A pasos de Libertador, unas pocas manzanas seducen con novísimas aperturas y refrescan la cara del barrio/Desde panaderías deluxe a chefs de autor, desde el nuevo local de Narda hasta una casa de pastas que parece una joyería/La zona vuelve a encantar con una renovación gastronómica que sorprende
Fresca, un verdadero «laboratorio de pastas» con productos italianos imposibles de conseguir en otro rincón de la ciudad
La nueva chapa foodie de la Imprenta: siete propuestas gourmet para poner en el radar. Por Vicky Guazzone di Passalacqua.
Llevaba algunos años sin lucirse. Si bien desde los 2000 en adelante la zona de La Imprenta se caracterizó por ofrecer propuestas interesantes (y así llegó su boom inmobiliario), hacía mucho que no se renovaba de esta forma. El cierre de locales por el combo crisis+pandemia le dio primero un aura de tristeza al barrio en los primeros meses del año, pero conforme pasaron las semanas viró en oportunidad: hoy solo alrededor de las calles Migueletes, Maure y Soldado de la Independencia hay siete propuestas nuevas, una cuidada con más esmero que la otra.
1) Fresca: una casa de pastas que parece una joyería / Una selección única de productos italianos y un «laboratorio» que es el corazón del proyecto / Migueletes 921
Algún distraído podrá pasar por la puerta y pensar que está frente a una joyería. La arquitectura gris y negra, sobria y sofisticada a la vez, así como la presentación de cada variedad, salsa y acompañamientos en sus impolutos compartimentos ayudan a profundizar esta sensación. Y el guardia de seguridad en la puerta cierra el trato: aquí las joyas son las pastas artesanales que se preparan a diario.
Fresca se presenta como “el primer laboratorio de pastas de la Argentina”, y seduce tanto desde su» look & feel» como desde la ambición del proyecto, enteramente “made in Italy”. Su mercado ofrece una enorme selección de productos importados italianos como vinos, bebidas destiladas, pastas secas, especias y conservas, todos de difícil acceso en cualquier otro lugar del país. Mientras su salón de ventas resguarda en distinguidas cajas sus versiones frescas, catalogados en las líneas Classica, Speciale, Del Giornio y Nutrizionale, todas realizadas con sémola de grano duro de trigo candeal.
El broche de oro del emprendimiento se encuentra en el primer piso, no disponible para acceso público pero del que vale la pena saber: aquí funciona el Laboratorio de Producción, el germen de una millonaria inversión en tecnología italiana de última generación, en pos de lograr masas y cortes perfectos tal como Mario Sciolla (chef del embajador italiano) las pensó y diseñó. Es decir, “fatti in casa”.
2) Sentio: dulzura con aires neoyorquinos (prueben su carrot cake) / Soldado de la Independencia 989
Un cartel de neón incita la primera mirada. Las desbordantes tortas en la vitrina, así como las cúpulas con alfajores, cookies, brownies y budines logran la atención completa. Así es la experiencia Sentio, la «bakery» que acaba de abrir su tercera sucursal en esta zona de La Imprenta (las dos primeras están en Colegiales y Villa Urquiza).
¿Su premisa? Ofrecer repostería de estilo neoyorquina elaborada con materias primas de alta calidad. Y así, en un local pequeño en metraje pero generoso en producción, despliegan delicias como la cheesecake Oreo, la carrot cake, el budín de frutos rojos o las cookies rellenas de Nutella. También algunas tartas (la de zapallitos con huevo y cream cheese es un destacado), panes caseros y scons de parmesano, así como productos sin TACC, apto celíacos. ¡Ah! En estos días vale la pena probar su pan dulce, que no escatima ni un poco en frutos secos y que también se ofrece en versión individual, para regalar o tentarse sin culpa.
3) Narda Comedor: en la esquina más codiciada (consejo: elijan una mesa al solcito sobre Migueletes) / Maure 1600
El tercer local de Narda Lepes eligió la esquina más icónica de La Imprenta para ubicarse, justo en Maure y Migueletes. Allí, la construcción de una torre moderna supo respetar la estructura de ladrillo a la vista y ventanales que le dio nombre al barrio (o más bien a la zona): aquello era parte del complejo homónimo que en su momento de gloria hasta llegó a albergar una pista de patinaje sobre hielo. Y hacia allí fue la reconocida chef para abrir una nueva versión de su Comedor Diario, un hermano más sencillo que el original sobre la calle Sucre, pero en la misma línea que el de Nicaragua.
Aquí, por ejemplo, también se le da mucha importancia al desayuno, con una variante clásica, una danesa, o una “como un jedi” (con yogurt y tostadita del bien), más sándwiches, tostados, panes, yogurts y tostadas varias. También es posible pedir picadas con vermú, tartas y platos frescos como ensalada de kale, frittata verde, burrata o el ya reconocido “palta q’ lo parió”, con palta grillada, queso halloumi, chili sauce, maní, cilantro y cebolla morada. Y ni los chicos pueden caer en el menú típico: para ellos hay milanesa, palta, arroz, tomate, palta y hummus. ¿Nuestra recomendación? Elegir una mesa al solcito, sobre la menos transitada Migueletes. El encanto del barrio se apreciará bien desde su esquina más codiciada.
