«La piel del Arte». Por Santiago Eneas Casanello. Fotos: Jacinto Freixas.
“El marco es la piel de la obra o es como que a una mujer bella, la vistas bien”. Así define el calibre de su oficio Cristián Dellarole (30), al frente del taller de enmarcado Bon Buá, que trabaja sobre todo con artistas jóvenes y galerías que también pisan fuerte en un circuito de arte joven y con propuestas rupturistas, más de vanguardia, no mainstream, tales como Rea One Day Gallery, Fiebre o Blanco, entre otras. El marco justo – la madera exacta, el color apropiado, el estilo correcto – puede potenciar la obra y ser su banderín de llegada con aplausos. Uno equivocado puede desvirtuarla y estropearla. Por eso la etapa del enmarcado es crucial y el trabajo de quien se encarga conlleva tanta responsabilidad. Además de que el marco no sólo aporta a la armonía estética sino también a la conservación. A días de su dead line para arteBA y en medio de un trabajo bastante frenético con su cortadora a la que bautizó “María Antonieta” (porque es una suerte de mini guillotina), Dellarole recibió a Maleva en Bon Buá, en un estupendo pasaje colonial en las orillas del China Town de Belgrano. Explicó de qué se trata enmarcar y cuál es, además de la técnica, la filosofía que hay detrás y cómo es hacerse cargo de las criaturas de los artistas.
¿Cómo es el diálogo con el artista cuando llega y te dice que quiere enmarcar una obra? ¿Ya tienen claro qué marco pretenden o los orientás?
Por un lado tenés el que viene con una idea muy definida – “quiero esto así, de tal forma” – igualmente le mostrás cómo quedaría. A su vez, también está el artista que viene con su obra desnuda y se pone a jugar y a crear con los marcos. Ahora bien: siempre está el ideal del artista y después la realidad.
¿Se puede variar el tipo de marco o ya hay un protocolo de que tal estilo de obra debe ir con cierto marco específico?
No existe ningún protocolo. Pero sí existen conceptos en los que se basa el enmarcado. No existe un maridaje, como con los vinos. Los conceptos tienen que ver con el lenguaje que creás con la obra, si querés un enmarcado neutro, o uno más jugado. No es lo mismo exponer vos sólo por ejemplo, a estar en una muestra de 15 artistas. En ese caso tal vez te quieras destacar con un marco. Después está el lenguaje entre la obra y el marco que es donde también el artista le imprime su sello y logra realzar la personalidad de la obra. Mi lugar es orientar al artista, mostrarle cuál es el abanico de opciones, colores, variables, morfologías. Es un trabajo estético y también de conservación. Básicamente en lo que es papel porque el óleo y el acrílico no tienen tantos problemas. Con papel es cuando aparece mi trabajo más autoritario o mejor dicho más prudente, en el cual aconsejo métodos de enmarcado para que no se estropee una obra. Hay muchas cosas prohibidas.
El enmarcado es un trabajo de precisión. La responsabilidad para con la obra y el artista es enorme
Decinos cuál es el gran “prohibido” del enmarcado
El “prohibido” más grande del enmarcado es “nunca pegarás tu obra a nada”. Jamás. Se utiliza mucho ahora el enmarcado de los foam boards (Nota de Maleva: un material ligero y cortable muy usado para el montaje de láminas fotográficas) que vienen con un auto adhesivo y para mí lo que estás haciendo es bastardear tu obra porque vos pasás de tener una obra de arte a tener un objeto. Es como montar en un bastidor pegado, ya no es más una obra de arte sino que es un objeto. Porque le puede agarrar humedad y otros estropeos y eso después no lo arreglás con nada. Si vos lo enmarcás como corresponde, con el suficiente microclima que tenés que lograr dentro del enmarcado, siempre vas a tener la posibilidad de salvar la obra. Ahí empieza a haber como un juego, una división grande que es la parte pragmática de los límites: el hasta acá sí, más allá no. El artista viene con una idea buenísima pero vos tenés que tener cosas en cuenta que hay que transmitírselas para que después, cuando ya sea tarde, no se arrepienta.
