Cada cumpleaños es único pero los que llegan con números redondos son especiales. Durante 2016, cinco museos de Buenos Aires festejan aniversarios, para los que preparan agendas, exposiciones y eventos especiales para compartir con amigos y público. Recorrido por los programas del Museo de Arte de Tigre (10 años), MALBA (15 años), Fundación PROA (20 años), Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (60 años) y el Museo Nacional de Bellas Artes (120 años) para vestirse de gala y ser parte de la celebración.
De frente al Río Luján, al final del Paseo Victorica, el Museo de Arte de Tigre despliega su encanto francés: en 1912 abrió sus puertas como Tigre Club y se convirtió en un punto de encuentro social y deportivo, y en la década siguiente alojó un casino. Los arquitectos a cargo del proyecto neoclasicista fueron Louis Dubois (quien hizo el Hotel Lutecia, en avenida de Mayo) y Paul Pater -creador del Palacio Ortíz Basualdo, actual residencia del embajador de Francia-, quienes dotaron al edificio de los mejores materiales y salones interiores que alojaron bailes y elegantes reuniones hasta 1974, cuando fue expropiado. Luego de años cerrado, pasó por un proceso de remodelación que duró una década: el 25 de octubre de 2006 reabrió como museo, enfocado en la pintura argentina de los siglos XIX y XX y con una atención especial por los artistas que retrataron al Delta y la zona en sus obras. En sus 10 años de vida, las exposiciones que más público convocaron en el MAT fueron “Gracias, Tigre”, que el artista Carlos Páez Vilaró -fuertemente identificado con la zona, quien tenía su casa en el centro de Tigre- inauguró en 2011, y “Escenas del 1900”, que en 2014 rescató imágenes y obras de la Belle Époque. Desde comienzos de año el Museo de Arte de Tigre está de fiesta: toda la agenda anual se planeó para celebrar la década de vida. En enero hubo una instalación interactiva de Claudia Cerminaro, luego llegó “La realidad de la pintura”, exposición del realista Héctor Giuffré, y se exhibieron fotografías, esculturas y grabados de Grete Stern, Silvia Gai, Marcela Cabutti y Cecilia Widmer. En julio -con el Bicentenario como otro motivo de festejos-, se inauguró “200 años de grabado en la Argentina”, con obras del Museo Histórico Nacional y el Museo Nacional del Grabado, y la muestra “Figurados: de la nueva figuración a la fotografía de escena”, con piezas de la figuración de la colección del Banco Ciudad, entre los que hay obras de Berni, Deira, De la Vega, Doffo, Noé, Marcos López y Macció, entre otros. Entre las artes visuales, una retrospectiva del escultor Hernán Dompé cerrará el año, y el segundo viernes de cada mes se podrá disfrutar del ciclo de conciertos de cámara en el Salón Oval, ocasión para sentarse en uno de los espacios más elegantes del edificio y disfrutar. Pero también habrá eventos sociales que tienen que ver con su entorno: se está organizando una regata internacional con embarcaciones de comienzos de siglo, momento de la construcción del edificio del MAT y el auge de Tigre como lugar de esparcimiento y deporte, y en la explanada que da al Río Luján, entre la majestuosa galería y los preciosos jardines, en octubre se celebrará la Gala Aniversario.
Primero como colección privada, luego con el deseo de abrirla a la comunidad y, la decisión de que esas obras lo trascendieran y fueran un conjunto que represente el arte latinoamericano. En 2001 Eduardo Costantini, presidente de Fundación MALBA, abrió las puertas del museo que había ideado. En esta década y media de vida, con cerca de 200 exposiciones organizadas, MALBA convocó a más de 5.5 millones de personas, con “Yayoi Kusama. Obesión Infinita”, “Andy Warhol. Mr.América” y “Antonio Berni: Juanito y Ramona” en el top 3 de más visitadas.
