Alegre y reflexiva: un ida y vuelta a fondo con la astróloga (y politóloga) que cautiva a miles de personas con un abordaje original y profundo del mundo esotérico/Su podcast, su flamante libro y su proyecto «Oráculo de la red mágica»/¿Cómo se relacionan «los astros» con el feminismo? ¿Y la política?/Además: ¿por qué afirma que la astrología y la ciencia no deberían ser excluyentes?
Lucía: conversación y fotos en Mud´rá, uno de los restaurantes plant based más cancheros de Buenos Aires.
«La astrología nos recuerda que vivimos en un mundo encantado, donde todo está vivo»: entrevista a Lucía Gaitán. Por Azul Zorraquin. Fotos: Rodrigo Mendoza.
Lu, como firma, es politóloga y astróloga. Además, escribe libros y conduce podcasts. Es “muy geminiana”, porque es curiosa, y le gusta estar en los márgenes; pivotea entre un lugar y otro y se mueve como un reptil entre fronteras. Llega a la entrevista con una remera que en la que se lee “Go Vegan” y sabemos que hicimos bien en invitarla a charlar a Mudrá- Plant based (Av.Córdoba 3942 – Palermo), el restaurante veggie más canchero. Es de reírse un montón y se abre para contarnos sobre todos sus proyectos y cómo vivir una vida lo más conectada posible.
Uno de tus últimos proyectos, a punto de ver la luz, es el “Oráculo de la Red Mágica”. ¿De qué se trata?
Estoy con dos proyectos que van a salir juntos. El primero es el oráculo, y el otro un libro, y de algún modo están conectados, pero son distintos. El oráculo es una idea que nació hace muchos años y es un especie de juego de cartas, que toma como modelo el tarot; son cuarenta cartas con imágenes. Sin embargo, en el oráculo no hay jerarquía. A cada signo del zodíaco le asigné una diosa, un animal, o una planta. Un poco en serio, y otro poco en chiste, digo que es ecofeminista, porque trabajé sobre mitos y arquetipos. Es intuitivo y no requiere conocimiento previo para poder leerlo; hacés una pregunta, sacás una carta, y surgen disparadores e interpretaciones. Yo ya usé una muestra en mis sesiones y tuve re buen feedback. Es como la frutilla del postre en una sesión.
¿Y el libro?
Es un manual de astrología y trabaja sobre una idea que se llama “el reencantamiento del mundo”, que fue desarrollada por distintos autores, entre ellos una teórica marxista que admiro mucho. Básicamente hace una revisión feminista del marxismo, y sostiene que en nuestra sociedad occidental, vivimos en una cultura de desencantamiento. Antes del capitalismo, los seres humanos que vivían en Europa tenían una mirada holística, o una forma de vida de culto pagano, de adoración a la naturaleza, y de saberse conectados a ella. Todo eso ya no existe en nuestra sociedad. Y yo creo que una de las funciones que cumple justamente la astrología, es recordarnos que vivimos en un mundo encantado donde todo está vivo. No es un mundo de cosas que podemos explotar, consumir y tirar.
«Yo creo que una de las funciones que cumple justamente la astrología, es recordarnos que vivimos en un mundo encantado donde todo está vivo. No es un mundo de cosas que podemos explotar, consumir y tirar…»
¿Cómo se relaciona con el feminismo?
Hay un trabajo en relación a las diosas mujeres, ya que toda la astrología está muy vinculada a la mitología griega y romana, y los relatos suelen ser mitologías patriarcales, de vencedores. Los mitos que conocemos siempre dejan a las mujeres en lugares de sufrimiento y dominación. Está bueno tomar estas historias y contarlas desde otro lugar.
¿Cómo era este contexto?
Tenemos una idea de la Edad Media como una época terrible y oscura, y no era tan así. Las mujeres y los varones tenían relaciones de paridad, las mujeres sabían de anticoncepción y practicaban abortos. Era una vida festiva, comunitaria. Hasta que vino la caza de brujas.
¿Quiénes eran las brujas?
La figura de la bruja es de amplio espectro; eran mujeres autónomas, independientes, que sabían de oficios y medicina. También eran las esotéricas, porque no había astrólogas aún.
¿Tuviste alguna revelación o “click astrológico” en algún momento, o la espiritualidad, y el esoterismo te acompañaron siempre?