«Es un trabajo estético y también de conservación. Básicamente en lo que es papel porque el óleo y el acrílico no tienen tantos problemas. Con papel es cuando aparece mi trabajo más autoritario o mejor dicho más prudente, en el cual aconsejo métodos de enmarcado para que no se estropee una obra. Hay muchas cosas prohibidas.»
¿Con qué hay que tener mucho cuidado?
Con todo lo que es papel, en donde entra la fotografía, los grabados, las acuarelas. Si no es papel es una tela, canvas (Nota de maleva: canva es lienzo). El cuadro en canvas no tiene vidrio. Si te ponés a pensar, llega un momento en que el vidrio te impide un poco ver bien, por el reflejo entre otras cosas. El vidrio tiene un espesor, que aunque es mínimo el que usamos, algo molesta. Pero el vidrio es una cuestión de conservación, pura y exclusivamente.
El dead line para arteBA
¿Cómo vivís el aspecto de la responsabilidad? Cuando te dan una pintura, y ni hablar si es el del propio artista, te están dando algo con mucho valor, no sólo económico.
Sí. Hay algo muy personal mío que es que vengo de un hogar de artistas, soy un artista amateur (Nota de Maleva: Dellarole pinta unos cuadros de estilo abstracto dignos de mención, pero eso quedará para otra nota) y por lo tanto sé lo que es el amor por la obra, y se el cuidado que hay que tener por una. Pueden venir artistas jóvenes que no tienen muy claro cuánto puede llegar a valer su obra, y si hoy vale 300 pesos, el día de mañana tal vez estos chicos se desarrollan en el arte, crecen, y pasan a ser mega valuados o más valuados y ahí se cae en que el enmarcado tiene que estar bien hecho. Entonces, la responsabilidad está en el diálogo con el artista, transmitiéndole el conocimiento que uno tiene sobre el cuidado del papel, sobre el enmarcado, la conservación y después hay una decisión última, que al fin y al cabo, es del artista.
¿Lo que se enmarca se puede volver a desenmarcar?
Desde ya, por eso no se tiene que pegar. Es clave porque hay obras que viajan al exterior. Tal vez tenés una exposición que se hace acá, dura 15 días, y después viajan las obras afuera. En los museos siempre hay exposiciones itinerantes y todas las obras se enmarcan y desenmarcan constantemente.
«Sé lo que es el amor por la obra, y se el cuidado que hay que tener por una. Pueden venir artistas jóvenes que no tienen muy claro cuánto puede llegar a valer su obra, y si hoy vale 300 pesos, el día de mañana tal vez estos chicos se desarrollan en el arte, crecen, y pasan a ser mega valuados o más valuados y ahí se cae en que el enmarcado tiene que estar bien hecho.»
¿Hay modas con los marcos de acuerdo a la época? ¿Hay tendencias?
Sí, claro. En el último Buenos Aires Photo – la exposición – en el Centro Cultural Recoleta, era increíble como parecía que todo hubiera sido enmarcado en la misma casa de marcos porque estaban todos iguales: varilla recta, con distintas alturas y anchos pero siempre el ángulo recto, la moldura bombeada (Nota de Maleva: se le llama bombé, es un marco más redondeado, con ángulos a veces en diagonal). Se podría decir que está demodé. Hoy está en boga el marco recto y el formato de caja con una moldura recta y una altura suficiente para que el vidrio vaya arriba y la obra abajo, con diferencias de espesor de 1 o 2 cm.
Maleva entrevista a Bon Bua taller de marcos & arte from Maleva Mag on Vimeo.
¿Con qué herramientas y materiales trabajás?
