Cócteles de esencia caribeña, hechos con frutas frescas, almíbar casero y aromatizados con flores. Un revival del vermut, con la vuelta de tragos clásicos, que revalorizan aperitivos como la hesperidina, una antigua bebida argentina, y la combinan con martini y jugo de lima. Y, por supuesto, el circuito cervecero, el infaltable de la noche en Mar del Plata, una ciudad que se convirtió en la capital nacional de la cerveza artesanal. Con cuatro polos nocturnos diferentes, en Mar del Plata se abre un bar de cerveza artesanal por semana, que buscan imponerse ofreciendo la mejor cerveza directa del barril, con variedades cada vez más exóticas y delicadas.
Hace unos quince días abrió en Mar del Plata, Bacana (Córdoba 3061), la primera vermutería de la ciudad. De espíritu anacrónico, el bar busca recuperar “las costumbres de los abuelos” sin dejar de fusionarlas con detalles modernos. Con una carta amplia en tragos y cócteles de bebidas clásicas y dos bartender que se permiten hacer pruebas en el momento con distintos ingredientes, la base de la coctelería funciona con bebidas tradicionales como el cinzano, campari, martini, gin y cynar. Cada cóctel se aromatiza con flores, hierbas o esencias, que, en algunos casos, genera un sabor innovador a la clásica bebida. Desde sabores amargos, cítricos hasta algunos extra dulces, los imperdibles de Bacana son tragos como “el gin y el cynar” (cynar, gin, limón, tónica, almíbar y albahaca) o “el pico y pomelo”, hecho con un aperitivo bien argentino, como es el Amargo Obrero, una bebida que data desde 1939, de aroma similar al fernet, pero más dulce y con fuertes notas a hierbas serranas. En Bacana, se combina con jugo de pomelo y flores azules. El ambiente tiene la estética del viejo bodegón: cajones de madera con botellas antiguas, molinillos, faroles de luz tenue, un gran patio de piedras y plantas y un alero de tejas en medio del bar. Bacana también es un lugar ideal para comer el clásico tapeo, platos infalibles como la tortilla española, bombas de papas con panceta y rabas con dos opciones de salsas caseras, entre otros platos tradicionales. Atendido por sus dueños y con el eslogan de “sentite como en casa”, la primera vermutería de Mar del Plata promete instalarse como un lugar para descansar y beber rico, ideal para dejar el celular a un lado y disfrutar.
Busca instalarse como el lugar de moda para tomar cerveza en Mar del Plata y tiene con qué. Hace menos de seis meses, abrió La Paloma (Olavarría 3063), un emprendimiento de los mismos dueños de Brüder (Bartolomé Mitre 3188), uno de los bares de cerveza más conocidos entre los marplatenses y pionero en instalarse como un espacio multimarcas: en ese bar se pueden tomar las mejores cervezas fabricadas en el país, sin que una marca se imponga sobre otras. Ahora, La Paloma se instaló en el nuevo polo nocturno marplatense (lo que antes sucedía en la calle Alem), que es la zona que rodea a la tradicional calle Güemes, entre los barrios Stella Marris y Playa Grande. En apenas 12 cuadras, hay al menos 15 bares de cerveza artesanal, desde marcas tradicionales como Antares, hasta emprendimientos más jóvenes y modernos. La Paloma está diseñado con fuertes referencias marplatenses: desde su nombre, que es el de una famosa playa surfer, hasta las fotos de la playa que se exponen sobre las paredes de ladrillos o el logo del mar y los acantilados. Pero el caballito de batalla de La Paloma es su maestro cervecero: Gabriel Reynoso, considerado el mejor cervecero de Latinoamérica, con varias medallas en distintos concursos por la elaboración de sus estilos de cerveza. En La Paloma se puede tomar la Cream Ale, una de las cervezas que fabrica Reynoso, dorada y liviana, hecha en base a malta de cebada y con un agregado de maíz que le otorga notas dulces. Pero con la intención de repetir la exitosa experiencia de Brüder, también se pueden probar cervezas de otras marcas. El espacio está ambientado como un granero, con grandes mesones de madera para compartir acientos y conocer gente y dos barras. La iluminación es tenue y funciona con muchas lamparitas que aportan a un concepto de rusticidad de elementos. También hay un patio amplio de adoquines, donde se escucha regaee, indie rock, jazz y blues. El tenista Pico Mónaco es uno de los socios del lugar y un visitante permanente de la cervecería.
