La muestra – que MALEVA recorrió -, propone una inmersión al ensayo fotográfico de Madalena Schwartz, legendaria fotógrafa de Brasil quien durante la década del ´70 retrató a travestis, transformistas, y figuras de la noche paulista/Una explosión de color y «energía utópica».
La exposición se va a extender hasta el 14 de marzo de 2022.
Las Metamorfosis en Malba: la muestra que es un fascinante y valiente recorte trans de los años setenta. Por Azul Zorraquin.
El MALBA propone una inmersión al ensayo fotográfico de Madalena Schwartz, la húngara que emigró a Latinoamérica y que durante la década del ´70 retrató a travestis, transformistas, y figuras de la noche paulista, en Brasil. En ese entonces, las cuestiones de género buscaban salir a flote, ahogadas en el pantano de las dictaduras militares.
Uno de los puntos más interesantes de la muestra, es que las imágenes de Schwartz dialogan no sólo con esta parte de la historia, sino con toda la historia de América Latina; la década del ‘70 estuvo atravesada por la existencia de dictaduras militares y crisis sociales en toda la zona. De esta manera, el recorrido también ofrece un pantallazo de la fotografía dedicada a la vida trans de esos años con obras de distintos autores y colectivos de Argentina, Chile, Bolivia y otros países de la región. En total, la exposición reúne 112 fotografías de Schwartz y más de 70 piezas históricas como periódicos, documentos, películas e imágenes que dan cuenta del contexto en el que la fotógrafa realizó su obra. Impactante.
«La legendaria Schwartz, una de las grandes exponentes de la fotografía brasileña, dedicó buena parte de su tiempo a fotografiar a figuras célebres en Brasil, como Ney Matogrosso, los Dzi Croquettes, Elke Maravilha o Patricio Bisso, así como a estrellas de brillo breve pero intenso: actores y actrices, performers y bailarines, travestis y otras «metamorfosis ambulantes»…»
Los curadores de “Metamorfosis”, Gonzalo Aguilar y Samuel Titan, ahondaron en este punto: “no se trataba de un momento histórico cualquiera, sino de los años de plomo de la dictadura militar brasileña bajo el gobierno del general Emílio Garrastazu Médici. Años opresivos y violentos, pero también paradójicamente fértiles: expulsada del ámbito político-partidario, la protesta se hacía sentir por otros canales, estéticos, comportamentales, eróticos. Madalena captó en sus fotografías esa tremenda explosión de color y energía utópica”. De esta forma, MALBA y esta muestra se ocupan de revalorizar y difundir la importancia de la memoria trans.
La legendaria Schwartz, una de las grandes exponentes de la fotografía brasileña, dedicó buena parte de su tiempo a fotografiar a figuras célebres en Brasil, como Ney Matogrosso, los Dzi Croquettes, Elke Maravilha o Patricio Bisso, así como a estrellas de brillo breve pero intenso: actores y actrices, performers y bailarines, travestis y otras «metamorfosis ambulantes» -como dice una canción de la época- que animaban la vida nocturna de la ciudad. Y no fue de forma forzosa, ni lo hizo con un objetivo documental o fotoperiodístico; sus fotografías nacieron como un brote genuino.
«Madalena captó en sus fotografías esa tremenda explosión de color y energía utópica”. De esta forma, MALBA y esta muestra se ocupan de revalorizar y difundir la importancia de la memoria trans.,.»
En el ’83, la artista declaró: «Yo solo sé hablar con mi máquina». Y lo bien que lo hace. Para coronar la ida, además de la muestra de Madalena, el museo también luce en sus paredes “Temporada Fulgor”, de Foto Estudio Luisita, en la que la colombiana Luisa Escarria y su hermana Chela, realizaban las fotografías para las marquesinas y los folletos del Teatro Maipo. Entre los años 1958 y 2007, con una cámara Hasselblad, registraron arriba de los escenarios y en la intimidad de su estudio a actrices, actores, bailarines, músicos, cómicos y figuras fundamentales de la cultura popular argentina.
Temporada Fulgor, con fotos de Estudio Luisita (la otra muestra que se puede visitar en Malba).
«El museo también luce en sus paredes “Temporada Fulgor”, de Foto Estudio Luisita, en la que la colombiana Luisa Escarria y su hermana Chela, realizaban las fotografías para las marquesinas y los folletos del Teatro Maipo…»
“Allí confluyen el patriarcado del espectáculo con el matriarcado familiar, las plumas y el strass con la domesticidad del estudio, la circulación masiva de las imágenes con la mirada luminosa de Luisita, las políticas del cuerpo con los procesos juguetones de Chela, la austeridad de recursos con el gusto decorativo de las hermanas y el brillo y la espectacularidad de la revista”, explica la curadora Sofía Dourron. Un recorrido, sin más, imperdible.