Desde chica tengo una conexión muy grande con la naturaleza, pero padres no tienen nada que ver con este mundo, son más racionales. Tienen un dejo de magia muy inconsciente. Mi papá, que es un hombre de campo, a veces dice frases del estilo “se escuchan perros ladrar, debe ser que alguien murió”. Vengo de una familia muy politizada. El quiebre más grande fue en 2009, cuando terminé de estudiar Ciencias Políticas. Fue un gran click.
«Hay otro prejuicio que veo ahora, y creo que es más actual, que hace excluyentes a la astrología y la ciencia. Como si ser esotérica, te hiciera anti ciencia… El clásico “si vibrás alto no te vas a agarrar Covid…»
¿Desconfiás a veces de tus propias creencias?
Si, (se ríe), desconfío porque entiendo que también es una percepción y por ende está condicionada. Yo creo que no existe la objetividad total, entonces sé que todo lo que percibo y lo que me digo, viene desde un posicionamiento.
¿Cómo se conecta la política con el esoterismo, en tu vida?
Para mí tiene que ver con hacer, justamente, una astrología que esté situada; en un contexto histórico y social, y pensarnos atravesados por la clase social y el género, por ejemplo. En los libros astrológicos antiguos, nos encontramos con discursos heteronormados que son patriarcales y ubican a las mujeres en lugares subalternos. Y eso no aparece cuestionado, está naturalizado, porque la astrología se presenta sin contexto. Y por el contrario, no está siendo objetiva, tiene un sesgo.
¿Cómo haces para derribar prejuicios sobre la astrología vinculada al horóscopo de revista, masificado?
Yo veo un gran movimiento en la astrología, si bien siento que en algunos lugares todavía opera una idea de algo simplificado y generalizado, e incluso muy berreta. Hay otro prejuicio que veo ahora, y creo que es más actual, que hace excluyentes a la astrología y la ciencia. Como si ser esotérica, te hiciera anti ciencia… El clásico “si vibrás alto no te vas a agarrar Covid”.
«Yo creo que las mujeres tenemos ese gran ciclo viviendo adentro nuestro, que nos permite procesar muchas cosas que nos pasan. En los varones, registraría la fluctuación emocional aunque no haya un proceso orgánico mensual. También prestaría atención a la carta natal, y a dónde está la luna en ella, y me fijaría cómo se conecta con las fases lunares…
¿En tu podcast, “Lucía y sus Gemelas”, quienes son esas hermanas? ¿Distintas partes tuyas? ¿Un álter ego?
Tiene que ver con que soy geminiana, y tengo múltiples intereses. Es un podcast que toca muchas temáticas, porque nutre a la astrología de otros saberes. Además, es un homenaje a un programa de los noventa, “Juana y sus hermanas” que conducía Juana Molina y era bizarro y hermos
En tu libro “Alumbra la Luna” hablás mucho sobre la conexión entre el ciclo menstrual y las fases lunares. ¿Cómo hacen las personas no menstruantes para conectar con ella y su energía?
Mis amigos varones más sensibles, me lo preguntan mucho. Yo creo que las mujeres tenemos ese gran ciclo viviendo adentro nuestro, que nos permite procesar muchas cosas que nos pasan. En los varones, registraría la fluctuación emocional aunque no haya un proceso orgánico mensual. También prestaría atención a la carta natal, y a dónde está la luna en ella, y me fijaría cómo se conecta con las fases lunares.
¿Cómo haces para vivir una vida conectada y espiritual, entre tantas distracciones y aturdimiento tecnológico?
Es difícil, a veces me asusta mi propia dependencia de la tecnología. Para los que trabajamos independiente, es una vidriera, pero es una relación de amor-odio constante. Es como el novio tóxico (se ríe). Me pongo límites porque no quiero morirme y ver mi vida en retrospectiva y verme mirando una pantalla, en loop. Está bueno hacer el ejercicio de dejar los teléfonos en las reuniones, por ejemplo, porque sino hay algo de que si la conversación no interesa, entonces agarro el celular. Y me parece importante bancar los tiempos humanos, que son lentos y a veces implican el aburrimiento. Sino todo tiene que ser divertido, entretenido y customizado… Y si es así, tiene un costo.
¿Sos ritualera?
No tanto (se ríe). Practico yoga todos los días, y ese es mi momento de mayor desconexión. Es mi momento para sentir el cuerpo, respirar y abrir mis registros.