4) Uiwi Market: ninguna verdulería enamora tanto / Maure 1598
Sí, este barrio está lleno de verdulerías. Pero ninguna tan cuidada y bien provista como Uiwi Market, que enamora con su impecable organización, digna de las fruterías de antaño (hasta tienen un empleado especial a cargo del display), y termina de volvernos clientes fieles con su increíble surtido de mercadería fresca y orgánica.
Justo en la esquina de Maure y Migueletes (sí, enfrente de Narda), Uiwi abrió sus puertas este año para traer a la zona su combinación de frutas y verduras con hincapié en lo natural, fresco y orgánico. Pero eso no es todo lo que ofrece: sus góndolas también contienen productos frescos como huevos, hummus y leches vegetales; ítems de almacén que van desde snacks y aceites a un área kosher y de condimentos y especias; así como productos de dietética y sin TACC. Otro valor son sus promociones permanentes, que incluyen tanto buenos precios como sorteos por kits saludables.
Y en tiempos de foco vital en el cuidado del medioambiente, un punto más: una parte de su packaging es biodegradable, a tono con la premisa de comer mejor tanto por uno como por el planeta.
5) Labán Pâtisserie: una pastelería francesa, para sentirse en la rive gauche a pasos de Libertador / Los macarons, canelé y los croissants son la especialidad / Dato: ¡hay pan dulce todo el año! / Migueletes 688
Si bien Labán está en el barrio desde el 2013, este año hicieron una reforma que realmente lo dejó como nuevo, y por ende como posible parte de este listado de novedades. “Somos una pastelería y panadería francesa. Nuestras especialidades son los macarons, el canelé y los croissants”, describe Jacqueline Albajari, pastelera y dueña. Aunque desde la reapertura en septiembre también comenzaron a hacerse famosos por sus palmerones, del tamaño de una cara adulta, tan épicos como ricos. Y entre sus sellos distintos ahora también está la posibilidad de comer pan dulce todo el año, “porque una vez es poco”. Así, lo hacen cada mes, durante la semana del día 20, con la promesa de mucha fruta, aroma y sabor. “El toque secreto es nuestra mermelada de naranja”, se enorgullecen.
Su local, de un verde seco sumamente francés, seduce desde la vidriera con bandejas repletas de delicias a las que es difícil escapar, desde panes a croissants, para take away o delivery.
6) Fish4Home: con el mejor pescado (se consigue desde pulpo español hasta jaiva chilena) grandes platos (como la brioche de trucha ahumada) /Migueletes 796
Como muchos emprendimientos de esta era, nacieron primero online, vendiendo a través de su página y haciendo delivery. Pero el éxito de la propuesta migró en noviembre de este año a un local a la calle, y su nombre lo dice todo: en este espacio pequeño pero canchero, la premisa es llevarse buen pescado a casa. Lo que puede suceder en la versión más fresca, incluyendo también mariscos y rebozados, o en algo aún más interesante: platos elaborados que nacen a partir de la excelente materia prima con la que cuentan. Por ejemplo, un ceviche de salmón, un brioche de trucha ahumada, un bagel de doble salmón o una ensalada de pulpo español, rúcula, queso feta y olivas griegas, entre otros platos aptos para take away o delivery.
Mientras en lo que hace a pescados, ofrecen joyitas para lucirse en casa como jaiva chilena, pulpo español de 4 a 8 kilos, centolla, atún rojo y truchón patagónico, por solo nombrar algunos de sus hits. Para los que están por la zona, una genial opción para cumplir esa intención que solemos plantearnos de “comer más pescado”.
7) Épico: las reinas son las tortas individuales para tentarse de a uno / Maure 1626
He aquí otro logro de la cuarentena: lo que empezó en marzo con delivery de tortas individuales logró abrir espacio a la calle tres meses después. Así nació Épico, que con su crecimiento también incorporó tortas grandes y otras tentaciones como alfajorcitos, budines y muffins.
“Sabemos que hay panaderías por la zona, pero creemos que ofrecemos un producto distinto. Una forma de probar varios sabores diferentes en una mesa familiar o de amigos”, destaca Cristina, co-creadora. Y es que sus versiones individuales son una manera de darse el gusto en pocos bocados, con presentaciones originales como la mousse de chocolate blanco con corazón de cremoso limón, su torta de chocolate blanco y maracuyá o la Sofía, con merengue italiano, dulce de leche y base de mousse cocida.
El local, discreto pero cumplidor, combina blanco y negro para dar protagonismo a las verdaderas reinas: las tortas.
///
Fotos: son todas gentileza locales mencionados