde podamos ofrecer un espacio interesante, lindo y estético para mostrar los productos que vendemos.
«Ser emprendedor es estar involucrado en todo. A veces no sos el idóneo para meterte en un área, pero como es una compañía chica te involucrás porque es necesario para avanzar. No tenés horarios, trabajás los 365 días.»
¿La venta online está instalada definitivamente?
Nos sorprendemos con la conducta del usuario. Cuando comenzamos vendíamos objetos más chicos, como almohadones. No existía ningún e-commerce específico de este segmento, y entendíamos ese miedo de comprar un sillón de tres cuerpos y que llegue a Tierra del Fuego. Pero habíamos subestimado a los clientes argentinos. Existen personas que quiere ver el producto antes de comprarlo, pero también están quienes compran el living o el comedor completo online. Nosotros tenemos un ticket promedio altísimo, más alto que el común de la industria. Eso muestra que el usuario no tiene inconvenientes en generar esa comprar completamente online. Y cada vez son más los que compran desde nuestra web.
¿Qué significa para vos ser emprendedora?
Ser emprendedor es estar involucrado en todo. A veces no sos el idóneo para meterte en un área, pero como es una compañía chica te involucrás porque es necesario para avanzar. No tenés horarios, trabajás los 365 días. Definitivamente el emprendedor que comienza un proyecto está muy seguro de que le gusta y de que va a funcionar. Eso te lleva a involucrarte tanto, a trabajar constantemente y a bancarte las responsabilidades, los conflictos y el estrés que trae.
«En la Argentina tenemos mucha producción local, muy buen diseño local; en cambio, en Chile es casi todo importado y en Brasil es más parejo.»
¿Hay aptitudes comunes en todos los emprendedores?
Hay todo tipo de emprendedores. Lo que se repite en los perfiles es la capacidad para adaptarse a los cambios. Tenés que ser versátil. Poder trabajar con tres o con cincuenta personas. Desenvolverte en segmentos o en áreas que no conocés demasiado, pero poder asumir esa responsabilidad. Es salir continuamente de la zona de confort. Estar muy comprometido a trabajar duro. Si no, es muy difícil que te vaya bien.
¿Está dado el contexto para que los proyectos personales sean rentables?
Sí. Por supuesto que depende del proyecto y del segmento, de las oportunidades que tenés. Conocí distintos mercados del mismo segmento, y no son iguales. Ahora estamos en una etapa de cambio de gobierno. Nosotros tenemos licencia de importación y exportación. Pero hemos padecido. En la Argentina tenemos mucha producción local, muy buen diseño local; en cambio, en Chile es casi todo importado y en Brasil es más parejo.
¿Qué abran las importaciones no afectaría a los diseñadores locales?
No. Nosotros pensamos que ambas cosas pueden convivir perfectamente porque hay diseño local súper original que no imita. Y lo mismo con las cosas importadas. Está bueno que cualquier persona pueda acceder a cosas que son de afuera. No ser excluyentes. Damos a conocer muchos nuevos diseñadores, les brindamos una herramienta para que puedan dar a conocer sus productos y comercializarlos. Pero queremos que el cliente también pueda adquirir productos importados.
«Estamos en una etapa bastante ecléctica donde conviven muchos estilos. La gente combina mesas contemporáneas, sillas de estilo moderno, una alfombra escandinava y un aparador industrial. Lo que está más de moda y lo que más se ve es el estilo nórdico o industrial.»
¿Qué le recomendarías a una persona que quiere decorar un espacio? ¿En qué objetos vale la pena gastar más?
Primero, depende del espacio, del uso que vos le das. ¿Qué es lo que más usás? ¿El sofá, la mesa ratona? Si tenés un espacio gigante es más fácil. Pero cuando es más chico hay que priorizar la comodidad básica. Hay que comprender ese espacio en el que vivís. En base a eso, el estilo es personal. Muchas veces la gente se guía por las modas. Pero hay que pensar que los muebles no son algo que se cambia seguido, quizás sí los almohadones o el florero, pero un sofá es una decisión importante. La clave es elegir una pieza de la que no te vas a cansar. Es algo que vas a tener mucho tiempo, tiene que cumplir con su función, ser cómodo y convivir con lo que ya tenés o vas a comprar. Está buenísimo darle un toque personal y que no parezca un espacio de revista. Eso no es real. Es tu casa, un espacio que tiene vida, tenés tus cosas. Esa es la idea, que el espacio sea como uno.
«También brindamos asesoramiento para la decoración de interiores y damos soluciones de mobiliario integral para proyectos. La experiencia es todo el proceso, desde que comprás hasta que recibís el producto. Buscamos la satisfacción completa.»
¿Cuál es la tendencia en este momento?
Estamos en una etapa bastante ecléctica donde conviven muchos estilos. La gente combina mesas contemporáneas, sillas de estilo moderno, una alfombra escandinava y un aparador industrial. Lo que está más de moda y lo que más se ve es el estilo nórdico o industrial.
¿Cómo conviven los electrodomésticos y la tecnología con el diseño?
El diseño es algo que se está desarrollando muchísimo en la parte de electrodomésticos y electrónica. El ejemplo más notorio es el aire acondicionado, que no es nada estético. Hoy hay líneas de diseño que lo esconden y podés pedir placas de colores que lo armonizan con tu espacio. Lo mismo con las heladeras. El diseño definitivamente se está metiendo en los electrodomésticos.
¿Qué le aporta el diseño a esos muebles que sólo podrían ser funcionales?
La admiración en el diseño, sobre todo en lo que es mobiliario, es muy notoria. A veces notás que ciertas sillas o percheros pasan a ser como piezas de exhibición. Superan a la necesidad básica. Se les da otra importancia, y ese es el aporte que brinda el diseño. Aporta calidez, un valor agregado a la necesidad básica que cumple ese mueble. Pasa a ser un objeto decorativo.