Cuando visitás la Patagonia, no sabés qué sentido se convierte en tu preferido. ¿Será la vista? Que no se cansa de ver espectaculares paisajes, montañas majestuosas o lagos espejados. ¿O será el olfato? Que redescubre lo que es el aire puro y limpio y hasta le adjudica un aroma a la nieve. Ninguno de los anteriores. Nuestro preferido definitivamente es el gusto. Porque no dejamos de sorprendernos con los sabores que descubrimos en uno de las ciudades más bellas de la Argentina y una de las coordenadas invernales que más seduce (por Chapelco, claro): San Martín de los Andes. Allí encontramos platos que cautivan con la tradición de lo regional y sorprenden con propuestas innovadoras, animándose a mezclas que algunos locales probablemente considerarían hasta heréticas.
Sin embargo, de la mano de muchos chefs generosamente adoptados por las tierras del sur, y otros más “chatos de la zona” (denominación para aquellos nacidos y criados en el pueblo neuquino), la gastronomía patagónica sanmartinense se renueva constantemente y permite maravillarnos una y otra vez.
Y entre los bondadosos regalos de la Madre Tierra, está ella, que se pasea galante por los álgidos ríos patagónicos: la trucha. Ese pez de carne naranja, familiar del salmón, con una textura y sabor bien distinguibles. MALEVA se tomó el duro y sacrificado trabajo de recorrer San Martín de los Andes para develar cuáles son los lugares en donde vas a encontrar la mejor trucha. A continuación, nuestro listado:
Una casita escondida devenida en restaurante en donde la experiencia es digna de repetirse una y otra vez. Oma (abuela en alemán) de los Andes es un lugar íntimo y acogedor, y que funciona como funcionan muchas cosas en los pueblos: gracias al “boca a boca”. Al pasar hacia el comedor, se puede pispear la cocina a través de un vidrio y ahí está Martín Bollmann Schroeder, el chef y creador del único restaurante a puertas cerradas de San Martín, asistido por su mujer Analí, que da una mano en la cocina y la atención. Este cocinero “de oficio”, como le gusta autodefinirse, y con una vasta experiencia en distintas estancias, va tramando sus originales creaciones y cada tanto deja escapar aromas exquisitos que acrecientan la ansiedad de los comensales, a medida que van devorando las distintas postas del menú, que se renueva semana a semana. Tuvimos el privilegio de que nos tocara una carta con mucha trucha. Fresquísima, con su sabor tan característico, pero en propuestas bien diferentes entre sí. Por un lado, pinchos de trucha cocida a la sal con un chupito de vodka y limón, sobre una base de palta. Por el otro, trucha hecha a la plancha (literalmente sellada con una plancha antigua) acompañada de piñones de Araucaria. Y por último, profiteroles rellenos de mouse de queso de cabra con trucha ahumada. Solo 3 de las 6 postas que integran un menú variado y original. Un dato extra: el arte del restaurante es de autoría del mismo Bollmann y de sus ancestros alemanes.
Dirección: te la revelan al reservar al 02972-413172
Pasó de la venta de ropa puerta a puerta a ser el artífice detrás del emporio gastronómico de comida patagónica en San Martín de los Andes. Alfredo Bernhardt arribó a estas tierras sureñas en el año 1998 y tan solo un año más tarde, decidió invertir todos sus ahorros para meterse de lleno en el mundo gourmet que tanto lo apasionaba. Así nacía el primer local de El Regional, que solo supo seguir creciendo. Hoy son cuatro en total (se suma la parrilla y dos comercios enfocados en la venta de productos para llevar y patio cervecero, el último hit del pueblo) desplegados a lo largo de la avenida principal del pueblo. Casi desde sus inicios, El Regional se consolidó como uno de los referentes a la hora de comer buena trucha. La calidad y abundancia de sus platos es el sello de este restaurante que ofrece variedades para todos los gustos: con miel y nueces; con crema de queso azul; a la manteca de pimienta o a la naranja y almendras tostadas (en la foto). Todas estas opciones y más conviven en la carta que fue ideada por el mismo Alfredo. FYI: las tablas regionales que incluyen trucha ahumada también son un must.
