Las fiestas en hoteles: un clásico neoyorkino de fin de año
A solo días del 2018, algunos afortunados tenemos la suerte de recibir el nuevo año ni más ni menos que en La Gran Manzana. Esperando las doce en Times Square, rodeado de pantallas incandescentes y sintiendo esa emoción que sentimos una sola vez a fin de ano mientras esperamos “The Ball Drop”? Películas, libros, series y poemas han relatado mil y un veces como cada año casi un millón de personas se reúne en uno de los puntos más icónicos de Nueva York y espera horas para que, a la medianoche exactamente, esta bola de tiempo baje 43 metros en el countdown más televisado en la historia.
Pero por más espectacular que este item en cualquier “bucket list” sea, la verdad es que no todos estamos hechos para esperar horas a la intemperie y apretados entre decenas de personas. Dato importante: se pronostica que esta vispera de Año Nuevo será una de las más frías desde los años sesenta. Por eso, desde MALEVA les proponemos algo un poco diferente para escapar del clásico plan turista y animarse a algo nuevo. La alternativa es igualmente tentadora: recibir el 2018 como un local, como un verdadero nuevayorquino. Cena, fiesta, más comida, esperar al amanecer y mimarse con un buen brunch de año nuevo es la agenda para este 31 de diciembre.
Restaurantes sobran. Nueva York no duerme ni en Año Nuevo. Desde opciones a pasos de Central Park hasta pequeñas joyas en rincones de Brooklyn o Nueva Jersey, hay para todos los gustos. El único factor determinante, los precios. Cada año, los restaurantes presentan menúes festivos predeterminados, algunos de tres y otros de hasta diez platos, con precios fijos que pueden variar de los sesenta dolares a doscientos y más. Algunos, conservan su modalidad de servicio “a la carta”, por lo que son estos a los que debemos apuntar si el presupuesto es corto. Reservar es un must, por supuesto, pero a no desesperar que incluso es posible encontrar una mesa en el mismo día, la magia de Internet no? A tener en cuenta: cuánto más temprano se vaya, más barato es el menú fijo e incluso hay algunas opciones a la carta.
Algunas recomendaciones: Miss Lily’s (132 W Houston St) con su menú a 75 dólares, Fedora en West Village (239 W 4th St), un bar subterráneo con menú a la carta y opciones especiales para recibir el 2018 y para los que van por todo, este año Chefs Club (275 Mulberry, New York) se alió con Food and Wine (la reconocida revista gastronómica) para presentar dos menús con la opción de elegir cuatro platos a 99 dólares o una suerte de “tenedor libre” a no menos de 555 dólares (además, por 77 dólares uno puede formar parte de su Champagne Party, con copas ilimitadas durante toda la noche).
He aquí el highlight de nuestra noche. Fiestas en las que el dress code es “Dress to impress” son fiestas malevenses. Tras una debida visita a Soho para encontrar el outfit perfecto, alrededor de las 9 o 10pm es hora de ponerse tacos y zapatos y salir a divertirse. En locaciones impresionantes como rooftops y paraísos debajo de puentes, casi todas cuentan con un open bar hasta las tres de la mañana y cierran sus puertas a eso de las cuatro. Otra vez, los precios varían mucho. Para la escena joven, una buena opción y el elegido de MALEVA es Guastavino’s (409 E 59th Street, New York) que, a pesar de no ser un rooftop, la locación es increíble y el precio es cien dólares con antelación o trescientos casi sobre la hora). Cinco horas de open bar, dj en vivo y una copa de champagne a las 12. Entradas en http://newyearsevecentral.com/newyork/guastavinos-new-years-eve-party Otra opción ahora sí en un rooftop es Royalton Park Rooftop (420 Park Avenue S, New York) con la entrada general a 159 dólares: https://newyearsevecentral.com/newyork/royalton-park-avenue-new-years-eve-party Por último, fiestas en yates como el Avalon Yatch (2430 FDR Dr, New York) o en el emblemático Times Square (para por lo menos estar cerca del Ball Drop) en el espectacular Cipriani (101 E 42th Street) tientan a cualquier local.
Tras horas en la pista de baile, nuestro cuerpo pide combustible de nuevo. A esta hora no pretendan encontrar restaurantes de lujo. La mejor opción es visitar un clásico “dinner” norteamericano, de esos que solo sirven hamburguesas y milkshakes, y si esto ya suena bien, a las cuatro de la mañana en el frío de Nueva York será un festín de película. Acá no valen las recomendaciones: en el frío invernal de la gran jungla de concreto, cualquiera en nuestro camino vale.
Para aquellos intrépidos que aún siguen despiertos y con ganas de seguir recorriendo esta capital mundial, el próximo paso es presenciar el amanecer a eso de las ocho de la mañana. Diferente a cualquier otro que hayan visto, el mejor lugar para ver el amanecer es, sorprendentemente, desde el oeste. Si, aunque le demos la espalda al sol, este mismo ilumina los rascacielos de Manhattan en una increíble postal para guardar. Además, la luz por detrás es ideal para las fotos! Para esto, recomendamos ir a Brooklyn Heights Promenade, Brooklyn Bridge Park (y por que no caminar por el puente), al East River State Park en el tan hipster Williamsburg e incluso a Roosevelt Island. Para los que insisten, con razón, en mirar el amanecer desde el Este, las mejores opciones para hacerlo sin irse a Nueva Jersey es ir a John V. Lindsay East River Park o incluso a Battery Park para ver La Estatua de la Libertad iluminarse.
Tras una larga noche qué mejor que un increíble brunch para empezar el año nuevo con toda. Y si hay una ciudad de brunchs legendarios, esa es Nueva York. Clinton Street Baking Company (4 Clinton St, New York) abre sus puertas para “brunchear” todo el día, de nueve a nueve. Granola casera a nueve dólares, huevos revueltos con espinaca a catorce, french toasts al mismo precio, todo lo que un buen brunch necesita. En Bedford & Co. en Midtown (118 East 40th Street) saben que un brunch no esta completo sin una mimosa. Como parte del menú a veintinueve dolares, nos invitan a crear nuestra propia mimosa con una botella de champagne y tres jugos traídos directamente a nuestra mesa. Para una alternativa un poco más relajada Good Enough to Eat (520 Columbus Ave., Manhattan) en el Upper West Side es un punto de cocina casera americana que ofrece su menú de brunch usual, entre ellos su clásico mac n cheese a catorce dólares.