JARDINES DE INVIERNO: CINCO OPCIONES DONDE VAS A ESTAR RODEADO DE VERDE, PERO PUERTAS ADENTRO / POR CAMI DE RIENZO

mecha mmcv 3Mecha, un restaurante nuevito y cool de Villa Devoto que tiene cápsulas vidriadas para comer en el jardín pero sin pasar frío

JARDINES DE INVIERNO: CINCO OPCIONES DONDE VAS A ESTAR RODEADO DE VERDE, PERO PUERTAS ADENTRO / POR CAMI DE RIENZO

La lluvia constante llegó para recordarnos que el verano es cosa del pasado y que arrancó la temporada de buzos y camperas. Consecuentemente, nuestros planes cambian. Lo que antes era buscar plazas o jardines para sentarse y disfrutar del solcito en la cara, hoy es todo lo contrario: el gps solo va a empezar a admitir espacios bajo techo y con calefacción. Pero no todo tiene que ser blanco o negro. A los amantes de los mundos verdes, de las plantas y de la luz natural, les traemos la solución: jardines refugiados, rodeados de vidrio, bajo techo y entre cuatro paredes donde podés sentarte a comer o tomar algo y sentirte al aire libre. Pero sin el frío, obvio. Jardines a puertas cerradas, jardines de y para invierno.
Espacios donde los protagonistas siguen siendo las plantas y todos los elementos que nos transportan afuera, pero sin estarlo. Conocé cinco opciones para probar increíble comida y cocktails en jardines anti-frío.

1) LOI SUITES: UN AUTÉNTICO JARDÍN DE INVIERNO CON ATMÓSFERA TROPICAL, LUZ NATURAL Y MUCHO VERDE

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Si de jardines de invierno se trata, les traemos un restaurante que lleva su nombre. En el hotel Loi Suites de Recoleta, el lujo del establecimiento se siente también en este restaurante. Blanco y con vidrio hasta en el techo – premisa infalible de un auténtico jardín de invierno – las plantas y detalles verdes no están del otro lado sino allí mismo. Y no son pocos. Dentro, la ambientación nos transporta a un clima tropical y nos hace olvidar de que Buenos Aires está gris. Las sillas de mimbre y la pileta con agua en la pared terminan de conformar esta cápsula donde es primavera todo el año. Sin dudas, un espacio único en Recoleta que vale la pena conocer, especialmente durante el día, para aprovechar la luz natural y no perderse de nada.
Por esto, abre sus puertas bien tempranito. A las siete de la mañana están listos para recibirte y ofrecerte un poco de la sensación de estar de viaje con esos clásicos desayunos continentales bien de hotel. Si es tu elegido durante el almuerzo, podés probar el menú ejecutivo o algunas de las opciones a la carta, también disponibles a la hora de la cena: una larga lista de pastas, distintas carnes y pescados. Y si lo ves como escenario perfecto para la hora del té, también hay opciones para vos.

2) NUESTRO SECRETO: EL JARDÍN ESCONDIDO DEL HOTEL FOUR SEASONS TIENE UN ESPACIO MÁGICO  RODEADO DE ÁRBOLES / POSADAS 1086 – RECOLETA

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No tenés que ser huésped para vivir un poco la exclusividad y magia que ofrece esta cadena hotelera. Mitad aire libre mitad refugio, el restaurante Nuestro Secreto del Four Seasons está abierto en cualquier momento del año y es una opción para quienes aman los jardines y el buen comer.
Pero como hoy hablamos del clima invernal, aunque las mesas que están a la intemperie no dejan de estar bajo un toldo blanco que las protege de la lluvia, y contra el frío ofrecen mantas, la opción segura para repararse del viento (y la gripe) por todos los frentes es su espacio contiguo a puertas cerradas. El vidrio es, nuevamente, protagonista, junto a mesitas blancas y mucho verde presente en cada detalle. Además, mirar para arriba es descubrir copas de árboles y olvidarse que estás ubicado en pleno caos porteño. Un día ideal para visitarlo es el domingo, porque cuentan con un menú especial bien parrillero inspirado los clásicos asados familiares: chorizo, mollejas, empanadas picadas, asado de tira y otros cortes de carne forman parte de la carta.

