Un clásico es el drama del buen maestro chino
Los 3 infaltables del Bafici que siempre se repiten
Por Andrés Kilstein
Este BAFICI consagra mi octava temporada consecutiva en el festival. Tengo en mi historial jornadas maratónicas de hasta 4 films al hilo. Luego de tan larga experiencia he podido esbozar cuáles son los argumentos que más se repiten en las películas del certamen. A continuación tres infaltables del BAFICI:
El documental sobre la naturaleza:
La cámara se hunde en las profundidades del mar y sólo encuentra cosas indescriptibles que brillan y algas. El rodaje requirió de tecnología especial para afrontar la rudeza del océano y de un equipo humano que no tuvieran miedo a las gaviotas. Así se capturaron paisajes nunca vistos por el ojo humano y uno tiene la sensación de que si la humanidad entera habitase en las profundidades marinas sería muy difícil no tener artritis. El film presenta un interesante montaje con el que se consigue reflexionar sobre la relación entre el hábitat natural y la vida humana. El director se obsesiona con la fauna marina y con saber si su reloj pulsera es efectivamente “50 meters water resistant”. Imperdible.
El drama oriental sobre un maestro:
Un maestro de música de una escuela rural en China, quien es querido y admirado por sus alumnos, es expulsado del establecimiento luego de que hiciese explícito su apoyo a un grupo armado guevarista ocupado en boicotear la circulación de las bebidas cola. Los alumnos lo visitan a su casa y lo continúan queriendo aun cuando sólo se trata de un desocupado. El maestro está triste porque le arrebataron su actividad más preciada. Pero contento por la alegría que introducen los chicos en su hogar y porque ahora tiene las tardes libres para reflexionar y hacer un poco de gimnasia. Finalmente, el maestro de música debe quitarse la vida para no caer en manos de la temible policía secreta china, y lo hace estoicamente mientras entona en su órgano eléctrico «Los santos vienen marchando».
La película independiente iraní
En un alejado paraje de Irán, el director nos invita a conocer el recorrido que hace diariamente un campesino para llevar leña a su hogar. El director no se muestra especialmente preocupado por el hecho de que en el recorrido no acontece nada. El film desarrolla una visión profunda y contemplativa de la humanidad. Se reflexiona sobre la amistad, el amor y la muerte, y lo más meritorio es que estas palabras ni aparecen mencionadas. La película muestra cómo la tecnología occidental fue penetrando en un rincón tan remoto del planeta y el protagonista narra bellísimamente la forma en que su vida se vio modificada abruptamente por el descubrimiento de las ortodoncias removibles. El film termina en un momento desesperado en que un público confundido decide escapar de la sala y no volver a ver cine independiente iraní nunca más hasta el próximo festival.