Dirección: Av. San Martín y Mascardi
Tel: 02972 – 414600
Un blend ecléctico en el que se complementan a la perfección el espacio, el arte, la deco, la vajilla y, por supuesto, la comida. Morphen nació como un concepto que luego de un año de existencia, se consolida con su cocina “de influencia”, como le gusta definir a su chef, Enrique Olivera, porteño oriundo de Palermo Viejo y con vasta experiencia en Punta del Este. “Vine a visitar a mis sobrinos. Conocí una chica. Conseguí trabajo y acá estoy”, resume su historia que se repite en varios de los cocineros de San Martín de los Andes. El origen de este cálido y peculiar restaurante se lo atribuye a Coco Fernández, un arquitecto conocido de la zona, que delegó en “Quique” la tarea gastronómica del lugar. Optaron por una carta corta con impronta patagónica y productos muy frescos trabajados en el día. Y entre las tentadoras opciones está la estrella de la ocasión: la trucha. “Trato de salir del clásico plato regional de grillarla y echarle encima una salsa de hongos. La preparamos con piel, cocida a la manteca con hierbas y terminada en el horno. Y para esta temporada invernal, la acompañamos con un cremoso de vegetales blancos, puerros confitados, nabos, coliflor, y un toque de aceite de sésamos y le sumamos una vinagreta de lentejas turcas y unos verdes para aportar frescor”, detalla el jefe de la cocina. Dato curioso: Morphen solía ser una casa de té. En la actualidad, al fondo y atrás del restaurante, quien era la dueña da hoy clases de pastelería.
Dirección: Av. San Martín 151
Tel: (02972) 424730
Allá por los ´90, esta cabañita de ensueño había sido construida especialmente para la novela Alén, luz de luna. Así como fue testigo de las escenas de amor lideradas por el galán de la época, Gustavo Bermúdez, hoy es ella la protagonista y cede la fama a una carta sofisticada ideada por el flamante chef del lugar Raúl Rolón, que hace un año se instaló en San Martín para quedarse. “Vine a vacacionar y sin buscarlo, conseguí trabajo acá”, dice entre risas. Emplazada en la montaña y con una vista inigualable al Lago Lácar, es la envidia de muchos restaurantes del pueblo. Pero con una linda vista no hacemos nada. El Wine Bar de Paihuen es el combo completo. Por dentro, un ambiente bien cozy con luz tenue y chimenea prendida; y platos elaborados con productos frescos y bien regionales. Entre ellos, la célebre trucha se destaca. A Raúl no le gusta taparla con otros sabores, y disfruta servirla en su máxima pureza y sabor tan característico. Por eso, la sirve grillada y acompañada por unos ñoquis de ricota con olivas secas y una salsa de crema con limón y arvejas. A saber: Por la tarde, el Wine Bar se convierte en casa de té. Y ahí sí la vista se disfruta…además de una buena degustación de tortas.
Dirección: Ruta 40, ex Ruta Nac. 234, km. 78
02972 42-8154
Hace 8 años abrió este rincón gastronómico que ya es un clásico de San Martín de los Andes. Ubicado en una esquina en pleno centro del pueblo, Torino combina a la perfección lo moderno y más trendy con la rusticidad de la madera. Y, por supuesto, los sabores patagónicos que Esteban Schniepp, cual alquimista gastronómico, combina adentro de la cocina. En nuestro periplo sanmartinense en busca de las mejores truchas, el chef que se enamoró de San Martín y decidió quedarse nos preparó una trucha bien carnosa y gordita con una salsita brillante, producto de una reducción de champagne y limón. La carne salmónida se ensambló a la perfección con unos vegetales salteados y agridulces. Una antítesis que se complementó de manera ideal: el ácido por un lado, y el dulzor por el otro. ¡Voilá! Mientras disfrutamos la riquísima trucha, Nicolás Urquiza, uno de los dueños y fundadores, recibe a los comensales con brazos abiertos, haciendo sentir a todos como en casa, como amigos. Tal y como lo evidencian las paredes del lugar decoradas con polaroids que retratan buenos momentos, buena comida y, para los más cholulos, varios famosos. Bonus track: Torino se convierte en bar así que la noche no termina cuando acabaste el plato. Y si te animás al frío, también tiene un sector al aire libre con silloncitos que te animan a ser corajudo, ponerte una campera y disfrutar de la noche estrellada del sur.
Dirección: Elordi 893
Tel: 02972 41-2614