Más de medio centenar de bodegas dijeron presente con sus vinazos (etiquetas que rondan los 400-500 pesos)
El pasado jueves 17 de agosto, tuvo lugar la segunda edición de Alta Gama Buenos Aires, una feria de vinos que contó con la presencia de distintas bodegas locales y otras pertenecientes a Chile, España, Hungría, y Uruguay, entre otras. Creado por Augusto Saracco y César Moreno y junto con su socio Javier Menajovsky, el evento contó con stands de bodegas que ofrecían degustaciones privadas y charlas con personalidades de la industria tales como enólogos, líderes de las bodegas y expertos del rubro. Entre las 55 bodegas invitadas, se encontraban Achával Ferrer, Amalaya, Bottega, Cheval des Andes, Etchart, Finca La Celia, Flâneur, Norton, Ruca Malen, San Huberto, Sidra 1888, Sottano, Terrazas de los Andes, y Vicentin Wines.
Cada stand parecía ofrecer algo distinto al resto. Si bien los vinos podían encasillarse en tinto, rosado, o blanco, cada bodega buscaba deleitar a los invitados con sus propuestas más innovadoras. Leonardo Bonomo, dueño de Bodega Valle del Indio, sostiene que un buen vino es aquel que al probarlo, uno puede percibir la esencia de la bodega. “Trabajamos mucho la identidad y eso suma al producto; queremos que uno piense en Malbec y piense en Argentina y Mendoza, que uno piense en Malbec y se remonte a Valle del Indio”, le contó a MALEVA Mariano de Seta, socio de la firma. Su vino estrella, el Malbec Kazañandú se comercializa en más de 20 países y su precio está alrededor de $300 la botella.
Durante el evento, los invitados pudieron votar su vino favorito a través de una encuesta online en la página del evento cuyos resultados iban siendo publicados en vivo en una de las pantallas del salón principal. El Particular Malbec perteneciente a la bodega Casa Bianchi gobernó en el primer puesto durante toda la noche, y los encargados del stand no tardaron en hacer oír su emoción por ese reconocimiento.
Entre tanta oferta similar, lo importante es destacar. Bodegas Etchart sostiene que se especializa en el detalle: desde el tipo de la barrica empleada para almacenar el vino durante 15 meses hasta el uso del decantador para servirlo en la copa para oxigenar el vino de la manera correcta. Al mismo tiempo, Bodegas Colomé mantiene su postura en que la riqueza de su oferta se basa en las distintas alturas en las que se encuentran los viñedos y ese detalle es lo que hace al vino único. Su vino estrella, el Amalaya espumante crece a 2.300 metros de altura sobre el nivel del mar y esto es lo que lo hace especial.
Otra de las mejores ofertas del evento fue el ya desarrollado blend: lo nuevo en desarrollo enológico. El blend es una técnica por la que se van mezclando diferentes vinos con otros en una probeta hasta llegar a un resultado cuyo sabor convenza al paladar del sommelier. Según los encargados del stand de La Flaneur, el blend busca quitar del paladar del consumidor sabores ya conocidos e introducir sabores nuevos que sigan deleitándolo. Por esta razón, para las bodegas es un honor estar en este evento. Julieta Abbadessa, encargada de la comercializadora vinícola Wine Merchandes, nexo entre la bodega La Flaneur y el público, sostuvo que la feria es una gran oportunidad paran dar a conocer las bodegas y que la gente se familiarice con sabores nuevos para considerarlos como opción al comprar un vino. El factor diferencial de esta propuesta frente a otras se basa en que la oferta son vinos de alta gama, cuyo precio se encuentra alrededor de los $400 por botella aproximadamente y que apuntan a gente con paladar exquisito.
Además, en el evento participaron también marcas pertenecientes al mundo gourmet tales como Paladini, El club de los quesos, y Lindt, cuyos stands exponían sus mejores productos. La oferta gastronómica tal como el chocolate de 70% de cacao o el lomito de ciervo ofrecían sabores eran perfectamente compatibles con muchos vinos expuestos y acompañaban excelente la degustación.