Nueve preguntas que hay que hacerse y algunas nociones clave que hay que tener cuando pisamos una vinoteca/Sí, hasta hay que contemplar el clima antes de jugarse por una etiqueta/Además: como saber leer qué blanco o tinto conviene/Y seis vinos independientes y deliciosos que la autora de la nota – sommelier del Palacio Duhau – Park Hyatt – recomienda
Está bueno ir con algunas respuestas antes de poner un pie en una vinoteca
«Les comparto un machete de consejos para que no se abrumen cuando van a comprar un vino a una vinoteca». Por Valentina Litman.
Las vinotecas suelen abrumar. ¿Cómo saber qué vino es el mejor? ¿Qué quiero tomar? ¿Y si quiero regalar alguno, cuál elijo? ¿Cuánta plata puedo gastarme? Estas, y muchas preguntas mas, se me vinieron muchas veces a la cabeza. Por eso decidí armarme una guía que sirve como machete cada vez que voy a comprarme un vino. En esta nota se las comparto.
1) Punto número uno: ¿el vino es para mí o es un regalo? Dejarse llevar por la intuición no está mal.
¡Qué lío cada vez que hay que regalar un buen vino a alguien! Pero es importante ser un buen observador, y a su vez ser intuitivo. Esos son dos atributos de un buen sommelier.
2) Punto número dos: tener alguna idea de qué tipo de vino quiero tomar. Opción clásica o innovar.
¿Estoy para un espumante o para un vino blanco (seco o dulce)? ¿Para un rosado o para un tinto (seco o dulce)? ¿Y si me animo a un vino naranjo? Ajá, esto sería innovar que también es válido.
3) Punto número tres: razonar un poco sobre por qué estoy yendo a comprar un vino ¿Hay alguna ocasión especial que lo amerite? Además: tener en cuenta el clima.
Es fundamental ubicarse en la época del año ¿Estamos en verano o en invierno, hace frío, o calor? Cuando la cosa está veraniega, mejor ir por un blanco refrescante. Cuando hace frío en mi caso, prefiero elegir un tinto con cuerpo que me arrope el alma.
«El tercero blanco aromático es el riesling: uva de origen europeo, y todavía no tan popular en Argentina (por eso tal vez no les suena tanto). Es una de mis uvas preferidas, para mí es la reina de las uvas aromáticas…»
4) Punto número cuatro: ¿En qué momento del día voy a tomar el vino? ¿En qué día de la semana lo voy a descorchar? ¿Lo voy a tomar sola o acompañada? ¡El vino no es para ahogar penas!
Si es para ahogar penas en el medio de la semana con un grupo de amigos, yo pasaría hacia alguna bebida más fuerte porque el vino es para celebrar. Da mejor en una cena especial, un aniversario, o una celebración.
«Les dejo algunas recomendaciones de vinos. Son de bodegas independientes y para mí son deliciosos. El Breva Rose Syrah; el Chakana Sobrenatural Bonarda; el Riccitelli Bastardo, de Matias Riccitelli; el Amar y Vivir Malbec, de Matías Etchart; The Italian job Chardonnay», de Las Burbujas de Giuseppe y el Teho les Paquerettes» de Alejandro Sehanovich y Jeff Mausbac…»
5) Punto número cinco: ¿lo voy a tomar sola o comiendo algo? ¿Qué plato? ¿De mar, carnes blancas o rojas, quesos y fiambres. ¿Algo vegetariano o estoy para algo dulce? Derribemos algunos mitos.
Aquí quiero derribar algunos mitos: no es cierto que el tinto solo va con carnes rojas y que el blanco es para acompañar platos mas suaves. Un blanco con cuerpo puede funcionar super bien con una carne blanca y un tinto ligero puede ser perfecto para algunos tipos de pescados con grasa.
6) Punto número seis: el espumante es un gran aliado para todo tipo de comidas. ¡Sáquense la idea de es sólo para brindar! Se puede cenar un menú degustación completo con el mismo espumante.
«Punto número seis: el espumante es un gran aliado para todo tipo de comidas. ¡Sáquense la idea de es sólo para brindar! Se puede cenar un menú degustación completo con el mismo espumante…»
7) Punto número siete: ¿Qué uva elijo? Los blancos se destacan por su «perfume» y los tintos por su cuerpo o intensidad.
Prueben los blancos aromáticos.
Entre los vinos blancos, hay uvas que son más aromáticas. Es decir más perfumadas. Se me ocurren tres. Sauvignon blanc (Flor de sauco, melón y durazno); Torrontés que si bien es popular en el norte argentino, hoy en día hay grandes versiones en Mendoza e incluso en la Patagonia (a veces nuestra nariz percibe en el torrontés cierto dulzor, pero cuando se bebe suele haber más casos de torrontés secos). Tiene dejos a jazmín, geranios, plátanos. El tercero es el riesling: uva de origen europeo, y todavía no tan popular en Argentina (por eso tal vez no les suena tanto). Es una de mis uvas preferidas, para mí es la reina de las uvas aromáticas. Tiene tonalidades de miel, piel de limón y un dejo terroso.
Y si apuntan a un tinto, tengan en cuenta su intensidad. Por orden de intensidad, de menor a mayor, los tintos más conocidos se ubican así:
Pinot Noir (frutilla, cereza negra, setas)
Malbec (ciruelam, violeta, tabaco)
Cabernet Franc (frambuesa, hojas de Grosella negra refrescantes, ciruela)
Cabernet Sauvignon (mora, cereza negra, pimiento rojo)
Syrah: cereza negra, chocolate, pimienta negra.
7) Punto número ocho: el «temita «del precio. ¿Puedo conseguir un gran vino a un precio accesible? Por suerte sí.
La respuesta es afirmativa. Hoy en día, y por suerte, hay grandes vinos por precios muy accesibles. Por lo general en las vinotecas los estantes están ordenados por precios.
Por lo tanto, definan sus presupuestos y vayan al estante correspondiente (sin olvidarse de los puntos de arriba).
8) Punto número nueve: ¿Lo voy a tomar pronto o lo guardo por un tiempo largo?
Claro que un vino para añejar requiere de un mayor presupuesto. Generalmente, los vinos de guarda están elaborados de una forma mas compleja y costosa. Hay personas que compran vinos del año en el que nacieron sus hijos y deciden abrirlos cuando cumplen determinada edad.
Por último, les dejo algunas recomendaciones de novedades de vinos. Son de bodegas independientes y para mí son deliciosos.
1) Breva Rose Syrah. de La Giostra del Vino
2) Chakana Sobrenatural Bonarda, de bodega Chakana
3) Riccitelli Bastardo, de Matias Riccitelli
4) Amar y Vivir Malbec, de Matías Etchart.
5) «The Italian job Chardonnay», de Las Burbujas de Giuseppe.
6) «Teho les Paquerettes» de Alejandro Sehanovich y Jeff Mausbac.