Hoy se trabaja con las varillas que son molduras en distintas maderas. Tengo máquinas madres que son una para cortar la varilla en ángulo de 45° y la otra es para unirlas, una especie de engrampadora, y después se utilizan las manos, para pintarlas, para teñirlas. La maquinita que corta es una especie de guillotina. La nuestra se llama María Antonieta (risas).
¿Cómo se trabaja cuando tenés un dead line como ahora con arteBA?
Sí, ahora estamos para arteBA con Rea One Day Gallery y con Fiebre. Galerías jóvenes con mucho potencial y que es un placer porque trabajan con muy buenos artistas. Las obras tienen que estar en un determinado momento y después está en uno diagramar el calendario para trabajar tranquilo y sin presión.
¿Cuál es la filosofía que ves atrás de este oficio?
Tenemos la filosofía de que el enmarcado es en conjunto con el artista. Bon Buá piensa que el enmarcado que es el trazo final es tan importante como el primer punto, la primera mirada, el instante en que empezó una obra de 30, 60 días. Para nosotros es muy importante el significado del enmarcado. Es una obra que pasa de su intimidad hacia la exhibición del espectador, que ya sea con sus familiares o un amigo, o con un público masivo. Nosotros sabemos que es una responsabilidad, y aplicamos la excelencia que se merece esa decisión tan importante.
Un buen marco se hace con máquinas pero también con las manos y con pinceles
¿La intimidad del trabajo con una obra de a ratos te debe conmover o general algo reconfortante no?
Sí, hay 2 placeres, uno es ese y el otro es cuando te llega una obra que es muy linda y terminás el enmarcado y está todavía más linda, es como que a una mujer bella, de golpe la vistas. Es como si te diesen a trabajar un Picasso, o un Dalí, yo tengo el mismo respeto por la obra, ya sea la de un artista, la de un coleccionista, o la de una persona que compró arte. Bon Buá está ligado al arte, somos un taller de marcos que nos dedicamos al artista y es de boca en boca.
Hablanos de tu herencia artística familiar
Mi madre es pintora – Diana Hughes – y mi viejo es arquitecto. Este oficio de algún modo es una fusión entre la arquitectura y el arte. Yo heredé algo del ojo, de la sensibilidad, ese afán del oficio manual.
«Un gran placer es cuando te llega una obra que es muy linda y terminás el enmarcado y está todavía más linda, es como que a una mujer bella, de golpe la vistas.»
Para terminar ¿Qué nos podés decir de vos como pintor?
Siempre de modo bastante amateur (risas). Soy un artista que no tiene escuela, soy un artista libre, expuse una sola vez, y por esas ironías de la vida, con ningún cuadro enmarcado, gran error, fue en un salón del Hotel Alvear.
Cristián Dellarole en el pasaje belgranense donde está Bon Buá. Un secret spot colonial en el barrio Chino
Es un secret spot encantador, un pasaje de estructura y fachadas coloniales en Arribeños al 2300 que en los lindes del Barrio Chino de Belgrano parece ser la puerta a otra dimensión. Una suerte de viaje en el tiempo a una Buenos Aires cuando era la «gran aldea» o a algún pueblo en tierras del Guadalquivir. Con sus naranjos, su patio andaluz al fondo. Es cerrado para los vecinos aunque se puede apreciar desde la vereda. Quienes lo habitan es un tema aparte: tal vez la más famosa sea Narda Lepes. Reducto de bohemios y artistas. «Como mi amigo Alfredo Grassi que es un señor que financió la primera película de Leonardo Favio, gran escritor además, que transcurría su vida con personajes de la talla de Adolfo Bioy Casares – explica Dellarole – osea que acá te pueden pasar una receta espectacular o podés tener una conversación de un lindo nivel literario (risas)». Fue construido a principios del siglo XX, allí vivió Marcos Sastre y fue declarado de valor histórico por la Ciudad de Buenos Aires.
Bon Buá en Facebook: https://www.facebook.com/tallerbonbua?fref=ts