IMÁGENES MARAVILLOSAS DEL PASADO: ¿CÓMO ES LA MUESTRA ESPEJOS DEL PLATA EN FOLA? / POR SOL DI VITO.
“Un delirio absoluto podría ser el otro título posible para esta muestra” compartió Ariel Authier en sus redes cuando colgó la última fotografía en la sala principal de FoLa (Godoy Cruz 2620/2626, Palermo). Espejos de Plata es el nombre oficial de la imperdible exposición curada por este artista argentino y que nos lleva al Buenos Aires del 1900, tan distinta y tan similar.
Cuando Alfredo Srur, un joven fotógrafo que a sus treinta ya baraja numerosos reconocimientos, tocó a la puerta de la Fototeca Latinoamericana, no pasó mucho hasta convencer a Gastón Deleau, director y fundador de este museo, de que lo que tenía entre manos valía la pena. Se trataba de negativos originales del fotógrafo norteamericano Harry Grant Olds, obtenidas tras una ardua investigación. El proyecto financiado por FoLa para la re-revelación de estos negativos, tomó casi un año y un equipo de no menos de 12 especialistas para lograr lo que hoy y hasta el 4 de marzo podemos disfrutar de 12 a 20hs.
“H.G Olds y Alfredo Srur creo eran los hacedores”, también bromeó Authier. Y la verdad, es que algo de razón tiene en confundir ambas personas. Porque los autores son dos pero el resultado fue uno. Un trabajo de hace 100 años recién hoy tiene su conclusión.
En 1899, Olds, originario de un pequeño pueblo llamado Mansfield en Ohio, partió desde Nueva York en un buque con rumbo a Valparaíso, Chile. Cámara en mano, por supuesto. La historia de su viaje y su corta estadía en el país vecino fue documentada en una nostálgica bitácora de viaje, que ocupa una de las paredes principales en FoLA. Pero lo curioso acá es que estas imágenes tomadas por Olds son unas de las pocas evidencias de cómo verdaderamente era Valparaíso, antes de que en 1906, un terremoto destruyera la ciudad y obligara a su reconstrucción.
Pero fue en 1900, cuando decidió que su trabajo se encontraba del otro lado de los Andes. Una vez en Buenos Aires, inició su archivo de placas de vidrio, que por si todavía no lo consideraron, a tener en cuenta que en aquel entonces las cámaras eran de pie y con una cortina bajo la cual el fotógrafo elegía su toma. Por encargo, o por mera curiosidad y fascinación, durante años coleccionó imágenes que pronto se volverían algunas de las más emblemáticas postales porteñas.
Panorámicas de Buenos Aires de cien años que podrían haber sido tomadas ayer, imágenes de la Boca donde podemos distinguir lo que hoy es Casa FOA, una placa de la Rural y el actual tan cool Palermo en 1910 y hasta una impresión del Club del progreso donde, si achicamos un poco los ojos, podemos descubrir al mismo Olds reflejado en una de las puertas. Muchas leen “Del baúl norteamericano”: esta colección exigió revisar cajas, cajones y valijas tanto en Estados Unidos como acá.
¿Pero dónde entra Alfredo Srur acá? No solo recolectó estas joyas porteñas expatriadas tras la muerte de su autor. No solo trabajó en su laboratorio meses para ampliar y reinterpretar estas placas más de un siglo más tarde, revelando secretos y detalles que el mismo Olds nunca vio. No solo restauró sino que también creó. En 2014, visitó Mansfield, aquel pueblo abandonado, para documentarlo de la misma manera que Olds quiso inmortalizar las costumbres y los paisajes bonaerenses en una especie de secuela de su predecesor.
Aunque su verdadero homenaje fue llevar aquella famosa imagen, una de las tantas convertidas en “Recuerdo de Buenos Aires”, de vuelta a su hogar. Una casilla, en el bajo de Flores, donde un hombre fuma un cigarrillo al borde de un “precipicio de humo” es lo que encuadra Olds allá en 1901. Y es también lo que vuelve a fotografiar Srur al recorrer aquél recóndito rincón de Buenos Aires, hoy la villa 1-11-14: una foto adentro de una foto.
Todo esto y más es lo que cuenta hoy la sala más importante de FoLa, un espacio único para artistas con proyectos interesantes y que, atentos malevenses arties, tienen los mejores libros de fotografía a la venta (desde Helmut Newton hasta los más polémicos artistas japonenses). En la era de los micro relatos y las stories que duran tan solo quince segundos, imágenes con más de un siglo de antigüedad son hoy tanto una rareza como un espectáculo. Un reflejo de la ciudad del Río de la Plata en blanco y negro, un Espejo de Plata. Conocer la exposición, ubicada en el Distrito Arcos tiene un valor de $80 y ojo, los miércoles cierra.
Fotos: gentileza Fola.