Todos conocemos las tradicionales zonas vitivinícolas argentinas, que van de norte a sur ubicadas en general a pie de la cordillera de los Andes, como Salta, Tucumán, La Rioja, San Juan, Mendoza y Patagonia dentro de las clásicas. ¿Pero han escuchado hablar de regiones como Buenos Aires, La Pampa, Bahía Blanca, Jujuy o Córdoba? Bueno, eso es lo que se viene. La cartografía vitivinícola de Argentina en breve tendrá que actualizarse, ya que lentamente pero a paso firme se escuchan los susurros de las nuevas regiones.
«¡Se agranda el mapa argentino! Qué feliz me siento de poder trabajar en una industria que se encuentra en constante evolución. Miro tierra adentro y veo la búsqueda permanente del perfeccionamiento, el resurgir de nuevos enólogos y el andar parejo de los ya establecidos. Salen nuevas etiquetas, nuevos vinos…»
¡Se agranda el mapa argentino! Qué feliz me siento de poder trabajar en una industria que se encuentra en constante evolución. Miro tierra adentro y veo la búsqueda permanente del perfeccionamiento, el resurgir de nuevos enólogos y el andar parejo de los ya establecidos. Salen nuevas etiquetas, nuevos vinos. Y no me sorprende porque contamos con muy buena materia prima humana, con ganas de investigar, evolucionar y sorprender al cliente con nuevas zonas de producción.
Estos son los vinos de nuevas regiones argentinas que no podés dejar de probar:
A solo tres kilómetros de la playa y algunos más de Mar del Plata se encuentra Mar y Pampa, una bodega experimental que llegó para revolucionar todo lo conocido. La enología está bajo la dirección del enólogo Director Daniel Pi de la Génesis Trapiche. Lo más importante: la influencia oceánica. Acunados bajo la majestuosidad de nuestro Atlántico Sur, las vides crecen bajo un clima húmedo y fresco, ideal para el desarrollo de variedades de ciclo corto, que no necesitan ser irrigados por el hombre para su crecimiento. Chapadmalal será la primera zona vitícola argentina donde el agua de lluvia se convertirá en una verdadera influencia de las añadas. Dentro de los nuevos vinos marítimos, llaman la atención dos varietales, dentro de los blancos el Gewürztraminer, una variedad no muy común en nuestro país que cuenta con notas florales, cítricas y especiadas. Por otro lado el elegante Pinot Noir, desarrolla mineralidad, notas a tierra, hongos y frutos rojos. Otros varietales: Sauvignon Blanc, Riesling y Chardonnay. Dato adicional, se pueden realizar visitas eno-turísticas y comer junto a sus vinos Tablas de Mar con mix de pescados y mariscos y también Tabla Pampa, más tradicional con quesos y fiambres (ver la nota en MALEVA de Cayetana Vidal Buzzi: http://bit.ly/1Duc55K)
Para los que desconocen los viñedos bonaerenses hay varios emprendimientos en marcha. Al este está ubicado en Médanos, a 60kms de Bahía Blanca, donde empieza a confundirse el terroir pampeano con el patagónico, al norte del río Colorado a 39º latitud sur. Aquí no quedan dudas de que los vientos patagónicos se entremezclan con los oceánicos. A finales del siglo pasado comenzaron la búsqueda de un terroir diferente, con una idea clara, sumar al mapa vitivinícola mundial una nueva zona región argentina productora de vinos de calidad. La característica diferencial de esta región son sus suelos arenosos, de partículas gruesas con poca capacidad de retención de humedad logrando una excelente amplitud térmica. La consultoría enológica está a cargo de Alberto Antonini, enólogo italiano, ultra reconocido a lo largo del mundo y padre de la bodega Altos las Hormigas en la Argentina. La propuesta de esta bodega reposa sobre sus blends, tienen una línea clásica llamada Al este Malbec-Cabernet y Chardonnay-S.Blanc, como también su línea reserva Terrasabbia Chardonnay-S.Blanc y el único varietal Malbec. Se pueden organizar visitas reservando previamente en su página web.