La primera mitad del año tuvo actividades que hicieron mucho ruido. Brillante y perfecta, la Ballerina de Jeff Koons es una imán para la mirada (también para celulares y cámaras de fotos, ¡es irresistible!) en la explanada, en donde él mismo (es uno de los artistas contemporáneos más destacados) estuvo para presentarla. A fines de junio se inauguró “Dream Come True”, la primera retrospectiva de Yoko Ono en Argentina, y la planta baja del museo también estrenó puesta con la llegada de la chilena Voluspa Jarpa. Pero todavía falta redoblar la apuesta para festejar los 15: el jueves 15 de septiembre habrá una gala benéfica y se realizará el pre opening para invitados de “Verboamérica”, el plato fuerte de la celebración, una nueva puesta de la colección permanente del museo que en la actualidad cuenta con más de 600 obras -más del triple de la fundacional-, con un guión para repensar el arte del continente. Esa nueva propuesta abrirá al público el 21 de septiembre (mismo día de 2001 en el que el museo se presentó el sociedad), con la curaduría de Andrea Giunta y Agustín Pérez Rubio. Además, se realizará un seminario internacional de arte latinoamericano, con la participación especial de curadores y directores de museos de la región. MALBA Cine, por su parte, organizará un ciclo para repasar los principales estrenos de cine nacional que pasaron por su sala y fueron hits, como Cornelia frente al espejo, Río Arriba y Metrópolis, mientras que MALBA Literatura presentará el libro Me lo llevaré a la sepultura, con historias firmadas por los internacionales John M. Coetzee, Laura Alcoba, Santiago Loza y Sérgio Sant’Anna, entre otros. Uno de los eventos únicos que organizó el museo este año tendrá su segunda edición, ya que llegará la “Spring Reading Party”, una nueva cita para dejar los aparatos electrónicos y conectarse con las páginas de un libro. El área de Educación propondrá diferentes actividades recreativas para compartir en familia, tanto en la renovada colección permanente como en las obras de Yoko Ono, que continuarán expuestas hasta el 31 de octubre. Hacia fin de año habrá nuevas inauguraciones: en la planta baja, donde ahora está la chilena Voluspa Jarpa, se instalarán las esculturas de Alicia Penalba. A las salas llegarán dos propuestas que estarán hasta febrero de 2017: el 14 de octubre abrirá “Réquiem”, del colombiano Carlos Motta, y el 25 de noviembre será el turno de “Colección Fadel. Modernidad y vanguardia brasileña”, una selección de 130 obras del siglo XX producidas en ese país. Entre nuevas colgadas y reflexiones sobre el arte en la región, el MALBA encara la última parte del año con pulso festivo.
De cara a la Vuelta de Rocha, con tres pisos y el frente vidriado que deja entrar la luz, Fundación Proa es uno de los emblemas del sur de la Ciudad. Una casona de fachada italiana de finales de siglo XIX, remodelada por el estudio de arquitectura Caruso-Torricella, es su sede desde 2006. Picasso, Léger, Bacon, Magritte, Ernst, Miró, Tamayo, Lichtenstein, Warhol y Rothko colgaron de las paredes de ese edificio para su exposición inaugural, que reunió más de 100 obras de la colección del Museo Rufino Tamayo de México. Ese fue el puntapié inicial para la sede de la Fundación PROA, que durante este año celebra los 20 años. Durante ese camino llegaron importantes artistas argentinos e internacionales. En 2008, “Una obra que no es una obra ‘de arte’”, la primera exposición de Marcel Duchamp en América latina. En 2010 el futurismo ocupó las salas de PROA con 240 piezas llegadas desde Italia. En marzo de 2011 el arte salió a la vereda: la imponente “Maman”, la araña de Louise Bourgeois, estuvo en la entrada del museo, junto a cerca de 90 obras que formaron la exposición. La visita de esa obra monumental fue tan resonante como complicada su llegada: proveniente de Nueva York, la obra quedó varada en la Aduana porque no le habían otorgado la franquicia diplomática, por lo que el museo debió importarla de forma privada. El año pasado PROA organizó un evento en el que se fundió con el lugar en el que está: el artista chino Cai Guo-Qiang diseñó un mega espectáculo de fuegos artificiales que explotó sobre el río y convocó a una multitud en la calle. También pasaron por PROA en 2013, las increíbles esculturas hiperrealistas de Ron Mueck. La cita que volverá a atraer las miradas sobre La Boca durante las primera semana de agosto será la retrospectiva de Kazimir Malevich, el pintor ruso que creó el suprematismo a comienzos del siglo XX, con 60 obras provenientes del State Russiam Museum. La programación para celebrar el aniversario también incluye “La Boca, un lugar, un mundo”, una exposición multidisciplinaria que retratará la historia del barrio, que podrá visitarse hacia fin de año. Y a pesar de estar en plenos festejos, ya trabajan en la visita resonante de 2017, el francés neodadaísta Yves Klein.