Considerado el mejor bar de Mar del Plata, Tiki Bar (Alem 3690) se renueva cada año y no pierde vigencia. El concepto de traer la cultura de la Polinesia a la coctelería y a los bares (una idea que se expandió por el mundo) funciona cuando está tan bien aplicada, como es el caso de este bar, ubicado a metros de la playa. Matías Merlo es el dueño y uno de los bartenders más conocidos del país, impulsor de los tragos de autor en esta ciudad. No hay que perderse el Mai Tai, un cóctel que se prepara con tres tipos de rones, uno de ellos especiado, de elaboración artesanal, con pimienta de Jamaica, un almíbar de almendras y cítricos y jugo de lima. La preparación incluye una estrella de anís para perfumar, que se prende fuego. Además, cada trago lleva su propio recipiente de cerámica, muchos de ellos representan las figuras del Tótem y una cuchara con forma de ancla, que remite a los barcos pesqueros marplatenses. Cada cóctel se prepara en el momento y sin interrupciones, con un nivel de atención en el servicio y en la calidad de los productos, muy poco frecuente. Toda la estética de Tiki Bar está cargada de detalles, colores y una decoración recargada, que en ese lugar aporta alegría. Se escucha rock, reggae y garage, pero también suenan muchas bandas en vivo.
En una esquina histórica de Mar del Plata (Alsina y Garay), funciona Estación Central. El bar está ubicado a metros de donde funcionaba la vieja terminal de Mar del Plata, hoy convertida en un centro comercial. En sus orígenes (cerca de 1902) funcionó en esa esquina el almacén Condal, un espacio de encuentro de personalidades ilustres marplatenses, que era visitado por referentes de la política como Teodoro Bronzini y Marcelo Torcuato de Alvear. De esa casona de techos altos, se recuperó gran parte de su estructura para crear un bar popular y moderno, un punto convocante para los marplatenses, por sus espacios amplios, dos barras que funcionan incansablemente y el infalible happy hour, que todas las noches cambia. En Estación Central, hay after office de mojitos y caipiriñas, otras de vinos espumantes y hasta descuentos en alta coctelería. Se puede cenar, pero de todos los espacios es el que más se asemeja a las costumbres de un boliche, con gente parada, música electrónica y de rock internacional, siempre fuerte y varias bandas en vivo. Es un espacio ideal para salir con amigos, bailar, conocer gente y probar los tragos de una barra muy demandada y que siempre responde con algún detalle original en la preparación de los cócteles.
Ya desde la entrada, se nota que en Cheverry (Olavarría 2951) se toman el asunto de la cerveza artesanal muy en serio. El lugar tiene la forma de un enorme barril de madera, donde la gente entra y se acomoda en boxes, mesas largas para compartir o mesas más pequeñas en el primer piso. Este emprendimiento familiar de los hermanos Echeverry -todos fabricantes de cerveza artesanal- tuvo grandes resultados y fueron reconocidos como la mejor microcervecería del año en la Copa Argentina de Cervezas, realizada en agosto de 2016 en Buenos Aires. Cheverry elabora doce estilos de cerveza artesanal y siempre tiene cuatro estilos invitados, una estrategia que empezaron a probar las cervecerías, frente al avance de los bares mutimarcas. Uno de los estilos más solicitados es la Session IPA, una variante un poco más suave en cuanto a alcohol y amargor de la India Pale Ale, el estilo de cabecera de los amantes de la cerveza artesanal. Es una cerveza de perfil cítrico y aromática. Cheverry ofrece un ambiente relajado, al que se puede ir en bermudas y ojotas, sin desentonar con la gente, porque lo que importa ahí es la calidad de la cerveza que se ofrece, cada una elaborada con distintos fríos y tiempos de estacionamiento diferentes y que antes de ofrecerse son probadas por sus productores. Además, ofrecen una carta de comidas acotada, pero de muy buena calidad, que incluye tres variedades de pescados fritos, ideales para maridar con todos los estilos de cerveza rubia. En Mar del Plata se producen 600 mil litros mensuales de cerveza artesanal; una de las de mejor calidad y con más cuidados está en este enorme salón de gente contenta, amante de la cerveza a niveles insólitos.
Foto destacada: TIKI BAR / Fotos: gentileza bares mencionados