A 8 kilómetros de Sierra de la Ventana, al sudoeste de la provincia de Buenos Aires, entre los cordones serranos de Ventania y Pillahuincó, se encuentra la bodega Saldungaray. Con capacidad para 200.000 litros se nutre de las 20 hectáreas de viñedos implantados en terrenos aluvionales con sedimentación serrana. Cuentan con excelente amplitud térmica, y vientos serranos que ayudan a la buena salud de la planta. La consultoría está a cargo de Rubén Sfragara, enólogo consultor y ex Alta Vista. Crearon una sola línea de vinos Ventania, donde se destaca su blend de S.Blanc-Chardonnay que muestra un vino joven, fresco y de marcada acidez. Ventania Cabernet Sauvignon, por su lado, expresa la adaptabilidad con la que cuenta este varietal, vino más orientado a los frutos rojos que a la nota de pimiento ahumado, con cuerpo medio, poca madera y persistencia aromática.
A 1040 kms de Buenos Aires se encuentra la primer bodega de La Pampa, Bodegas del Desierto, ubicada en la región del Alto Valle del Río Colorado, en la localidad de 25 de Mayo. Se la conoce como la tercera zona patagónica acompañando a Río Negro y San Patricio del Chañar. La envergadura de Bodegas del Desierto es mayor, ya que cuenta con 140 hectáreas plantadas en dos etapas con viñedos a 340 metros sobre el nivel del mar. También una capacidad de producción que llega al millón de litros. El enólogo asesor, es ni más ni menos que el norteamericano Paul Hobbs, también con su proyecto propio en Mendoza llamado Viña Cobos. Al ser viñedos con gran influencia de los vientos patagónicos y marcada amplitud térmica, las bayas sufren un engrosamiento de su hollejo otorgando a los vinos una característica distintiva. Fruta fresca, concentración y alta acidez. La bodega cuenta con tres líneas Desierto 25/5, Desierto Pampa y Pampa Mía.
En el noroeste argentino se encuentra ubicada la Bodega Tukma. Originalmente tierra de los Diaguitas donde llamaban Tukmanao al «El Reino de Tukma». Tukma era el gran jefe de estas comunidades. Siguiendo la corriente de los pueblos originarios, esta bodega planto sus viñas en zonas del NOA tradicionales para la vitivinicultura como Tolombon y Angastaco en los valles Calchaquies (Salta) y Colalao del Valle (Tucumán), pero dentro de su visión innovadora se dirigieron más al norte, a la provincia de Jujuy, generando una nueva zona de producción vitivinícola en Argentina. Los viñedos se encuentran en Huacalera, Quebrada de Humahuaca y allí implantaron 6ha de Sauvignon Blanc. Están situados a 2,670 metros sobre el nivel del mar, sobre el Trópico de Capricornio. ¡Son los más altos del mundo para este varietal! Las duras condiciones de cultivo resaltan en éste Sauvignon Blanc, llamado Altura 2670, matices únicos y sutiles de espárragos, pimientos, minerales, grafito y esencias florales. Huacalera se encuentra en la Quebrada de Humahuaca, declarado Patrimonio de la Humanidad, Paisaje Cultural, por la UNESCO.
En el Valle de Traslasierra, Córdoba, las sierras de los Comechingones atesoran una nueva gema, San Javier. Zona que en sus tierras alberga historia de más de 100 años, contaban con 500 hectáreas implantadas pero debido a la suspensión del paso del tren poco a poco se fueron desvaneciendo. Fue en el 2001 cuando la familia Jascalevich decidió volcar su experiencia tomada, nada más y nada menos, que en Bordeaux y La Toscana en este nuevo emprendimiento. Traslasierra está enclavado entre los 900 y 1100 metros sobre el nivel del mar, tienen baja pluviometría (500 milímetros anuales) y excelente insolación. Bajo la filosofía de la biodinámica los vinos Nobles de San Javier surgen de Malbec, Cabernet Sauvignon, Syrah y Merlot. Cuentan con una línea varietal, otra reserva y un blend que incluye a las cuatro variedades. La biodinámica busca ofrecer un tributo a la madre tierra, viéndola como un ser vivo conformado por varios órganos: plantas, animales, tierra y hombre. Dejando que estos convivan de modo natural y en equilibrio, sin olvidar el ciclo planetario, las fases de la luna y su relación con las constelaciones. San Javier cuenta con una hostería, Las Jarillas, que siguiendo la cultura Bio está rodeada de frutillas, frambuesas, lavandas y su huerta propia.
Siempre me ha gustado la frase «escuchar a la madre tierra». Si tan solo nos silenciáramos del bullicio en que nos toca vivir día a día, encontraríamos más amor y más frutos de los suelos. No puedo pensar otra cosa que, cada uno de los emprendedores que he nombrado, se ha tomado un minuto para silenciar sus mentes y de ese modo se ha conectado con los consejos que les da la Pacha Mama.