3) MECHA: CÁPSULAS VIDRIADAS EN UN JARDÍN INCREÍBLE PARA COMER MUY RICO Y CON CALEFACCIÓN (PARRILLA GOURMET EN SU MEJOR VERSIÓN) / MERCEDES 3939 – VILLA DEVOTO

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El aire hogareño de esos barcitos de barrio contrasta mucho con este espacio que, si una palabra lo define, es “moderno”. Negro y blanco, mucho (pero mucho) vidrio, una barra muy canchera y el verde de su jardín hacen al restaurante  más cool de Devoto. Pero si vas a las 13 h y está lleno no es solo por su arquitectura. La comida conquista por los ojos y por la boca, y es lo que hace que los locales (y no tanto) se conviertan rápidamente en habitués. Pero, primero, lo que nos compete hoy.
En su gran jardín al aire libre, tres “peceras” cuadradas, altas y vidriadas, se llevan todo el protagonismo del espacio. Regalan un micromundo con calefacción y muchísima luz natural, escenario ideal para comer algo calentito y engañar al clima. Rodeado de verde y piedritas en el piso, es incluso más lindo conocerlos con lluvia: ver las gotitas caer mientras degustamos algunos de sus platos de parrilla gourmet es plan perfecto. Para arrancar, los clásicos con una vuelta de tuerca: el “chori” vine con papas fritas, provenzal y huevo a 65°, o la “morci” con manzana, nabo, pasas rubias y perejil (dentro de una lista larga de entradas). Los principales se dividen entre ensaladas – genial la de quinoa, calabazas y almendras fileteadas –, algunas pastas y risottos, y, principalmente, carnes de todo tipo (pescados, carnes rojas, achuras, y más). Para acompañar, cacerolitas de lo más tentadoras: batatas con miel y salsa tártara, remolachas con queso de cabra y más.

4) PARQUE BAR BOTÁNICO: TRAGOS RIQUÍSIMOS EN UN OASIS CON HAMACAS, PLANTAS Y JARDINES VERTICALES / THAMES 1472 – PALERMO

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Parque Bar Botánico es el nombre con el que se presenta este espacio. Acá, si bien también hay platos típicos de bar que tientan a más de uno, el protagonismo lo tienen dos elementos: las plantas y los tragos, combinación infalible. Un oasis verde con murales de flores, hamacas, jardines verticales, árboles, enredaderas y hojas hasta en los cocktails – ¡algunas las prenden fuego dentro del vaso! – conforman este increíble bar palermitano. Si bien no es estrictamente un jardín de invierno, su decoración sí nos va a hacer sentir del otro lado de la puerta, y es una gran alternativa nocturna para amantes del verde.
En su barra se mezclan botellas de colores con hojas de enredadera y juntos marcan el tono del espacio. Si de tragos hablamos, la lista es larga, riquísima y muy creativa: hay para todos los gustos. Todos bautizados con los nombres de parques alrededor del mundo, por si no quedó clara la premisa. Si sos de los valientes que se animan al aire libre con bajas temperaturas, podés elegir su patio descubierto donde, una vez más, ofrecen servicio de abrigos.

5) VIVERO: UN BAR TEMÁTICO EN SAN ISIDRO CON VERDE EN CADA RINCÓN, CERVEZA Y TRAGOS DE AUTOR / PRIMERA JUNTA 1094 – BAJO DE SAN ISIDRO

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No nos íbamos a olvidar de Zona Norte. Aquellos que se muevan por estos pagos también van a poder encontrar un espacio a puertas cerradas donde, mismo en su nombre, los jardines tienen presencia. Tomar algo rodeado de verde y bajo techo tiene sede una sede predilecta en San isidro. Vivero bar nos regala una ambientación donde hay plantas hasta en el techo – en serio, cuelgan canastos con hojas y las enredaderas se mezclan con el metal – y en los tragos.
“Casi no había bares temáticos en San Isidro, y por eso decidimos armar un vivero para ir con amigos y comer y tomar algo rico”, nos cuenta Juampi Iaizzo, su dueño. Con muchas luces, plantas en cada rincón, y una buena terraza con faro incluido (para los días donde la lluvia desaparece y podemos animarnos a más), se aleja mucho de los típicos bares de la zona y el espacio se convierte en una atracción en sí misma. Su propuesta gastronómica de “street food” se complementa con las once canillas artesanales que, para seguir haciéndole honor a San Isidro, son 100% locales. Además, podés pedir algún trago de autor, todos a base de distintas frutas, almíbares, esencias y perfumes.
Fotos: gentileza restaurantes y hoteles mencionados y Mecha (MMCV Studio).