Esta ruta empieza en la bellísima Ciudad del Cabo
La «Ruta Jardín» de Sudáfrica: Cinco paradas que no te podés perder.
Llegamos a Sudáfrica con mucha expectativa. Nuestro viaje empezaba en Ciudad del Cabo y seguía con un roadtrip por la Ruta Jardín, una ruta de 300 km que recorre la costa de Sudáfrica desde el Cabo Oeste hasta el Cabo Este, finalizando en la ciudad de Puerto Elizabeth. Lo que encontramos después de recorrer esta ruta por casi 20 días fue: naturaleza exuberante y mucho pero mucho vino, una ruta panorámica increíble (que además está en excelente estado) y playas impresionantes y desiertas.
Por que Sudáfrica es muchísimo más que safaris, en esta nota de Maleva te contamos las 5 paradas que no podés dejar pasar en la Ruta Jardín.
1) STELLENBOSCH EN CAPE WINELANDS: SE ARRANCA POR BODEGAS INCREÍBLES (PRUEBEN LA CEPA «PINOTAGE»)
Sudáfrica tiene la ruta vinícola más extensa del mundo. Existen más de 20 regiones vinícolas alrededor de Ciudad del Cabo, una de ellas es Cape Winelands.
Siendo en MALEVA aficionados del vino, no podíamos dejar pasar este spot y elegimos parar en la ciudad de Stellenbosch, que queda aproximadamente a una hora de Ciudad del Cabo. La zona conserva la arquitectura típica holandesa porque fue uno de los lugares donde se asentaron los primeros colonizadores. Nuestra primer parada fue Terroir en Kleine Zalze Wine State, que se destaca no solo por su oferta gourmet sino por la arquitectura típica holandesa y una galería con una vista espectacular. Otro de los restaurantes destacados, aunque un poco más alejado fue 95 at Morgenster en el Morgenster Wine Estate, y fue un acierto total. Nos recibió una finca rodeada de pintorescos valles que data de 1711 y donde se produce, además de vino, un aceite de oliva inédito. Es recomendable reservar ya que los restaurantes suelen estar llenos.
Dato: quienes quieran conocer el emblema de la enología sudafricana no pueden dejar de probar la pinotage, una cepa de uva de vino rojo que resulta de la mezcla entre Pinot Noir y Cinsault y que fue creada en la Universidad de Stellenbosch por un profesor de viticultura.
2) WILDERNESS: PARA LOS AMANTES DE LAS PLAYAS NATURALES
Wilderness es la parada para los amantes de las playas eternas y del relax. Llegamos a este pueblito porque nos lo había recomendado un amigo bajo la siguiente consigna: “si están para ir al medio de la nada con altas playas, vayan a Wilderness”. La respuesta fue sí, y la expectativa era alta.
Para llegar a la tan prometida playa, tuvimos que caminar una cuadra y nos encontramos con una escalera eterna para bajar al nivel del mar. Abajo nos esperaban una playa kilométrica y casi vacía, un acantilado de fondo y un montón de parapentes que adornaban el cielo. Definitivamente había sido una recomendación acertada.
Pasar por el restaurante del Views Boutique & Spa Hotel es una parada obligada para comer o tomar algo con una vista privilegiada de Wilderness Beach desde la altura y para hacer parapente, ya que las empresas que ofrecen el servicio se instalan cerca de la entrada.
Además de la playa espectacular, Wilderness nos dio la posibilidad de hacer otra de nuestras actividades preferidas: alquilar un kayak y remar por el río Touw, hasta llegar a una playa desde donde caminamos por un bosque hasta una cascada.
En esta parada, las posibilidades gastronómicas no son tantas, pero sin duda no hay que dejar de visitar Flava, con una vibra relajadisima acorde al lugar, o Serendipity que ofrece un menú de 5 pasos, uno más delicioso que el otro.
3) PLETTENBERG BAY: PARA HACER UN BUEN TREKKING Nuestra próxima parada fue la ciudad de Plettenberg Bay, mejor conocida como Plett. Las opciones en esta ciudad son varias. Desde un Santuario de Elefantes, pasando por el santuario de aves de vuelo libre más grande del mundo ‘Birds of Eden’ hasta ‘Monkeyland’ un santuario con más de 10 especies de primates rescatados de zoológicos y laboratorios. Además, en esta ciudad está la Reserva Natural de Robberg, que es un monumento nacional y Patrimonio Mundial de la UNESCO. Esta reserva se puede recorrer mediante 3 senderos de distintas longitudes (el más corto es de 1 hora y el más largo de 5), que permiten apreciar la naturaleza y las diferentes vistas panorámicas de la ciudad y el mar. También, en el camino, hay varias playas divinas para cortar la caminata y descansar un rato.
Si bien la región de viñedos por excelencia es Cape Winelands. The Crags, una zona montañosa en las afueras de Plett (20 km), es muy reconocida por sus fincas. Nosotros elegimos la degustación y el restaurante de Bramon Wine Estate que es el viñedo más antiguo de la zona y cuya especialidad es el champagne.
Dos imperdibles: Le Fournil de Plett para un desayuno power antes de arrancar el día y Enrico Ristorante para todos los fanáticos de la comida de mar.
4) KNYSNA: VISTAS INCREÍBLES ¡Y UN FESTIVAL DE OSTRAS!
Knysna es una ciudad chica que creció alrededor de una laguna. Su atracción principal se llama “The Heads”, dos enormes acantilados que median entre la laguna y el mar. En el acantilado Este, hay un mirador que tiene unas vistas increíbles. El otro, es una reserva natural privada a la que se puede acceder únicamente por ferry desde el waterfront.
El East Head Cafe es una opción para quienes quieran comer con una vista increíble a través de los acantilados. Además, esta ciudad es famosa es por sus ostras y una vez al año se realiza el festival de las ostras. Para quienes quieran probarlas, lo mejor es visitar el restaurante 34° South.
5) PARQUE NACIONAL TSITSIKAMMA: UN TERRITORIO SOÑADO
El Parque Nacional Tsitsikamma se encuentra casi en el último tramo de la ruta y es un lugar soñado. Tiene playas naturales, zonas de bosque, y montañas. Es el lugar perfecto para los fanáticos de la naturaleza y la aventura. Las opciones de actividades (además de playa) son: trekking, kayaking y canopy. Otra gran atracción de este parque es un puente colgante que atraviesa el Río de las Tormentas. Nosotros elegimos hacer un paseo en kayak por el Río de las Tormentas en un punto donde el agua dulce del río se junta con el agua salada del mar y dos inmensos acantilados forman un canal que te dirige directamente a una gran garganta de agua.
En el camino a este punto está una de las atracciones más famosas de Sudáfrica: el puente Bloukrans, desde donde se puede hacer bungee-jumping. Este salto mide más de 200 metros y es el salto más alto del mundo.
¿Cómo moverse?
Para explorar la ruta, la opción que da más libertad es la de alquilar un auto. Pero, para quienes viajan solos o no se siente cómodos alquilando auto (o manejando del lado derecho) existe la opción del Baz Bus que es un Hop-on-Hop-off entre ciudades sudafricanas. El sistema funciona puerta a puerta y está asociado con más 200 alojamientos. El tramo Ciudad del Cabo – Puerto Elizabeth cuesta alrededor de 170 U$$ y se puede subir y bajar cuantas veces quieras.