LOS CINCO NUEVOS RITUALES DEL ESPUMANTE

champaña valdivieso
Los espumantes ahora valen para todo el año, en muchísimas situaciones

 
 

LOS CINCO NUEVOS RITUALES DEL VINO ESPUMANTE. POR VALENTINA RUDERMAN.

 
“Me pareció que no estaba bien beber champagne en pantalones”, dice Marilyn Monroe en La comezón del Séptimo Año para justificar su cambio de vestuario de calle a un despampanante y ajustadísimo vestido blanco. Pero al mismo tiempo, toda una transgresora, aparece en escena con una bolsa de papas fritas para acompañar con la botella que el personaje de Tom Ewell la ayuda a descorchar. Casi sesenta años pasaron del estreno de la película y el vino espumante encontró nuevas ceremonias como ésta en las que establecerse como una pieza indispensable. El placer de las burbujas llega a la hora de celebrar y cortar la torta, pero, por qué no también en el desayuno. Estos son los nuevos rituales del espumante.
 

1)    Mimosas en el Brunch

Los domingos al mediodía, el tazón de café con leche y la copa de espumante se pueden tomar casi en simultáneo sin que nadie mire raro. En Buenos Aires, Olsen (Gorriti 5870), el restaurante nórdico que empezó con el brunch hace más de una década, puso la botellita de Chandon de 187 al mismo nivel que los huevos revueltos y las papas rotas. Para los que quieran sentir que además de arrancar el día con una sonrisa se están nutriendo, el trago es una Mimosa, mitad jugo exprimido de naranja y mitad vino espumante. Inventado en el Hôtel Ritz Paris cerca de 1925 y presente en cualquier menú brunchero que presente como tal.
 

«Gastón Arieu, Brand Ambassador de Cepas Argentinas, dice a Maleva que si bien los espumantes secos o dulces combinan muy bien con los postres, su match favorito es el que incluye una copa con Stake Tartare. Agrega: “No hay ningún tabú al momento de beber espumante, se puede tomar como aperitivo antes de comer, mezclarlo en cócteles o acompañar una comida de punta a punta.”

2)    copas con burbujas y platos salados

No hay que esperar al postre para abrir la botella de espumante, ni mucho menos reservarla solo para cuando el menú incluye ostras. Algunos hasta cuestionan combinarla con los dulces ya que ambos sobre exigen las papilas gustativas. Gastón Arieu, Brand Ambassador de Cepas Argentinas, dice a Maleva que si bien los espumantes secos o dulces combinan muy bien con los postres a base de hojaldre, cremas ligeras y salsas suaves, su match favorito es el que incluye una copa con Stake Tartare. Agrega: “No hay ningún tabú al momento de beber espumante, se puede tomar como aperitivo antes de comer, mezclarlo en cócteles o acompañar una comida de punta a punta. No es necesario esperar a las fiestas de fin de año, se disfruta en todo momento y lugar”.
 

3) RELAX, UN BUEN DISCO, Y BURBUJAS: EL PLACER personal de las botellitas individuales

Llegar a casa, poner un buen disco y relajarse ahora también puede incluir una copa de espumante. El spa hogareño del atardecer no es solo reino de la latita de cerveza o la copa de Malbec, las botellitas individuales llegaron para quedarse y son ideales para ser consumidas sin tener que arruinar una grande (u obrligarse a tomársela entera). ¿Con qué acompañarla? Con un plato de frutos secos, quesos blandos y semi duros. El tip: seguir a la bodega Navarro Correas en Facebook, que todos los días recomienda recetas caseras pero sofisticadas para acompañar con su variedad Extra Brut. Manjar para uno asegurado.
 

4) El espumante encontró su otra mitad en las mesas de los restós

Algunas variedades de la góndola de vinos encontraron su media naranja antes que otras, el tinto con la carne roja y el blanco con el pescado son solo algunos ejemplos, mientras el espumante tardó un poco más en conseguir su plus one en la mesa. Ya es cosa de todos los días que los sommeliers elijan alguna variedad con burbujas para maridar platos en sus menús. Todos los miércoles, por ejemplo, BASA (Basavilbaso 1328) tiene sus noches de Vinyl Sessions en donde además de buena música se puede disfrutar de Baron B con diferentes tapeos de la casa. Con el Extra Brut se recomienda la tapa de morcilla al verdeo con huevos fritos de codorniz y con el Rosé las únicas croquetas de arroz y queso cuatirolo con mayonesa casera al limón.
 

5) El revival de los cócteles con espumante

La frappera con un pico de vino espumante que asoma siempre fue símbolo de sofisticación y garantía de una buena salida. Pero de a poco, ese status pasó a las piezas de la carta que incluyen en sus mezclas alguna variedad de este estilo. Arieu explica que estamos viviendo un revival de los cócteles con espumante, que antes estaban encabezados por el French 75 (gin, espumante, limón y azúcar) y el Bellini (Prosecco y durazno). “Hoy definitivamente el Spritz es sinónimo de estilo. Tan fácil de preparar, que basta con servir Gancia Spritz y Spumante Gancia en una copa con hielo, completar con un golpe de soda y decorar con una rodaja de naranja”, agrega. Otros que recomienda, más complejos, son el Air Mail (Bacardí Añejo; jugo de lima; honey syrup; Martini Extra Brut) y el Negroni Sbagliato (Martini Bitter; Martini Rosso; Martini Extra Brut). ¿Dónde ir a probar tanto clásicos como novedosos? Leopoldo (Cerviño 3732) y Milion (Paraná 1048) son dos buenas opciones tanto para un sábado a la noche como para un after office de miércoles.
 
 

 

Food Thinkers
El Mimosa, cocktail clásico del hotel Ritz de París, es uno de los tragos con espumante que está volviendo a estar de moda

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Cada vez hay más excusas para brindar con burbujas, ya no es algo sólo para el cumple o fin de año

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El maridaje de espumantes con platos salados es tendencia

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De un tiempo a esta parte, los spritz con espumante se convirtieron en sinónimo de estilo