La foto que acompaña mi blog (arriba de todo) es de una obra de Félix González Torres, un artista cubano que llevó a cabo su carrera en Estados Unidos, entre California y Nueva York. Su obra tiene muchos aspectos conceptuales, pero esencialmente habla del amor, la perdida, el luto y está absolutamente vinculada a su vida privada que a la vez puede ser la vida de tantas otras personas, por lo que es muy fácil relacionarse con ella. Todos nos enamoramos, sobrellevamos perdidas, nos separamos, sufrimos y somos felices. De eso se trata la vida.
«Félix era gay y murió de sida a los 37 años en 1996, al igual que su pareja Ross Laycock cinco años antes que él. Muchas de sus obras están dedicadas a denunciar fallas políticas, errores y condenas sociales sobre la llamada “epidemia rosa” entre otras cosas. Él nunca tuvo miedo de hablar sobre estos temas y por eso su obra es tan valiente.»
Félix era gay y murió de sida a los 37 años en 1996, al igual que su pareja Ross Laycock cinco años antes que él. Muchas de sus obras están dedicadas a denunciar fallas políticas, errores y condenas sociales sobre la llamada “epidemia rosa” entre otras cosas. Él nunca tuvo miedo de hablar sobre estos temas y por eso su obra es tan valiente.
Sin embargo hoy quiero explicar el por qué detrás de una de sus piezas que más me gusta, y que realiza en honor a Ross.
“Untitled (Portrait of Ross in L.A.)” es un pilón de caramelos. A primera vista puede parecer excéntrico, algo distinto y quizás para muchos puede no hacer sentido, pero eso está bien. El primer aspecto que posee es que va en contra de la idea de una obra de arte como bien inmaculado, rodeado de un aura magnifica y que necesita ser contemplada de lejos y con admiración…no… esta obra es para todos. Uno como espectador puede llevarse los caramelos, comerlos, guardarlos, regalarlos. Nosotros nos comemos a la obra, y por ende a medida que transcurre el tiempo esta va desapareciendo y es la obligación de quien posee esta pieza, ya sea coleccionista o institución, reponerla siguiendo las normas de Félix.
«Esta obra – que es un pilón de caramelos – tiene un peso determinado, 175 libras, ese era peso de Ross cuando estaba vivo, es decir que esta obra es un retrato de su pareja, una manera de homenajearlo y al mismo tiempo relatar una perdida inimaginable, trágica y desgarradora (porque a medida que pasa el tiempo, va siendo devorada hasta desaparecer.»
Esta obra tiene un peso determinado, 175 libras, ese era peso de Ross cuando estaba vivo, es decir que esta obra es un retrato de su pareja, una manera de homenajearlo y al mismo tiempo relatar una perdida inimaginable, trágica y desgarradora (porque a medida que pasa el tiempo, va siendo devorada hasta desaparecer. Lo mismo sucedió con Ross a causa de su enfermedad) pero encarnada en un pieza que pareciera decir todo lo contrario -es sutil, divertida y colorida-. Ese sentimiento de dolor no está presente de manera explícita, y eso implica que podamos tener varias lecturas e interpretaciones. Si la aproximación es superficial será amena pero si el espectador decide conocer más entonces comprenderá el mensaje que esconden estos caramelos.
En la vida todo tiene diversas lecturas, uno puede querer acercarse a ellas o no, sin embargo es importante no hablar sin saber, ni criticar sin antes averiguar. Es algo muy común que sucede con el arte contemporáneo, porque en muchos casos esta necesita un acercamiento que viene acompañado por una explicación y es lógico que eso cree confusiones. Es bueno animarse a acercarse para después generar una opinión sincera y personal con respecto a lo que uno ve.
Pd. Les dejo una entrevista muy interesante entre él y la artista Ross Bleckner para aquellos que quieran conocer un poco más http://bombmagazine.org/article/1847/.