“El Museo soy yo”. Así respondía Rafael Squirru, fundador y primer director del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, cuando aún no tenía una sede propia y deambulaba entre las salas del Museo Sívori y las de galerías privadas. A poco de su creación, en 1956, se realizó la “Primera Exposición Flotante de Cincuenta Pintores Argentinos”, una muestra itinerante instalada en un buque que recorrió 22 ciudades del mundo durante 164 días. En los siguientes años, el poeta y crítico de arte Squirru y su sucesor Hugo Parpagnoli comenzaron con las adquisiciones que construyeron el acervo del MAMBA, que luego recibiría las donaciones de Ignacio Pirovano y las familias Heredia y Ferrari. En 1960 el Moderno se instaló en el Teatro San Martín, en donde inauguró la Primera Exposición Internacional de Arte Moderno de Argentina, que combinó artistas nacionales e internacionales, como Jackson Pollock, Lygia Clark, Le Corbusier, Antoni Tápies, Cándido Portinari y Willem de Kooning. Allí permaneció hasta 1989, cuando mudó sus actividades a avenida San Juan 350, donde está hoy. En 2005 cerró para entrar en remodelaciones que le permitieran ampliarse, con un proyecto donado por el arquitecto argentino Emilio Ambasz: recién en julio de 2010 volvió a abrir sus puertas, con 11000 m², en donde funciona hasta la fecha.
Como parte de la agenda de celebraciones por su 60° aniversario, el Moderno acaba de inaugurar “Excéntricos y superilustrados”, la muestra colectiva que reúne nombres de diferentes épocas de la escena cultural porteña que fueron raras avis en el colectivo artístico y las vanguardias que llegaron aquí. Bajo el lema “El Museo soy yo” se realizarán, además, diferentes actividades tanto en su sede como en diferentes espacios de Buenos Aires y en sus antiguas sedes, para rememorar aquella etapa nómade; la agenda incluirá conciertos, intervenciones urbanas y programas abiertos. En este año en que celebra 60 años de historia, el MAMBA también comenzará una nueva obra para poder inaugurar la totalidad del edificio, con 1200 m² nuevos, espacio para la biblioteca que hoy funciona en la calle Alsina, un café en el patio trasero y la tienda -que tiene discos, libros y objetos-, renovada.
La galería del Bon Marché, construida sobre la calle Florida y actual casa del centro comercial Galerías Pacífico, fue la primera sede del Museo Nacional de Bellas Artes, que abrió allí el 25 de diciembre de 1896. Las colecciones de Adriano Rossi y José Prudencio de Guerrico fueron las primeras donadas a la flamante institución, que bajo la dirección de Eduardo Schiaffino -primer historiador del arte en Argentina- empezó a incrementar su acervo: el primer catálogo presentaba 163 obras. En 1909, con un acervo ya 20 veces más grande que el inicial, el MNBA se mudó a un edificio que había representado al país en la Exposición Universal de París, en Plaza San Martín, en donde estuvo hasta 1933, cuando se mudó a la avenida del Libertador, actual sede. El edificio había pertenecido a Obras Sanitarias y fue remodelado por el arquitecto Alejandro Bustillo para su inauguración. A lo largo de su historia fue remozado en varias ocasiones: el año pasado se realizó el último estreno, las salas del primer piso y una nueva puesta curatorial de las obras. Hoy, el acervo del Bellas Artes supera las 2000 piezas, el mayor patrimonio artístico de Argentina y uno de los más importantes del continente (que además puede visitarse online), y su biblioteca especializada en arte tiene más de 150 mil ejemplares.
El MNBA será el que más años (redondos) cumpla en 2016, pero todavía le falta para soplar las velitas: la fecha del aniversario llegará a fines de diciembre, mes de reuniones por doquier. Los festejos empiezan a asomar. El 13 de agosto largará la primera visita guiada “Generación del ‘80” por la sala de arte argentino de fines del siglo XIX, un recorrido por la historia, las miradas y los nombres de la época, como Eduardo Sívori, Ernesto De la Cárcova y Ángel Della Valle, entre otros (esta salida se podrá hacer todos los sábados y domingos a las 18). El año comenzó con la exposición antológica de Roberto Plate, la instalación “La noche de los museos” de Jorge Macchi y luego siguió con “Orozco. Rivera. Siqueiros. La exposición pendiente y la conexión Sur”, muestra del trabajo de los tres maestros mexicanos, que se puede visitar hasta el 7 de agosto y concretó un objetivo artístico que debió esperar más de 40 años. En el marco de los festejos, el Bellas Artes prepara una exposición curada por el investigador y curador Angel Navarro, que incluirá manuscritos, documentación e información de los primeros años del Museo. La obra «Apátrida», de Rafael Spregelburd también será parte de la agenda.
Fotos: gentileza museos mencionados. Foto destacada: MALEVA (Azul Arias)